Por: Luciana Sosa
El trabajo por la inclusión social es una tarea que han emprendido los fundadores del Instituto Superior del Profesorado Nº 16 Dr. Bernardo A. Houssay. Cada año abren la inscripción para los nuevos aspirantes a docentes especiales y, si bien la matrícula siempre ha sido menor que la de otros profesorados, esta vez ha tenido muy poca demanda, por lo cual el instituto teme por su cierre. Es por eso que los docentes que pertenecen a la entidad educativa han realizado muestras sobre la importancia de la educación para ciegos y disminuidos visuales, además de informar a docentes de todos los niveles sobre cómo adquirir estos conocimientos especiales sin tener que cursar los cuatro años del cursado.
Ésta es la única carrera que se dicta en el sur de la provincia, es pública, gratuita y su cursado tiene una duración de 4 años.
“Este profesorado es de ciegos y disminuidos visuales; siempre tuvo baja inscripción a comienzos de año y pensamos que es porque no se conoce la propuesta de la institución. Queremos que los docentes y estudiantes sepan la magnitud de este profesorado para así poder trabajar en la integración social respecto a los discapacitados visuales, lo cual es una obra sumamente humana y valiosa”, dijo Analía Caputto a este medio.
La mujer, profesora en Educación Especial para Discapacitados Intelectuales y docente en Ciencias de la Educación, actual jefa de Sección del Profesorado de Ciegos, dialogó con El Ciudadano y expresó que es tanta la demanda en la ciudad de los discapacitados visuales, que “los egresados de este profesorado consiguen trabajo de inmediato”.
El profesorado se dicta desde 1981 y la mayoría de las y los docentes que dan clases en el terciario son ex alumnos de la carrera. Esta labor también tiene como salida laboral las escuelas para ciegos y la posibilidad de ser docente especial para aquéllos que cursan sus estudios en una escuela común.
Sobre la entidad, si bien se han registrado muy pocas matrículas en cada año, “la poca demanda, o el poco interés del ciclo 2011 es preocupante”, remarcó Caputto. A su vez, explicó que los docentes ya egresados de cualquier entidad educativa no necesariamente tienen que cursar los 4 años requeridos en este profesorado para ciegos. “Es importante que los docentes sepan que pueden homologar materias y cursar sólo las especiales para capacitarse en este tipo de alumnado”, dijo.
“El docente especial puede trabajar en la escuela de niños ciegos y en la escuela Braille y se les enseña a cada persona los recursos para desenvolverse en la vida diaria, como el uso del bastón blanco, la lectura en Braille. Muchos también ayudan a los niños y niñas a su cursado escolar, mientras en contraturno los chicos van a una escuela común. El objetivo es prepararlos para que se inserten en una escuela común, que se adopten al medio cotidiano y trabajar por su independencia. Ésa es la mejor manera de integrarlos a la sociedad que les pertenece tanto como a nosotros”.
Sobre su especialidad, Caputto dijo a este medio que se capacitó en la carrera porque la atrae todo lo que tenga que ver con la discapacidad: “Considero que aprendí y conocí mucho sobre cada caso, el empuje de cada alumno y todo lo que hace falta conocer sobre la necesidad de cada discapacitado en general y cómo se lo puede ayudar”. Asimismo comentó que han conocido muchos casos de estudiantes secundarios que ingresaron a la universidad de Derecho y Psicología, entre otras. “Otros trabajan en la biblioteca Argentina y tantos otros en empresas (pocas por el momento) de renombre”. Cada uno de los discapacitados visuales puede ejercer cualquier actividad siempre que en ese lugar se cuente con los recursos tiflotecnológicos (computadora parlante, las máquinas Perkins –aquellas que escriben en Braille– y texturas o cosas con relieve, como mapas, calculadora parlante, todo material que se usa en la vida diaria, que deben
ser especiales para ellos para que lo puedan usar).
En tanto, consultada sobre su visión de la sociedad, si incluye o no a los discapacitados,
la docente advirtió que “poco a poco la gente se va abriendo a las diferencias, cuesta mucho, pero porque uno no tiene conocimiento sobre lo que la persona pueda hacer. Muchos piensan que una persona con discapacidades no puede salir de su casa, no puede tener un trabajo o relacionarse socialmente. Es un gran error”. Y agregó: “La
política pública es la que debe generar estos espacios, pero las iniciativas surgen siempre de quien padece la realidad, o tiene un allegado a ésta. Vemos muchas falencias a nivel político que bien podrían ayudar a mejorar la calidad de vida de tantos ciudadanos”.
Aquellos interesados en la carrera pueden comunicarse al teléfono 4721403, o escribir a isp16@express.com.ar.
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