Septiembre

CON COMPROMISO

La mirada de jóvenes docentes de la escuela pública sobre la formación

Nacidos y formados en democracia, cuatro docentes reflexionan sobre sus profundos vínculos con ese sistema, sobre el rol de la escuela, su valor, sus posibilidades, deudas, fortalezas y desafíos


Patricia Lezcano

Cuatro jóvenes docentes reflexionan sobre el papel crucial de la escuela pública en un sistema democrático. Con una pasión compartida por la enseñanza y un profundo compromiso con la educación, estos educadores, todos con menos de 40 años, representan esa generación de docentes que nacieron, se formaron y comenzaron a ser formadores de nuevas generaciones en democracia.

Paula del Cura tiene 36 años y es docente de primaria; destaca el rol de la Escuela Pública como “un espacio desde donde los docentes buscan construir participación y trabajar para que las infancias sean las protagonistas. Queremos trabajar no solo con las infancias, sino con las familias para que sean parte activa de la comunidad educativa”.

Paula hace énfasis en el encuentro plural y diverso que se da en las escuelas: “La escuela es ese lugar donde aprendemos a vivir, a convivir con otros, con lo diferente, con las individualidades de cada una y cada uno, donde enseñamos también diferentes formas de convivencia. Es el espacio también para entender que dentro de la democracia entramos todos. Es un lugar donde darle importancia a la participación de todos para la resolución de los diferentes desafíos que se nos presentan dentro de las instituciones”.

En relación con los desafíos de la escuela y la democracia, la docente precisa: “La escuela, pensada como el lugar en donde formamos ciudadanas y ciudadanos, es un lugar donde poder reflexionar sobre las infancias que no tienen cubiertas las necesidades básicas, donde tenemos que pensar en cómo construir más espacios democráticos, más lugares que cobijen a las infancias y a las familias de esas infancias”.

 

La escuela como lo única presencia del Estado en los barrios

Luciano Pérez tiene 37 años y es docente con trayectoria en escuelas secundarias y en secundarias para adultos. Entre sus primeras reflexiones destaca el rol de las escuelas como instituciones del Estado. “La escuela es muchas veces lo único del Estado en el barrio, es decir, es una de las principales instituciones públicas que brindan no solo educación sino diversos asesoramientos para las familias y para sus hijos e hijas y cumple un rol fundamental en el sistema democrático, porque la escuela es una institución democrática que viene brindando educación a cientos de miles de estudiantes en estos 40 años de democracia y, desde mucho antes”.

En cuanto al rol de las escuelas y la transformación de las instituciones en las últimas décadas, valora sobre todo que “la construcción de ciudadanos y ciudadanas es la principal tarea de la escuela pública. En lo referente a la praxis, no caben dudas que nos encontramos con formas de convivencia democrática en las escuelas; en el contexto de conquista de derechos de las últimas décadas plasmado en numerosas legislaciones, se observan transformaciones en la práctica educativa, por cuanto el aula ha dejado de ser un lugar de disciplinamiento social para ser uno de expresión, en el que surgen dudas, propuestas, cuestionamientos, en fin, surgen cosas espontáneamente. Esa voluntad es la que ha de potenciarse si queremos construir una sociedad más justa, una patria más libre y soberana”.

El desafío de construir ciudadanía colectiva con solidaridad y empatía

Victoria Acosta tiene 34 años y es docente de primaria.

Para Victoria, “la escuela pública dentro de un sistema democrático cumple un rol fundamental, podríamos decir que es parte de una columna vertebral. Por la escuela pública pasan todos, es un espacio único donde debemos construir ciudanía plena. Y agrega, “creo que lo que hoy está en debate es si construimos ciudadanía individual, que gira en torno a la ley de la selva o del más apto o si por el contrario construimos una ciudadanía colectiva, donde haya solidaridad y empatía” dice Victoria.

Al momento de rememorar su propia trayectoria como estudiante, Victoria reflexiona: “Yo viví toda mi educación en democracia, que transcurrió en el Normal 1 y pude vivir la democracia plena, participar en movilizaciones con el centro de estudiantes en el secundario, de las marchas etc. Claramente no es lo que ocurrió durante las dictaduras en nuestro país, con docentes desaparecidos y cesanteados, con prohibiciones y censura”.

En relación con la propia práctica y los desafíos actuales, propone: “En primaria nos debemos, nosotros como docentes, repensar las instancias de participación, sobre todo de los estudiantes, creo que hay una mirada adultocéntrica de pensar que porque son muy chicos no pueden estar discutiendo acerca de la escuela que quieren, pero yo creo que en algunas instancias y con algunos programas lo tenemos que ir modificando porque tienen mucho que aportar”.

La importancia de reivindicar el valor de lo público

Nicolás Welschen tiene 22 años y hace poco tiempo se sumó a la docencia, realiza reemplazos en colegios secundarios de la ciudad de Rosario y sostiene: “Es muy importante reivindicar el valor de lo público, de la educación pública, de la salud pública, no sólo en las materias sociales, sino de manera transversal en todas las materias”.

Los espacios de participación y expresión son también parte de las preocupaciones de Nicolás, que destaca que “la libertad de expresión es invaluable, los chicos pueden ir vestidos como quieran, con el pelo que quieran, con los aritos, piercings que quieran, con el nombre, con el género, con los pronombres con que ellos mismos se autoperciben. Creo que muchos no saben que eso no siempre fue así, que fueron logros conquistados con mucho tiempo y militancia”.

A esto Nicolás le contrapone lo que sería una educación en un país sin democracia. “Voy a usar una palabra que está muy de moda ahora, y que se usa incorrectamente, una educación en un sistema no democrático sería una educación absolutamente adroctinante, punitivista, con el fin de que se formen ciertas líneas de pensamientos y se persiga al que opina distinto”, concluye.

Cuatro docentes, cuatro historias de vida, formación y enseñanza en democracia. Cuatro reflexiones que valoran la escuela pública, sus profundos vínculos con la democracia, sus posibilidades, deudas, fortalezas y desafíos. Cuatro formas de expresar una misma certeza: la democracia crece con más y mejor escuela pública para todas y todos.

 

 

 

 

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