Un enfrentamiento por el manejo territorial para el narcomenudeo en Granadero Baigorria, entre la facción de Nicolás Lezcano y el asesinado Pablo “Finito” Sosa con la de Daniel “Dani” Godoy derivaron en varios hechos de sangre, entre ellos el crimen por error de Facundo Contreras, el intento de homicidio de un abogado penalista, amenazas a testigos y falsas denuncias. Estos hechos ahora son ventilados en un juicio oral y público donde dos hombres y dos mujeres enfrentan penas que van desde la prisión perpetua hasta una década de cárcel. El más complicado es Lezcano, quien intentó desligarse del crimen de Contreras hundiendo a su socio.
Según la acusación del fiscal Alejandro Ferlazzo, el 26 de diciembre de 2020 dos personas llegaron hasta la bajada de Formosa y el río en la vecina localidad con el objetivo de matar al hijo de Dani Godoy, procesado en la Justicia federal el año pasado como líder de una banda narco del Cordón Industrial.
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Voceros judiciales explicaron que Nicolás Lezcano iba al mando de un Renault Clio mientras que Gastón Moreyra iba de acompañante cuando dispararon contra un grupo de personas y mataron por error a Facundo Contreras, que nada tenía que ver con la disputa.
Los agresores escaparon tras el ataque aunque Lezcano fue detenido conduciendo el Clio cuando personal policial lo cruzó y detectó que el auto tenía impactos de bala. Del interior secuestraron vainas servidas, contó la fuente judicial.
Mientras Lezcano estaba prófugo, consiguió el legajo fiscal y el 11 de mayo de 2021, desde su celular que estaba intervenido, llamó y amenazó de muerte a una testigo haciéndose pasar por Moreyra, a quien pretendía echarle toda la responsabilidad del crimen de Contreras, agregó.
Moreyra pasó de socio a enemigo y Lezcano tiroteó le tiroteó la casa cuando su pareja estaba en la puerta y dejó una nota amenazante. Ya detenido Lezcano mandó a balear la vivienda de la madre de Moreyra y siguió manejando sus negocios delictivos a través de su novia, Nadia Sosa, quien acató sus indicaciones para continuar con el plan para desviar la responsabilidad en el crimen.
El objetivo era conseguir el arma utilizada en el ataque armado en que mataron al joven por error y ligarla a su ex socio. Para ello, contactaron a Débora Rodrigo.
Rodrigo, acompañada de dos abogadas, se presentó ante el fiscal diciendo que Moreyra había sido su inquilino y había dejado un bolso en su casa. Allí se suponía que estaría el arma homicida pero plantaron una pistola equivocada, por lo que tuvieron que repetir la maniobra. En esta segunda ocasión, los policías volvieron al inmueble en el que vivía Rodrigo y secuestraron una pistola usada en el crimen de Contreras, dijo la fuente judicial.
El abogado
La Fiscalía acusó a Lezcano también por intentar matar al abogado penalista Ariel González Zevallos. El tiroteo se cometió el 13 de marzo de 2021 cuando Zevallos fue citado por una mujer en una estación de servicios Axion, ubicada en calle Baigorria y Camino de los Granaderos. El acusado llegó junto a Finito Sosa –asesinado el 8 de agosto de ese año– en moto, se acercaron al Mercedes Benz que estaba estacionado en la dársena donde esperaba el abogado y dispararon más de 20 veces. La víctima quedó malherida con múltiples balazos y se salvó de milagro
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Crimen en la plaza
Para la Fiscalía, Lezcano ordenó desde la cárcel el crimen de Luis Campos, de 38 años y sindicado dealer de la zona.
Según contó Ferlazzo, el acusado ofreció dinero a su hermano, menor de edad, y a Nadia Sosa para que cometieran el hecho y desde la cárcel citó a la víctima en la plaza Ovidio Lagos, ubicada en Maza y Martín Fierro. Cuando confirmaron que la víctima estaba en el lugar le dispararon desde una moto. Le pegaron tres tiros, en el lugar quedaron 9 vainas servidas.
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Juicio
El caso llegó a juicio y el fiscal Alejandro Ferlazzo pidió altas penas para el cuarteto por los delitos de homicidios, amenazas, falso testimonio, falsa denuncia, asociación ilícita, tenencia y portación de arma.
En la primera audiencia reclamó para Nicolás Lezcano prisión perpetua, 25 años para Gastón Moreyra, 30 para Nadia Sosa y 10 años para Débora Rodrigo.
El tribunal está integrado por los jueces Fernando Sosa, Patricia Bilotta y Aldo Bilbao Benítez.
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