Ciudad

Cambio cultural

La cocina mueve motores

Unos cincuenta litros mensuales de aceite comestible usado provenientes de hogares rosarinos se suman a los que ya aportan los restaurantes para ser utilizados en el transporte público.


Una cantidad creciente de aceite comestible usado que se mide en miles de litros se recicla cada mes en Rosario. El volumen mayor proviene de establecimientos gastronómicos, pero una parte de ese total, aunque todavía ínfimo, supone un cambio cultural, y de ahí su importancia. Se trata de cincuenta litros de aceite de uso hogareño que vecinos de distintos barrios alcanzan a los centros municipales de distrito para su reutilización como biodiésel que usa el transporte urbano de pasajeros. Actualmente se lo destina, como prueba piloto, a dos colectivos de la Semtur y los resultados obtenidos demuestran que los niveles de humo emitidos son significativamente más bajos que lo permitido en la norma que establece límites en la materia.

Los procesos de reutilización de materiales son cada vez más familiares. Y sólo son posibles si se implementan en cada casa; si se cambian, lenta pero constantemente, las costumbres de los ciudadanos. El reciclado del aceite vegetal usado es un ejemplo de cómo desde lo más pequeño se puede hacer y re-hacer.

La recepción de aceite vegetal usado en los seis CMD está vigente desde diciembre de 2014. La iniciativa invita al vecino a volcar el aceite usado en botellas de plástico y no en desagües y alcantarillas, para que no termine contaminando el río o las napas de agua subterránea. Lo interesante es que ese aceite luego se reutiliza para fabricar combustible para el transporte urbano de pasajeros.

La Municipalidad estima que todos los meses se recolectan unos cincuenta litros de aceite provenientes de cocinas domiciliarias.

El número contrasta fuertemente con la cantidad de litros recolectados en los establecimientos gastronómicos, que utilizan aceite diaria y masivamente. En abril se juntaron siete mil litros, de sesenta locales. Y en mayo la recolección se extendió a 200 comercios, por lo que se esperaba contabilizar veinte mil litros.

Todo lo colectado se procesa para ser utilizado como combustible en las unidades del transporte urbano en base a un convenio de agosto de 2014 del que son signatarios las secretarías de Producción, Medio Ambiente y Gobierno de la Municipalidad de Rosario, la Fundación de Investigaciones Energéticas y Mediambientales y la Empresa Mixta de Transporte Rosario SA.

El convenio prevé el ensayo en los colectivos de la ciudad del biodiésel proveniente de aceite vegetal usado, aumentando el porcentaje de la mezcla con diésel tradicional hasta en un 20 por ciento.

Dos unidades de la línea 112 Negra son las que están afectadas al ensayo y durante seis meses se realizaron en ellas diez análisis de mezcla de combustible y veinte mediciones de gases (diez para cada unidad).

Los resultados obtenidos muestran una tendencia clara en relación a las emisiones: por tratarse de unidades nuevas, en ambos casos los niveles de humo fueron significativamente más bajos que lo permitido en la regulación. Pero en el caso de la unidad con más biodiésel en la mezcla el porcentaje es comparativamente menor.

Las unidades con combustible tradicional se encuentran en el orden del 23 por ciento del máximo permitido y la unidad con más biodiésel está en un 12 por ciento de ese valor, lo que demuestra que esta última emite hasta la mitad del contaminante que genera la unidad alimentada con el combustible tradicional.

Ventajas por donde se mire

El biodiésel obtenido del aceite comestible usado es provisto al Ente Municipal del Transporte Rosario para enriquecer el diésel tradicional, reduciendo de esta forma el consumo de un combustible de origen fósil que es no renovable y contamina más. El biodiésel emite entre un 40 y un 80 por ciento menos de gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles. También disminuye la contaminación del suelo por tratarse de un combustible rápidamente biodegradable, a la vez que carece de toxicidad. En este caso, se genera un beneficio triple: es económico, por ser proveniente de un recurso reciclado; no agrede el ambiente, por utilizar un combustible limpio, y es ecológico, ya que elimina de manera considerable la contaminación producida por el vertido de los aceites usados en desagües y sumideros.

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