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Juicio abreviado y condena

Gastón Medina había aceptado los 15 años de prisión por el crimen de un policía. Pero el juez que homologaba la sentencia se dio cuenta que pesaba otra causa por robo sobre el acusado y unificó en 17 años.

En septiembre del año pasado, Gastón Ezequiel Medina, hoy de 22 años, fue condenado a 15 años de prisión. A esta resolución se arribó luego de que el joven fuera sometido a un juicio abreviado, acusado de participar en el crimen de Eliseo Ramón Mansilla, un policía de 36 años que fue asesinado en abril de 2010, cuando intentó impedir un asalto a un supermercado de Virasoro al 2100. Pero la resolución judicial quedó sin efecto. Es que cuando el juez, Julio César García, iba a homologar la sentencia, reparó en que sobre Medina pesaba, además, un procesamiento por un robo. Así, tras un nuevo proceso abreviado, el acusado fue condenado a 17 años de prisión, más accesorias legales y costas.

Según informaron fuentes judiciales, el 29 de abril pasado el magistrado Julio Cesar García, titular del Juzgado de Sentencia de la 6ª Nominación, homologó un juicio abreviado en el que Gastón Ezequiel Medina, de 22 años, fue condenado a 17 años de prisión.

Es que a pesar de que en septiembre pasado el muchacho había atravesado un proceso similar en el que lo sentenciaron a pasar 15 años tras las rejas, esa resolución quedó sin efecto luego de que García reparara en que el joven había sido procesado en 2009 por otro delito que no habían tenido en cuenta a la hora de calcular la pena a imponer.

Según se desprende de la causa, el 24 de octubre de 2009, el Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación procesó a Medina por la presunta comisión de “robo calificado por el uso de arma de fuego no hallada”.

De acuerdo con esa resolución, un mes antes el acusado junto a otras cuatro personas había abordado en bulevar Oroño y Anchorena a Jorge L., quien estaba junto a su motocicleta marca Guerrero de 110 centímetros cúbicos. “Dame las llaves de la moto”, le dijo uno de los recién llegados a la víctima antes de amenazarlo con un arma de fuego y propinarle un golpe de puño en el ojo. Tras ese episodio, el dueño del rodado cayó al suelo para luego alejarse del lugar tan rápido como pudo. En tanto, sus atacantes falsearon la traba del volante de la moto y su fueron con el botín.

Cuando realizó la denuncia en la comisaría 21ª, que tiene jurisdicción en la zona, Jorge L. dijo que conocía a la persona que lo había atacado ya que habían ido juntos a la secundaria. Y si bien en la seccional lo identificó como “Gastón” y el apellido materno, en sede judicial aclaró su error y lo sindicó como Gastón Medina.

El homicidio del sargento

El 10 de septiembre del año pasado, Medina había sido condenado a 15 años de prisión en un procedimiento abreviado, acusado de participar en el homicidio del sargento Eliseo Mansilla, de 36 años, quien recibió un tiro en el ojo izquierdo el 14 de abril de 2010. Se encontraba dentro del supermercado de capitales chinos Niní, de Virasoro y Oroño, acompañado de su hija de 10 años. Algunas personas dicen que estaba allí como custodio del local, sin embargo otros –inclusive la propia fuerza policial– decían que en realidad estaba allí como cliente.

Fue cerca de las 11 cuando dos jóvenes con la cara semicubierta y esgrimiendo sendas armas de fuego ingresaron al supermercado. Uno de ellos se quedó junto a la caja, mientras que su cómplice comenzó a recorrer las góndolas amenazando a quien se le cruzara y obligándolo a tirarse al piso a la voz de “esto es un robo”. El sargento, sacó el arma de fuego que tenía entre sus ropas de civil, le dijo a la nena que se quedara en el fondo del local y comenzó a acercarse a la parte delantera. Al parecer, Eliseo no alcanzó a identificarse como policía, ya que el asaltante que caminaba, al verlo armado, le efectuó un disparo en la cabeza. Un día después, el policía murió en el Heca. Los jóvenes huyeron del lugar a bordo de una motocicleta, sin llevarse ningún elemento de valor.

Tras una serie de tareas investigativas, la Policía detuvo, el 22 de abril de 2010 –ocho días después del frustrado atraco– a Gastón Medina, en ese entonces de 21 años.

El operativo se llevó a cabo en la estación de ómnibus Mariano Moreno, adonde el joven se encontraba acompañado por dos mujeres a punto de subirse a un micro que lo llevaría a la localidad de Vera, adonde planeaba esconderse en la casa de un familiar. En un principio el sospechoso brindó una identidad falsa, pero luego se determinó que se trataba de Medina.

En sede judicial, el joven terminó por confesar que había participado del hecho, aunque se desligó del ataque al policía. De acuerdo con su versión de lo ocurrido, él se había limitado a conducir el rodado, mientras que su cómplice había efectuado el disparo que terminó con la vida de Masilla.

Vendetta

En una de sus declaraciones en sede judicial, Medina brindó al juez el nombre de su cómplice. Según sus dichos, José David A., conocido también como Gordo David, de 24 años, era quien había apretado el gatillo dentro del supermercado.

Fue a fines de febrero pasado cuando el Gordo David quedó procesado por “la probable comisión como coautor de los delitos de homicidio criminis causae y robo calificado por uso de armas de fuego en grado de tentativa”. Esto por el crimen del sargento Mansilla.

Sin embargo, en octubre de 2010, cuando el Gordo David decidió entregarse a la Justicia, fue acusado de otro crimen, por lo que en la misma resolución quedó procesado, además, como “autor del delito de homicidio agravado por uso de arma de fuego”.

La víctima del segundo asesinato que se le achacó al procesado fue, nada más y nada menos, que José Ángel Medina, alias Pelado, de 25 años y hermano mayor de Gastón Medina.

El Pelado fue asesinado el 3 de octubre pasado de tres balazos en la zona de Margis al 5000.

Según la familia de la víctima, el Gordo David venía amenazando al Pelado porque sabía que Gastón lo había “vendido” al dar su nombre a la Policía. De acuerdo con esta versión, el joven habría sido abatido en plena calle cuando se dirigía a guardar el auto.

Pero según el propio imputado y sus amigos, el Pelado venía “apretando” al Gordo David para que se entregara por el homicidio de Mansilla. Y, en base a este relato, el escenario del crimen se transforma.

“Yo no lo quise matar (…), sólo me defendí porque Medina entró en la casa y me apuntó con un arma de fuego en la cabeza y me gatilló, en ese momento reaccioné, saqué el arma de fuego, le disparé antes de que pudiera dispararme”, dijo el Gordo Medina David en su declaración y sus palabras quedaron asentadas en el fallo.

De acuerdo con esta versión, ese 3 de octubre se encontraba en la casa de un amigo cuando golpearon la puerta y del otro lado del umbral apareció el Pelado quien, esgrimiendo un arma de fuego, se dirigió al Gordo David, le apoyó el arma en la cabeza y disparó, aunque la bala no salió. Los amigos del Gordo forcejearon con el Pelado quien dejó caer el arma y luego cayó abatido por las balas.

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