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La caravana interminable

Unas 50 mil personas pasaron por la capilla ardiente del Congreso para ver al menos por un instante al astro y rendirle homenaje, al tiempo que miles acompañaron sus restos hasta su última morada.

Miles de fanáticos acompañaron los restos de Sandro hasta su llegada al cementerio.
Miles de fanáticos acompañaron los restos de Sandro hasta su llegada al cementerio.

El cantante Sandro, ídolo popular y famoso en Latinoamérica fallecido el lunes, fue despedido entre el martes y la jornada de ayer por más de 50 mil fanáticos que desfilaron sin cesar frente a sus restos en una capilla ardiente instalada en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación.

El velatorio, que comenzó el martes alrededor de las 10 de la mañana, atrajo a fanáticos de varias generaciones a agolparse en las inmediaciones del edificio del Congreso desde las primeras horas de la madrugada. Las colas, que llegaron a tener una extensión de más de diez cuadras, comenzaron a avanzar al mediodía cuando las autoridades dieron la orden de ingreso a la multitud (en su mayoría señoras) que ya llevaba varias horas soportando el caluroso clima de Buenos Aires.      

Por otro lado, el martes desfilaron por el lugar figuras de la música, la política, amigos, familiares y, obviamente, sus “nenas”, como llamaba el Gitano a sus fanáticas.

En principio, la ceremonia de despedida iba a concluir su primera jornada alrededor de las 23 del martes, para volver a abrir sus puertas en el mediodía de ayer. Pero la cantidad de gente que se encontraba en el lugar (la cola llegó a ocupar trece cuadras) obligó a los organizadores a decidir, en forma conjunta con la familia del artista, a dejar abiertas las puertas del Congreso, donde estaba montada la capilla ardiente.

 Amigos de último momento

 Durante las últimas horas continuaron llegando al lugar gran cantidad de familiares, amigos y artistas, entre los que se encontraba Soledad Silveyra. La actriz pasó por el Salón de los Pasos Perdidos para “despedir a alguien muy importante en mi carrera y en mi vida”, según confesó entre lágrimas. Compungida y emocionada, Silveyra comentó: “Ver un cuerpo muerto no hace más que llenarme de angustia, por eso quiero recordarlo vivo y cuando suba al auto voy a escuchar sus canciones”. La intérprete, que compartió con el ídolo el film Gitano, de Emilio Vieyra, definió al cantautor como “un caballero, un señor con todas las letras. Sandro era alguien que saludaba siempre, primero al de más abajo para llegar después al de más arriba”.

Por su parte, el cantante español Julio Iglesias consideró a través de un comunicado que con el fallecimiento de Sandro se va parte de la historia de la música contemporánea latina. “Sandro fue siempre un amigo del alma que, aún sin vernos con frecuencia, fue alguien que no se puede olvidar; un amigo con el que compartí tiempos inolvidables en nuestra querida América”, expresó el artista al tiempo que aseguró: “Sandro nos dejó su recuerdo irrepetible como amigo y como artista único y excepcional”.

Luego de varias horas y con la gente algo más dispersa, la capilla ardiente fue cerrada al público alrededor de las 2 de la madrugada de ayer para permitir el descanso de su familia y amigos más cercanos. Pero cuando el sol volvió a asomar, cientos de personas regresaron a las inmediaciones del Congreso para despedir y en algunos casos, volver a ver por última vez, al ídolo. Así fue como las filas volvieron a ingresar a la capilla, pero esta vez sólo por algunas horas, ya que las puertas fueron reabiertas a las 10 y cerradas a las 14, para que el féretro fuera trasladado hacia el cementerio Parque Gloriam de Longchamps.

Un acompañamiento multitudinario

 Durante el recorrido, los autos que trasladaban los restos del astro y a sus allegados realizaron una parada en la casa de la localidad de Banfield, donde se estimaba realizar un minuto de silencio en su homenaje. Pero la devoción popular impidió cumplir con dicha disposición. Aplausos, llantos y algunos amontonamientos generados por la conmoción, signaron la escena dominada por una multitud conformada por unas 5 mil personas que se acercaron a darle un último adiós a su ídolo.

Tras el paso por la casona del Gitano, el público acompañó el recorrido de la caravana por la avenida Hipólito Yrigoyen. Personas de a pie y autos estacionados con las puertas y ventanas abiertas dejando escuchar canciones del ídolo fueron parte de la escenografía visual y sonora que permitió vislumbrar que el sur del conurbano bonaerense estaba de luto despidiendo a uno de los más populares personajes de la canción de todos los tiempos.

Por otro lado, disipada la multitud tras la partida de los autos que trasladaban los restos del artista, más de un centenar de coronas para despedir a Sandro empezaron a ser sacadas del Salón de los Pasos Perdidos del Congreso y a cargarse en coches que más tarde se incorporarían al cortejo rumbo al cementerio privado.

Entre las ofrendas enviadas para acompañar al ídolo fallecido, se contaron las de los músicos Diego Torres, Alejandro Sanz, Ricardo Montaner, Ricardo Arjona y José Luis Rodríguez. También había coronas en cuyos remitentes figuraban la Secretaría de Cultura de la Nación, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, la Asociación Argentina de Actores, el Club Atlético Banfield y la Asociación Argentina de Intérpretes. Otros seguidores de Sandro que mandaron sus flores al Congreso de la Nación fueron el actor Facundo Arana y su familia, los fans de Luis Miguel y los sellos discográficos Universal y Sony.

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