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La herencia más pesada

El argentino Nicolás Entel le da la palabra a Sebastián Marroquín, único hijo del temido narco Pablo Escobar.

hermanos

Un documental fascinante presentado en el Festival de Cine independiente Sundance en Park City (Utah, Estados Unidos) muestra el destino del único hijo del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, que decidió irse al extranjero y reconciliarse con las víctimas de su padre.

El trabajo del realizador argentino Nicolás Entel, de 34 años, ofrece por primera vez el testimonio de Sebastián Marroquín, quien junto a su madre decidió cambiar de nombre, instalarse en la Argentina y romper con su pasado justo después de la muerte de su padre, abatido por la policía en 1993.

“Un amigo productor, que vive en Colombia, me había propuesto hacer un documental sobre Pablo Escobar”, explicó a la agencia de noticias AFP Nicolás Entel, cuya película, titulada Pecados de mi padre, se presenta por estas horas en la Competencia Oficial del Festival de Cine Independiente de Sundance, que se celebra hasta el 31 de enero en Park City, en las montañas de Utah, una de las zonas más bellas, agrestes y frías del oeste de los Estados Unidos.

“Quería hacer algo nuevo, con un punto de vista diferente, y tuve la idea de contar la historia a través de su hijo único”, añadió el realizador.

“Después de eso, estuve seis meses convenciéndolo para que se animase a participar en el proyecto. Ya había rechazado más de 50 ofertas, entre ellas algunas de Hollywood. En gran medida, las había rechazado porque eran intentos de explotar el nombre de Pablo Escobar, darle glamour al estilo de vida «gangsteril»”, añadió Entel.

Sebastián Marroquín, nacido con el nombre de Juan Pablo Escobar, es un hombre de unos treinta años, apacible, de voz serena y mirada triste. Se muestra sorprendentemente tranquilo a pesar de su conflicto interior entre el amor filial por un padre al que adoraba, y el rechazo al monstruo sanguinario que causó la muerte de miles de personas.

Sebastián está triste porque, según Entel, “sabe que ha perdido el derecho a enojarse. Te pongo un ejemplo muy tonto: si vos me hacés algo muy malo y yo te digo «eres un gilipollas», para hablar como los españoles,  o «te voy a matar», vos sabés que no te voy a matar, que estoy hablando figurativamente. Si él dice algo así, y lo sacan de contexto, al día siguiente está en la tapa de los diarios que el hijo de Pablo Escobar amenazó a alguien de muerte”.

Sebastián Marroquín comenta las grandes etapas de la vida de su padre, pero el documental está, ante todo, centrado en sus esfuerzos de reconciliación con los hijos de Rodrigo Lara Bonilla, ex ministro de Justicia colombiano, y Luis Carlos Galán, ex candidato a las presidenciales, ambos asesinados por su padre.

La idea de reunir a esos hijos vino de Nicolás Entel y fue aceptada por Sebastián Marroquín. “En principio, tenia este sueño. Era un sueño, un disparate imposible. Para que el encuentro ocurra, tuvieron que pasar un montón de gestos en el mundo real”, narró Entel.

El encuentro, que tuvo lugar en suelo colombiano, es uno de los momentos culminantes del documental. “El establishment colombiano se asustó y empezó a criticarnos. Y esto es porque las conexiones entre Pablo Escobar y ése establishment colombiano, es decir los políticos, los empresarios y los medios de comunicación, nunca fueron debidamente investigadas. Entonces, todavía hay gente muy poderosa en Colombia, que no quiere que haya una discusión seria sobre Pablo Escobar”, afirmó el director argentino.

 Un realizador inquieto

 Nicolás Entel nació en Buenos Aires, el 14 de agosto de 1975. Se recibió de director en la Universidad del Cine, y además tiene una maestría en Broadcasting Administration en la Universidad de Boston. Desde el 2000, divide su tiempo entre la ciudad de Nueva York, donde fue uno de los fundadores de Red Creek Productions, y Buenos Aires.

Pecados de mi padre es el primer material que el realizador logra concretar en formato largometraje, luego de su ópera prima, el también documental Orquesta típica. Además, prepara otros cinco largometrajes incluyendo La difunta, un drama que transcurre en la frontera entre México y los Estados Unidos que el director espera que se convierta en su tercera película.

Por otra parte, Entel escribió artículos para numerosas revistas, y recibió reconocimientos y premios de varias organizaciones, como el Berlinale Talent Campus, Kodak, the American Pavilion at the Cannes Film Festival, The Sundance Institute, Incaa, Universidad de Boston y Universidad del Cine de la Argentina.

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