“Que Casarini se quiebre y diga por qué mató a mi hijo”

La resolución judicial que esta semana dejó sin efecto el sobreseimiento del abogado Fabián Casarini, quien adujo que el crimen de Andrés Arduvino dentro de su departamento céntrico –ocurrido hace 10 meses– fue en legítima defensa, fue leído por la madre de la víctima como un “alivio para el alma”. Así lo expresó ayer Daniela, una mujer de 43 años que desde la misma madrugada que perdió a su hijo en la guardia del hospital Provincial decidió esclarecer “cueste lo que cueste” las circunstancias en las que Lepe –como le decían al joven de 23 años oriundo de zona sur– recibió nueve puñaladas, dos de ellas en los testículos. Dos versiones diametralmente opuestas circularon durante toda la investigación judicial que contó con momentos de controversia, como la aparición de una llave inglesa en la escena del crimen 16 días después del homicidio, perpetrado el 8 de abril pasado. El letrado imputado esgrimió desde un principio que desconocía a la víctima, a la que acusó de ingresar a su departamento llevando un cuchillo y con fines de robo tras forzar la reja de una ventana. En tanto, la novia de Arduvino dijo que acompañó al muchacho hasta la puerta del edificio de Montevideo al 1600 al que ingresó porque conocía al morador, y que momentos después salió malherido por la ventana.

Para Daniela no existen dudas que la persona que mató a su hijo lo conocía. Lo afirma sin vacilar mientras enumera irregularidades por parte del imputado durante la investigación y que, a su entender, los jueces de la sala IV de la Cámara de Apelaciones tuvieron en cuenta cuando revocaron el fallo de primera instancia.

“Ante todo quiero que Casarini esté preso. Así como el que roba tiene que estar en la cárcel, el que mata de la forma en la que él mató también, porque para mí no es un homicidio simple sino con ensañamiento, hay que apuntar a cada testículo y yo vi el cuerpo de mi hijo y leí los informes médicos, estaba destrozado”, dijo la mujer.

“Pero también quiero entender, quiero que Casarini se quiebre y confiese por qué lo mató. Quiero saber por qué lo hicieron callar, porque a mi hijo lo callaron”, agregó Daniela, quien además remarcó que la resolución del tribunal que lleva la firma de Rubén Jukic, Daniel Acosta y Adolfo Prunotto Laborde fue “como un alivio para el alma” que le permitió recuperar la fe en la Justicia.

Cinco meses atrás, cuando la jueza Mónica Lamperti dictó el sobreseimiento de Casarini por legítima defensa y procesó a su nuera por el delito de robo agravado en grado de tentativa, sintió un profundo dolor que se transformó en furia en el mismo instante en que le leían la resolución, dentro del Juzgado de Instrucción 12ª. Su reacción le valió una imputación penal por daños y amenazas que califica de disparatada, aunque no puede olvidar la desazón que la inundó ese día.

“Decime que no estoy escuchando esto”, le gritaba por entonces a su abogado que la abrazó para contenerla mientras le repetía al oído que se calmara, que todavía podían apelar. Y así fue.

Esta semana, ambos puntos quedaron sin efecto y la causa volverá a ser valorada. En ese sentido, el abogado Marcos Cella adelantó que pedirá la recusación de la jueza Mónica Lamperti, porque entiende que ya emitió opinión sobre la cuestión de fondo y corresponde que la causa recaiga en otro juzgado.

Entre los argumentos del tribunal se encuentran muchos de los planteos presentados por la fiscal Cristina Herrera. Entre ellos, los jueces sugieren que Arduvino podría haber ingresado al domicilio por la puerta y no forzando una ventana. También hacen referencia a que los dos imputados (Casarini y Marcela S., la mujer de Arduvino) ocultan aspectos clave para el esclarecimiento de los hechos y advierten que el comportamiento del abogado no se adecuó al “esperable de cualquier persona en una ocasión semejante y menos de un abogado” como no permitir el ingreso de la Policía a quienes les dijo que había sido víctima de un escruche.