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Marche preso

La mala idea de dejar el guiso y salir a la puerta a ver qué pasaba

Se estrelló un auto en la puerta de su casa: los golpearon, los detuvieron y ahora los acusaron por un asalto en zona oeste.


Juan Enrique y Juan Fernando son amigos. La noche del martes estaban comiendo un guiso en la casa del primero, ubicada en Seguí al 400 bis cuando escucharon tiros y una explosión. Los dos dejaron el guiso sobre la mesa y salieron a la calle a ver qué pasaba.

Ahí vieron que había un vehículo con las puertas abiertas. Y enseguida observaron a varios gendarmes que los obligaron a tirarse al piso y los detuvieron. Los hombres aseguraron que fueron golpeados por los uniformados, que los llevaron presos. Todo esto lo dijeron en una audiencia imputativa celebrada ayer en Tribunales.

Juan Fernando tiene 42 años, es diabético. Se presentó a la audiencia con un hematoma en su ojo izquierdo y escoriaciones de gran tamaño en la sien y oreja izquierda. A su lado estaba Juan Enrique, de 34 años, quien sostuvo que fue fuertemente golpeado en las costillas. El dúo fue acusado de participar en un robo a una carnicería y en una persecución cinematográfica que el martes por la noche cruzó la ciudad y terminó con un presunto ladrón muerto, tres personas detenidas: los acusados y un adolescente, y un móvil chocado. Por su parte, la jueza Mónica Lamperti admitió la imputación e hizo lugar al pedido fiscal de prorrogar por 48 horas la audiencia de prisión preventiva.

Juan Enrique es estibador, no sabe leer ni escribir y llegó esposado a la sala de audiencia junto con su amigo Juan Fernando, que se gana la vida como paquetero.

Ambos prestaron atención al desarrollo de la audiencia. La fiscal Andrea Vega describió el robo a una carnicería de calle Colombres al 1000 en zona oeste donde 3 jóvenes ingresaron armados y asaltaron a los dueños, el carnicero, el verdulero, sus padres y una pareja de clientes que había en el lugar. La funcionaria sostuvo que el botín fueron 6 celulares, dos cuchillas, una máquina de cortar fiambres y 2.000 mil pesos. Los ladrones huyeron en un Toyota Corolla en cuyo interior los esperaba otro secuaz, aunque testigos del hecho lograron tomar la patente del automóvil.

Con ese dato personal del 911 dio un alerta, y media hora después los policías ubicaron el vehículo en Godoy y Las Palmeras. Allí, los uniformados iniciaron una persecución que se dirigió hacia Circunvalación. Hubo varias secuencias de disparos y el auto se perdió en varias oportunidades. En uno de los reencuentros con el personal policial fue en 27 de Febrero y Circunvalación. Allí un móvil de Gendarmería se unió a la persecución cuando el Corolla casi los choca. Un momento el auto giró en U y uno de los patrulleros impactó contra otro vehículo. El Corolla siguió su huida y los gendarmes por detrás. Llegaron a bulevar Seguí, el automóvil dobló en Cepeda y el personal de Gendarmería divisó unas luces de stop. Al llegar, el auto estaba vacío y estrellado contra una vivienda. Cuando se acercaron, y según el relato de los uniformados, un portón se movía y al llegar observaron a dos personas de pie a quienes le dieron la voz de alto y se tiraron al piso.

Vecinos

Estas dos personas fueron identificadas como Juan Fernando V. y Juan Enrique V. y ayer fueron imputadas por los delitos de robo calificado por el uso de arma, portación de arma de uso civil. La policía secuestró 3 armas: una en debajo del asiento del conductor del auto, otra frente al vehículo y la tercera en poder un joven fallecido en un presunto enfrentamiento (ver aparte). También le endilgaron resistencia y encubrimiento porque el vehículo había sido robado el sábado pasado en Echesortu. Los acusados se desligaron del hecho y argumentaron que salieron de la vivienda de Juan Enrique a ver qué había pasado cuando fueron detenidos.De las pruebas expresadas en la audiencia se desprendieron los testimonios de las víctimas de robo, quienes describieron a los ladrones como veinteañeros, incluso las descripciones físicas no tuvieron correlato con la fisonomía de los detenidos.

Presos

Por su parte el defensor oficial Darío Pangrassi hizo reservas respecto la imputación y se opuso al pedido fiscal de prorrogar la audiencia de prisión preventiva por 48 horas.

Aunque la jueza Lamperti admitió la imputación e hizo lugar al pedido de prórroga. A su vez ordenó una revisión médica por un forense y dio vista al fiscal para que se investiguen las lesiones de los imputados.

Un golpe calcado

Luego de conocerse la noticia del robo y persecución que terminó con tres detenidos y un muerto, un comerciante de Fray Luis Beltrán se presentó ante la Policía para dar cuenta de haber sufrido un asalto en el que los ladrones se movilizaban en un Toyota Corolla gris, el mismo vehículo involucrado en el golpe que terminó de manera fatal, dijeron voceros del caso. Iván R., de 25 años, denunció en la seccional 4ª de Beltrán, departamento San Lorenzo, que fue víctima en su autoservicio de Spano al 600 de un robo en el atardecer del lunes pasado, cuando cuatro hombres armados que se movilizaban en un automóvil Toyota Corolla color claro le sustrajeron la recaudación del comercio, episodio que quedó filmado por cámaras de videovigilancia, informaron fuentes policiales. Según las mismas fuentes, el material fílmico quedó en poder de investigadores de la Unidad Regional XVII con asiento en San Lorenzo.

Oscuro procedimiento

Cuando la Policía llegó al automóvil Toyota Corolla, en bulevar Seguí y Cepeda, inició una búsqueda por los pasillos. Y en una vivienda cercana a calle Ayolas divisaron a un joven que estaba con el torso desnudo. Según la versión policial, el muchacho disparó y un policía respondió. Cuando el joven intentó ingresar al pasillo nuevamente cayó herido.

Identificado como Facundo Rivas de 22 años, llegó muerto al hospital. Este es el muchacho que ayer los investigadores aseguraron que había participado en el robo. Incluso, algunos lo sindicaban como la persona que manejaba el auto estrellado y que tras recibir un disparo perdió el control del vehículo, algo que un día después fue descartado.

Según la Policía, los pesquisas siguieron las manchas de sangre de Rivas y llegaron a una casa. Su dueño les dijo que un vecino de 17 años le pidió asilo mientras su madre regresaba. El chico marchó preso y quedó a disposición de la Justicia de Menores.

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