Ciudad

Haciendo seña

La suba del boleto se hace más cuesta arriba en el Concejo

Los ediles entrarán el lunes en receso invernal y todo pasará al mes que viene. Igual, el aumento es la última alternativa. Contribución de la provincia y subsidios de la Nación son ideas que se barajan mientras el consenso no aparece.


A una semana de la difusión del nuevo estudio de costos del transporte urbano de pasajeros que arrojó un desfasaje del 33 por ciento en la tarifa –estableció un valor de 6,65 pesos para el boleto– el Concejo Municipal ingresará este lunes formalmente en receso sin haber tocado el tema de un posible aumento, por lo que todo se postergó al menos hasta agosto. Es que, además de la pausa invernal, lo cierto es que una suba del boleto parece una misión imposible a la hora de articular consensos, en un escenario donde al oficialismo le faltarían al menos tres y probablemente cinco votos para un proyecto en ese sentido, y donde gran parte sino toda la oposición no quiere ni escuchar de una suba. Así las cosas, buscar un equilibrio para el sistema dependerá en buena medida de una serie de alternativas que se barajan, pero que requieren de complejas gestiones ante la provincia y la Nación, sobre las que, además, no hay ninguna garantía todavía.

Los ediles que no están aliados con el oficialismo ya anticiparon su voto en contra a toda propuesta de aumento a los usuarios por considerar que aún restan variables por analizar, como lograr un aumento en los subsidios estatales, para que el costo del servicio no se traslade al bolsillo del usuario.

La comisión de Servicios Públicos de Palacio Vasallo analizó durante las últimas semanas la posibilidad de lograr un aumento ya que la idea del Ejecutivo local era que fuera debatido conjuntamente con el incremento en la tarifa de taxis, aprobado el pasado miércoles en la última sesión antes del receso, que se realizó un día antes por la conmemoración del feriado del Día de la Independencia.

Pero si bien el oficialismo logró articular una mayoría de 14 votos contra 10 para la suba en los taxis –cuya aprobación desactivó anunciadas medidas de protesta del sector– la situación por el boleto de ómnibus es mucho más compleja. Por una parte, hay una línea de salvataje al sistema que se anticipaba como clave, pero nunca llegó: es la inclusión de Rosario –junto a la capital provincial– en el Fondo de Obras Menores, que en parte se iba a utilizar para el Fondo Compensador. Se trata de una modificación a la ley vigente que recibió media sanción por parte de la Cámara de Diputados de la provincia en octubre de 2014, pero pese a ser celebrada con bombos y platillos quedó en el Senado y aún se sigue esperando.

En ese marco, vuelve a calcarse un escenario de debate sobre aumento sí o aumento no y, con un Concejo con 24 bancas, el panorama se tornó más complejo para el oficialismo, que articulando alianzas podría lograr –y con suerte– diez votos.

El edil del Partido del Progreso Social Héctor Cavallero, un de los que descartan de plano votar un aumento que lleve el boleto siquiera a 6 pesos, consideró a cualquier suba como un perjuicio para los sectores sociales más humildes, sobre quienes acaba recayendo siempre el costo del servicio. “En los estudios de costos se tienen en cuenta numerosas variables, pero nunca la capacidad de pago del usuario. El valor que hoy se paga es totalmente exagerado para lo que puede pagar una persona de clase trabajadora”, manifestó.

En igual sintonía se manifestó Carlos Cossia, quien también adelantó que no apoyará el aumento, al tiempo que reclamó una mayor participación, sobre todo por parte del gobierno provincial, que no aporta subsidios de ningún tipo para el sistema. “El Estado debe subsidiar, pero la provincia mira para otro lado cuando se trata de nuestro servicio de transporte, usado incluso por ciudadanos de otras localidades, que trabajan en la ciudad”, resaltó el concejal del Peronismo Solidario.

“En la mayor parte del mundo, el 40 por ciento del valor del costo del boleto es subsidiado por el Estado a fin de garantizar el acceso universal del servicio y disuadir el uso de transporte individual para evitar la contaminación ambiental”, insistió Cavallero.

A criterio del edil opositor, deben analizarse al menos cuatro variables que permitirían absorber una suba: un mayor compromiso del gobierno nacional en los costos del combustible y paritarias del sector, que la provincia aporte al transporte de la ciudad (aunque prefirió no referirse a cuáles específicamente para no despertar expectativa), engrosar el Fondo Compensador por otra vía, y disuadir a la población para que no utilice el vehículo particular para aumentar la recaudación, disminuyendo así los costos por viaje.

En referencia a esta última cuestión, Cavallero recordó que “disminuyó sensiblemente el índice de pasajeros transportados por kilómetro”, situación que atribuyó al elevado precio del boleto y a las falencias del servicio. “Por eso vemos cada vez más familias de cuatro personas viajando en una misma moto. Tenemos que apuntar a una transformación sustancial del sistema y plantearnos qué transporte queremos porque si no dentro de 50 años no se va a poder respirar aire en Rosario”, disparó.

El ex intendente cuestionó duramente al servicio prestado por las empresas ya que “se continúa apostando por líneas a combustión cuando todos los países apuestan por el servicio eléctrico”.

“Desde que en mi intendencia repusimos la línea K, después nunca más se habilitó otra línea de trolebuses. Había que hacer 4 líneas más que en un momento tuvo la ciudad, pionera en Latinoamérica en transporte no contaminante. Durante la intendencia de (Miguel) Lifschitz se hizo un convenio con la ciudad de Vancouver para recibir gratuitamente 83 trolebuses, sólo había que pagar 2.500 dólares por cada uno para desembarcarlos en el puerto de Rosario. Pero, por lo visto, eran muy caros. Hoy están todos funcionando en la ciudad de Mendoza”, cerró.

Ojos de rayos X para ver el número del bondi

Carlos Cossia reclamó la reglamentación de un proyecto de su autoría aprobado durante sus primeros meses como edil, para colocar la numeración en la parte lateral y trasera de todas las líneas del transporte urbano de pasajeros, ya que actualmente “una persona tiene que correr para ver qué colectivo está en la parada”.

“El proyecto fue aprobado por lo menos, hace un año. Estas son cosas sencillas que la gente pide, sobre todo las personas mayores, para mejorar el servicio”, recordó el concejal, contrariado porque aún no se aplicó la idea.

Choferes anti-suba

La Asociación de Obreros del Transporte Automotor (Aota), gremio minoritario del sector, manifestó su rechazo al aumento de boleto por considerar que “el sistema sigue retrasado 30 años” y “lo único que se hace es retocar la tarifa”. Desde la entidad sindical que junto a la Unión Tranvarios Automotor representa a choferes y trabajadores del transporte urbano e interurbano, reclamaron “nuevos y más subsidios” para el sistema y “no tener como primer y única salida” el aumento del boleto. “En la actualidad muchos coches no dan abasto por sus años, se rompen, se han quemado en plena calle, las frecuencias siguen siendo malas y más allá de algún maquillaje esporádico, el sistema en sí mismo es un desastre y no hay voluntad política de cambiarlo”, disparó Alberto Montenegro, titular del gremio.

Comentarios