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Volver a empezar

Escuela 1318 abrió sus puertas para pacificar barrio La Lagunita

Seis meses atrás la mamá de un alumno había denunciado un episodio de abuso que no se probó. Ahora buscan un cierre. Directivos, docentes, padres de alumnos y vecinos participaron ayer de una “jornada de reflexión”.


La escuela primaria N° 1318 “Comunidad Eva Perón” en Saavedra al 6100, abrió ayer sus puertas para una singular “jornada de reflexión” de la que participaron directivos, docentes, padres de alumnos y vecinos. El objetivo del encuentro era un intento de pacificar las tensiones en el barrio La Lagunita, a seis meses desde  que, en junio, la denuncia de una madre por un caso de abuso a su hijo presuntamente cometido dentro del establecimiento dividiera a la comunidad educativa y a los habitantes del lugar: la supuesta víctima cursaba primer grado y los apuntados como autores eran alumnos de séptimo. El caso derivó en enfrentamientos y episodios de violencia, generó también el desembarco de un equipo interdisciplinario del Ministerio de Educación de la provincia y el corrimiento de los directivos del establecimiento. Pero la investigación judicial no encontró indicios de que el hecho hubiera ocurrido, al menos tal como se había denunciado. La jueza de la causa, María Dolores Aguirre Guarrochena, determinó que no había elementos “serios y verosímiles” a partir de las numerosas pruebas y testimonios que se realizaron.

Ayer la comunidad educativa, los alumnos, asistentes escolares y familiares, estuvieron presentes en la institución con la meta de finalizar el año cerrando una herida difícil. “Respeto”, “1318 Siempre de pie”, “Te quiero, Escuela. Gracias por acompañarnos cuando más lo necesitamos”, decían carteles y mensajes escritos por los alumnos hechos en cartulina que empapelaron  la institución cuando finalizó la jornada.

“¿Por qué ensuciar la escuela que es nuestra segunda casa?”, “Queremos que vuelvan los docentes y directivos anteriores”, “La escuela 1318 acompaña y apoya al gran trabajo colectivo de esta comunidad educativa”, “La escuela los abraza”, decían otros.

Un barrio complicado

Javier Verduga es docente de séptimo grado, desde hace 15 años y recordó a El Ciudadano cómo se fue genrando una tensión que enfrentó a alumnos, padres, y al barrio mismo. “Una mamá se presentó en junio pasado para hablar con los directivos porque supuestamente siete chicos de séptimo grado habrían abusado de su hijo de primero, en el baño de la escuela. Ese mes la escuela transitaba por un momento particular porque los chicos se quedaban a una jornada abierta. Pero los chicos no se mezclaban ni en el patio, ni en el baño. Luego de semejante acusación, se tomaron los recaudos pertinentes, se realizaron las actas correspondientes y se le brindó asistencia económica a Mabel, la mamá del supuesto chico abusado, para que lleve a su hijo al médico. Al día siguiente vinieron a la institución muchas personas del entorno de la denunciante y se generó un caos total. Un grupo de vecinos fue a la casa de uno de los supuestos abusadores y le quemaron la casa. También robaron en la escuela”, relató el docente.

Verduga detalló que el Ministerio de Educación desplazó a los directivos del establecimiento fundamentando que había una “mala administración”.

“Se desestimó que haya habido penetración anal en el menor. Tenía que presentarse a cámara Gesell donde la presunta víctima sea entrevistada para conocer su discurso, pero no fue. A los pocos días, la madre de la supuesta víctima, se mudó. También había muchas contradicciones por parte del padrastro del nene, no coincidían con lo que decía su pareja, Mabel. Así la jueza  se expidió anulando la acusación”, explicó Javier.

El docente afirmó que la institución es una gran contención para los alumnos y el único espacio donde se prestan los oídos para todos.

“Hay muchos chicos que están fuera del sistema, centenares de chicos que no van al secundario. Todos los días están los pibes en las esquinas, por diferentes motivos e intencionalidades. Acá la palabra «transero» es una palabra familiarizada, el barrio está sujeto a normas de desvalorización, muy complejas. La escuela está entre los Fonavis de bulevar Seguí, La Lagunita, que bordea la institución y es un barrio precarizado; hay tres barrios asentados en menos de diez años: vienen de Molino Blanco, de Villa La Lata y de Villa Manuelita. En frente hay un terreno tomado con casi 50 familias en condiciones paupérrimas, ese es el esquema demográfico donde se encuentra la escuela. Y aparecen chicos con problemas de adicciones, desnutrición y maltrato”, describió el docente.

Y concluyó: “El objetivo de la jornada fue para reivindicar a la escuela, para reposicionarla donde tuvo que estar siempre. También les contamos a los padres de los alumnos lo que fue sucediendo progresivamente a partir del hecho suscitado y la resolución de la jueza. Reconocemos y valoramos la actitud de los padres de  los alumnos. El 95 por ciento de la comunidad apoyó a la institución y un grupo minúsculo tomó como represalia robar a la escuela, no vengar”.

El relato de una madre

Verónica Sánchez es mamá de Kevin, uno de los chicos acusados de abusar de otro de 1°grado en la 1318, y un grupo de vecinos quiso quemarle su casa. “Yo sé hasta qué punto puede llegar mi hijo. Siempre se queda al cuidado de sus hermanos. Cuando me enteré de lo que estaba pasando fui a la comisaría, después busqué a mi hijo porque me amenazaban con matarlo”, describió. Contó que vecinos entraron a su casa y se la destrozaron. Le robaron cosas y le quemaron otras. Y sabe que todo pudo ser más grave: “Tuve que llevar a mi hijo a la casa de una amiga para que nadie supiera dónde estaba. Kevin quedó traumado, escucha un ruido, mira por la ventana y se enloquece. Yo me pongo en el lugar de la otra mamá pero, ¿quién paga el daño psicológico que le hicieron a mi hijo? Que Dios se encargue de juzgar lo que pasó”.

“La causa está archivada”

La jueza del caso, María Dolores Aguirre Guarrochena, explicó a este diario que la causa terminó archivada por falta de pruebas que sustentaban la versión de la madre del supuesto menor abusado. “La mamá del chico que acusó a los alumnos de séptimo grado de supuesto abuso, nunca se presentó cuando fue citada a declarar. Se le dio asitencia judicial a las distintas convocatorias y tampoco fue. De esa manera, valorando la falta de colaboración de la mamá y de otros elementos, la causa fue archivada”, explicó la jueza de menores. Y concluyó: “Acá termina mi análisis. No se pudo acreditar la hipótesis que sostenía la mujer”.

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