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Llegar, la única meta

Por: Daniel Domínguez.- Pedro Galbán es un atleta que divide sus días entre el trabajo en una tintorería y su pasión por las carreras.

El atletismo en Rosario ha mostrado un crecimiento en los últimos años en cuanto a resultados y calidad de competidores. Pero lamentablemente para muchos de ellos los padecimientos económicos también crecieron y cada vez se le hace más difícil participar.

Como el amor por el deporte puede mucho más, algunos complementan el trabajo habitual con su pasión.

Este es el caso de Pedro Galbán, que desde hace diez años se destaca en maratones y triatlón pese a que trabaja ocho horas diarias en una tintorería.

Galbán tuvo una muy buena actuación el campeonato “Iroman” de Punta del Este en diciembre de 2010 y encara este año con más sueños y objetivos.

“Desde chico siempre fui muy deportista, jugué al fútbol, hice natación. Hasta que me enganché con el atletismo. Me fui poniendo metas cortas, primero una carrera de 10 kilómetros, después la de 21 y luego de 42. Más adelante dije de competir en triatlón y me empecé a preparar para eso”, contó el deportista para empezar.

Durante este tiempo, Galbán fue dando pequeños pasos. Entrenando con Nidia Kontrativicius fue superando etapas a la hora de correr.

Claro que Galbán no puede disponer completamente de su tiempo para prepararse para un triatlón o una carrera.

“Trabajo ocho horas diarias en una tintorería, entreno un poco al mediodía, dos horas por la noche y sábados y domingos, para el campeonato de Punte del Este hice doble turno los siete días”, reconoció Galbán que empleó 11 horas y 36 minutos en el torneo uruguayo.

Y destacó: “Mi sueño es algún día participar del campeonato de Hawai, que para un atleta es como para un jugar de fútbol un Mundial. Participan los mejores del mundo”. Y agregó: “A medida que pasan los años uno ve que va mejorando un poco en todo, va acortando tiempos, pero a su vez sabe que cada año se hace más difícil”.

Esta dificultad que plantea Galbán gran parte se base en lo económico, ya que debe disponer parte de su sueldo en ahorros para viajar y elementos para el triatlón.

Aquí es donde aparece uno de los puntos más fuerte de Galbán: la familia.

“Sin mi familia no podría hacer nada de esto, ellos son los que me dan fuerzas y me permiten esto que marcaba antes, es todo a pulmón lo nuestro y sin ellos sería imposible”.

Su esposa Silvina y sus hijas Agostina de 16 años y Martina de 8, son en quienes piensa en los momentos más difíciles del triatlón.

“En un triatlón cuando estás corriendo estás solo. La parte de natación y de bici la vas zafando, pero cuando corrés, la cabeza empieza a ir para cualquier lado y ahí aparece la familia, mis amigos. La familia es el motor para no aflojar y llegar a la meta”.

Galbán sabe cada competencia es diferente, que cada entrenamiento también lo es, pero lo más importante de todo, tiene bien claro cuál es el triunfo máximo: “Para un deportista amateur el mayor logro es llegar a la meta, no hay sensación más hermosa que esa”.

El atleta tampoco quiso olvidarse de sus compañeros y con quienes comparte varias horas de sus días: “El grupo de entrenamiento de Nidia (Kontrativicius), Martín de bicicletas SpeedWay, Ariel, Gustavo y todo el grupo de Caño 14 y mi compañero de carreras Andrés Ubaldi”.

Para finalizar marcó los próximos pasos a corto y largo plazo: “Mi objetivo próximo es el 26 de marzo el Olímpico de Rosario ya que en Mar del Plata no puedo participar porque es muy cara la inscripción. Quiero seguir mejorando los tiempos y apuntar todo al objetivo máximo que es participar de una fecha del calendario internacional en Florianópolis”.

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