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Le saca roja a los hombres

Por Daniel Domínguez.- Natalia Espinosa sacó el mejor promedio como árbitro de fútbol y busca ganarse un lugar en el campo de juego.


natalia

El fútbol desde siempre fue el refugio de los hombres para desatar su pasión, su locura y hasta muchas veces, su irracionalidad. Pero de un tiempo a esta parte la cosa está cambiando. La mujer comenzó a ir a la cancha, a ser tan pasional como el hombre, a practicar el deporte y hasta dirigirlo.

En Estados Unidos, por ejemplo, la liga femenina atrae mucho más espectadores que la Major League Soccer que presentó figuras mundiales como David Beckham o Thierry Henry.

En Argentina esto todavía no pasa, pero a las chicas nadie les  quita la ilusión que alguna vez suceda.

Claro está que para que ocurra, ellas deberán demostrar que saben tanto o más que el sexo opuesto.

En Rosario, de a poco estas ligas comienzan a tener su espacio, pero faltaba una parte. Faltaba quien haga cumplir la ley.

Y aquí aparece la protagonista de esta historia: Natalia Espinosa tiene 26 años, es árbitro de fútbol y sacó el promedio más alto entre 50 varones.

“Siempre quise estar ligada al fútbol porque lo amo. Estaba en duda si arrancar estudiando periodismo deportivo o árbitro y me decidí por esto último”, arrancó Espinosa.

La joven recordó que esa pasión se la trasladó su papá que fue un destacado jugador en la liga Rosarina en Renato Cesarini.

“Siempre amé el deporte, hice natación y vóley hasta los 19 años, fui siempre una chica muy activa”, agregó la jueza.

Sus primeros pasos en la cancha vestida de negro fue con tan sólo 20 años. “En aquella época me cuestionaba si estaba a la altura de los partidos, pero por suerte en cada una de mis actuaciones eso se fue disipando, me fui asentando”.

Espinosa cuenta con un gran respaldo para que nadie dude de su capacidad. Del curso de aspirantes a árbitros, compuestos por 50 hombres, ella fue la que sacó el promedio más alto. “Fue algo muy lindo para mí cuando Claudio Martín me entregó el diploma y me dijo que había sacado la nota más alta entre todos los hombres. Durante el curso siempre me preguntaban y exigían más que al resto. Eso me gustaba, era un desafío”.

A la hora de hablar de sus cualidades, Espinosa fue clara. “Cada vez que salgo a dirigir lo hago a cara de perro, es mi forma de demostrar todo lo que sé. Tengo que hacer cumplir un reglamento, siempre con respeto hacia los jugadores y esperando el mismo trato de ellos hacia mí”.

Justamente, a la hora de hablar del trato de los futbolistas hacia ella, la promesa rosarina del referato afirmó: “Una vez tuve un cruce en el Central Córdoba de Carrario, pero no pasó a mayores porque en la discusión se dieron cuenta que yo tenía razón. Los jugadores me tienen un respeto extra por ser mujer”.

Claro está, que más allá del respeto de los protagonistas, las mujeres deben lidiar con todos los preconceptos que nacen en la tribuna: “En la cancha de encontrás de todo, los que te quieren levantar y los que te mandan a lavar los platos, pero en los dos casos yo hago oídos sordos”.

En este camino, la jueza se encontró con una desagradable noticia: una lesión y tres operaciones en un año.

“Cuando me estaba preparando para dar el salto me lesioné la planta del pie y me tuvieron que operar tres veces en un año. Ahora me falta en lo físico, no porque no esté en condiciones, sino, porque todavía no tengo confianza, tengo miedo hasta de doblarme el pie”, reconoció.

A la hora de hablar de las posibilidades de crecimiento en un ámbito masculino, Espinosa no anduvo con vueltas. “Es pesado ser mujer en el fútbol, vas en contra de lo que se cree que es normal. Hay árbitros en Argentina a las que no las dejan llegar más lejos por es solo hecho de ser mujer, a nosotras se nos exige mucho más a los hombres, siempre buscan hasta el más mínimo detalle para encontrarnos algo malo”.

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