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Vida y Plenitud

La meta es ser felices y plenos todo el tiempo

La felicidad siempre estuvo en nosotros y ya es hora de recuperarla. Pero ahora, ¡ya! Espiritualidad práctica, no dentro de diez años.


Se dice que la felicidad está hecha de pequeños momentos. ¿Qué es entonces el resto del tiempo? ¿La infelicidad más terrible? ¿La rutina más agobiante? ¿El sinsentido?

No. No es así. Hay sí, momentos fuertes y elevados de extrema felicidad; el resto del tiempo, que no necesita llegar a esos picos, debe ser de extrema armonía. Los seres evolucionados, los seres divinos que nos acompañan y enseñan en este camino de despertar espiritual, nos reclaman que seamos felices todo el tiempo. En cualquier circunstancia.

Esa es la única alternativa real: la felicidad es simplemente ser consciente de quién sos. Consciente de tu divinidad. Saberte destinado a la plenitud. Nos merecemos ser felices porque la felicidad es nuestro destino, la felicidad es nuestra naturaleza, la felicidad es nuestra obligación, la felicidad nos llama permanentemente.

La felicidad siempre estuvo en nosotros y ya es hora de recuperarla. Pero ahora, ¡ya! Espiritualidad práctica, no dentro de diez años.

Basta de hacer un curso durante años para aprender a saludar, años más para aprender a sonreír, años más para atreverse a salir a la calle con la cabeza alta… ¡la vida es aquí y ahora! La vida se te va en un minuto, o en un minuto te la ganás para siempre. Nadie es responsable de tu felicidad o de tu infelicidad, sólo vos sos responsable de lo que pasa en tu vida.

Este es el momento justo.

Atrévete a dar el primer paso.

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