Espectáculos

Raúl Quico Saggini dirige esta puesta

“La Tempestad” se desata en La Comedia

El director de la obra Raúl “Quico” Saggini habla de su versión de la obra de William Shakespeare que se podrá ver desde el viernes en el teatro municipal. “La Tempestad” es el cuarto proyecto de La Comedia Norberto Campos.


Shakespeare es, siempre y para todo creador, al mismo tiempo, un desafío y una encrucijada, porque cada uno encuentra en él lo que busca o lo que quiere ver. De hecho, la amplitud y el vuelo de sus obras admiten infinidad de lecturas y son en sí mismas una permanente caja de resonancia en presente continuo. Luego de tres ediciones en las que brillaron un clásico nacional, un infantil y el estreno de una obra de autor local, mañana a las 21, la Comedia Municipal Norberto Campos tendrá su primer estreno de un clásico universal, en este caso, una versión de La Tempestad, de William Shakespeare, adaptada y dirigida por Raúl “Quico” Saggini (quien ya dirigió la Comedia en 2013), que se conocerá como La Tempestad (de confabulaciones, traiciones y perdones), y que reúne no sólo a un gran elenco elegido a través de un casting por el que pasaron cientos de actores locales, sino también a un importante equipo técnico y artístico.

La Tempestad pertenece al conjunto de lo que algunos autores reconocen como “romances tardíos” de Shakespeare. En estas obras, el autor muestra su interés por las relaciones familiares y la reconciliación en un ambiente mítico. En esta versión, aparecen los seis personajes. El expulsado y traicionado duque Próspero desembarca en una isla; de hecho, la obra comienza con una gran tormenta desatada por Ariel a pedido de Próspero cuando éste adivina que su hermano, el traidor, viaja en un buque cercano. Con ayuda de la magia, Próspero teje una trama para pergeñar su venganza, pero al final gana el amor, y entonces deja de lado la magia y sus poderes, perdona a sus enemigos y habilita el casamiento de su hija Miranda con Fernando.

“Uno de los motivos por los cuales elijo La Tempestad es porque es la última obra escrita por Shakespeare; surgió como interrogante qué pasa con un autor cuando escribe su última obra, qué es lo que pone allí, ya que la escribe cuatro años antes de su muerte. Lo hace poco antes de su partida a Stratford, donde muere en 1616”, adelantó Saggini, y agregó: “Lo que encuentro es algo que está en Shakespeare como en todo clásico, que siempre te desafían a ver lo qué permanece oculto. Como le digo a los actores y alumnos: «Hay que raspar el papel para ver qué hay debajo». En Shakespeare, cuando una palabra aparece escrita en la superficie, debajo hay un sustento que nos está diciendo otra cosa”.

—Como pasa con todos los clásicos, hay una caja de resonancia en el presente…

—Encuentro que hay traiciones permanentes por pedazos de tierra, por ducados, por reinados, y no importa nada, incluso si alguien va a sufrir y hasta morir en ese intento por apoderarse de eso. Se da una concatenación con el presente y con el pasado: es el Renacimiento, y me pregunto qué habrá pasado en la Edad Media para que Shakespeare escriba esto. En esta obra ya se habla del Nuevo Mundo, de hechos acontecidos en esa nueva tierra, historias en islas remotas, como ésta, en la que Próspero tiene a distintos duendes, espíritus, esclavos que son los de la tierra y los del aire, y los de la tierra son los habitantes de esta nueva tierra que para algunos es misteriosa, pero para otros, hay mucho oro y donde pueden conseguir monstruos para venderlos en las plazas, y allí se encuentran con Calibán, que en realidad es un caníbal. Lo que proponemos en esta versión es contar la historia lo más cercana posible, por eso Calibán es el hombre de nuestra tierra, e insulta tanto en el idioma que le enseña Próspero como en guaraní.

—Otra de las claves de tu adaptación está en la elección de contar la obra a partir de un grupo de actores que se ven “condicionados” a hacer “La Tempestad”. Allí hay un homenaje a la Comedia del Arte y a los Cómicos de la Legua ¿También es un homenaje al teatro independiente?

—Eso es así, detrás de eso está la idea de que nosotros, como teatristas, tenemos 30 o 40 años de recorrido y apenas unos meses para dirigir la Comedia Municipal. En estos meses trasladamos todas las imposibilidades conocidas y transitadas, pero sobre todo, lo aprendido en tantos años de trabajo en el teatro independiente, al teatro oficial. Dentro de esas imposibilidades, incluso, aparece esta particularidad que tiene la Comedia Norberto Campos, que vos tenés que hacer un Shakespeare con seis actores cuando en sus obras aparecen treinta personajes. Nos agudiza el ingenio, nos desafía a encontrar la manera de contar esta historia: aquí son una compañía de Cómicos de la Legua que queda diezmada por las peleas permanentes, por las internas. De todos modos, más allá de la locura que implica, estos seis actores aceptan contar esta historia sumando todos los lenguajes que hacen al teatro, como la inclusión de títeres que encarnan los personajes que nos faltan, proyecciones, arte urbano, música en vivo y un gran despliegue escénico.

—¿Qué opinás acerca de aquellos que se siguen oponiendo a la Comedia Muncipal?

—Cada uno puede pensar lo que quiera, pero ésta es una posibilidad de trabajo para los artistas locales con un contrato y un sueldo, y más allá de que quizás debamos discutir los límites en el tiempo de contrato o la cantidad de actores, este es un espacio que nos permite a los creadores trabajar de forma profesional en nuestra ciudad y eso es un logro enorme.

 

Cuarta: Creada en septiembre de 2012 a través de la Ordenanza N º 8951, la Comedia Municipal Norberto Campos promueve el trabajo de actores, directores y dramaturgos locales. Este programa lleva el nombre del recordado crador, fallecido en 2003, que trabajó en Rosario dejando una fuerte impronta. En su primera edición, en 2013, la Comedia estrenó Relojero, de Armando Discépolo. Al año siguiente se presentó el musical infantil Doña Disparate y Bambuco, de María Elena Walsh, y el año pasado, la obra ganadora fue Gol de oro (todo o nada), de Miguel Franchi, primera de dramaturgia rosarina.

 

Funciones: La elección de Shakespeare para este año estuvo asociada al 400° aniversario de la muerte del célebre dramaturgo inglés. Las funciones de esta versión de La Tempestad se desplegarán desde mañana, los  viernes y sábados a las 21, y los domingos a las 20, hasta el 11 de septiembre, tiempo en el cual la puesta saldrá a recorrer los distritos locales, para volver a La Comedia antes de fin de año, y pasar por otros espacios de la ciudad como el Centro de Expresiones Contemporáneas o el Parque de España, previo a una gira.

 

Ficha: Con adaptación y dirección de Raúl “Quico” Saggini y asistencia de dirección de Héctor Román, la obra cuenta con las actuaciones de Juan Pablo Biselli (Próspero), Sofía Dorna (Ariel), Luciano Matricardi (Calibán), Federico Cuello (Trínculo), Lucas Cristófaro De Vicenti (Esteban) y Verónica Leal (Miranda). El cuidado diseño de vestuario de actores y títeres y las caracterizaciones estuvieron a cargo de Ramiro Sorrequieta al frente de un equipo de realización, al tiempo que la partitura musical recayó en la talentosa Silvina Gandini. Entre otros rubros de importancia, el diseño de escenografía y títeres estuvo en manos de Jorge Nieto, y el diseño lumínico a cargo de Gabriel Romanelli.

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