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La metrópoli es salud

Un estudio inglés informó que vivir en ciudades podría generar mayor inmunidad frente a infecciones, lo que supone que las próximas generaciones ya tendrían el “anticuerpo” en su genética.

Quienes descienden de familias que han vivido en centros urbanos de gran densidad de población estarían más protegidos frente a posibles infecciones, destacan científicos de la Universidad de Londres, que investigaron cuánta gente portaba una variante de un gen específico que, se sabe, es resistente a la tuberculosis y la lepra. La presencia del gen resultó ser más común en aquellos que vienen de regiones con una larga historia de urbanización, donde pudieron haber cundido las enfermedades en una época.

Los científicos describieron el descubrimiento como un ejemplo de “la evolución en acción” y señalaron que el fenómeno, reportado en la publicación Evolution, es una muestra de la llamada “presión selectiva” relacionada a la resistencia contra las enfermedades.

“Las frecuencias con que se producen estas secuencias genéticas que proveen protección serán más comunes en áreas donde la enfermedad ha estado matando gente durante siglos o milenios”, según indicó Brian Spratt, director de Microbiología Molecular del Imperial College.

Esto sucede porque, cuando una población ha estado expuesta a una enfermedad mortal, las personas más aptas para transmitir sus genes a la próxima generación son aquellas cuya estructura genética les permite combatir la infección.

En ciudades y pueblos donde las personas están en contacto más cercano, la posibilidad de estar expuestos a una enfermedad infecciosa es, en teoría, mucho mayor.

De manera que, a lo largo de los siglos, a mayores niveles de exposición histórica, son mayores las probabilidades de que esos genes resistentes se propaguen entre la población.

Los científicos de la University College London y la Royal Holloway, parte de la Universidad de Londres, pusieron a prueba la teoría mediante un análisis de muestras de ADN de 17 poblaciones diferentes de Europa, Asia y África.

Los resultados se compararon con datos históricos y arqueológicos respecto a la fecha de la fundación de las ciudades o asentamientos urbanos en cada región.

La variante del gen protector se encontró en casi todas las personas desde el Medio Oriente hasta India y en partes de Europa donde las ciudades llevan miles de años establecidas. Sin embargo, el gen es menos frecuente en regiones con una historia más breve de urbanización, como en África.

“Resalta la importancia de un aspecto muy reciente de nuestra evolución como especie, el desarrollo de ciudades como una fuerza selectiva”. El científico añadió que también podría explicar por qué se observa diferencia de resistencia alrededor del mundo.

Por su parte, el profesor Brian Spratt, director de Microbiología Molecular de la Escuela de Salud Pública del Imperial College, dijo: “Individuos que son más resistentes a un patógeno que produce una enfermedad de considerable mortalidad, como la malaria o la tuberculosis, sobrevivirán mejor y continuarán reproduciéndose. Como muchos de sus descendientes heredarán una mayor resistencia contra el patógeno, éstos también sobrevivirán en mayor número”.

Y concluyó que “la frecuencia con que se producen estas secuencias genéticas que proveen protección contra una enfermedad serán más comunes en áreas donde la enfermedad ha estado matando gente durante siglos o milenios”.

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