Ciudad

Jubilados sin respuestas

Por Luciana Sosa.- Volvieron a copar la sede de Pami para reclamar por las Udes, dinero para actividades y mejor atención médica. Denuncian abandono desde la Nación y amenazan con marchar a Buenos Aires.


Una nueva convocatoria de jubilados afiliados al Pami tuvo lugar ayer en la sede de San Lorenzo al 900, una semana después del primer reclamo para pedir, entre otras cosas, que retornen las Unidades Descentralizadas (Udes) y mejoras en la atención médica. Es que, como hace siete días, dicen no tener respuestas.

Elba Cavallero, vocera del grupo de 25 centros de jubilados unidos en esta pelea, expresó que el titular del Pami local, Tomás Aletta de Sylva, prometió acelerar las gestiones para que retornen las Udes a los barrios, pero aún no tienen noticias. Además, hubo reuniones de jubilados el lunes y martes de las que salió una carta a la presidenta Cristina Fernández enumerando las necesidades y la poca respuesta que obtuvieron de Pami.

“Acá sabemos que los delegados de Rosario no pueden hacer mucho, el problema es el capricho del señor (Luciano) Di Cesare, desde Buenos Aires, que evidentemente no conoce de barrios carenciados, y mucho menos de la realidad de los pobres viejos que no se pueden mover y ahora deben trasladarse en taxi por una orden de consulta”, expuso la mujer sin ocultar su enojo, al tiempo que amenazó con viajar junto al grupo de jubilados hacia Capital Federal para “nacionalizar” el reclamo.

Por otra parte, mencionó que se están sumando jubilados de Capitán Bermúdez y de Villa Gobernador Gálvez, dado que ellos tampoco cuentan con Udes y carecen de buena atención médica.

Pero por sobre todas las cosas, caprichos políticos o no, resulta indignante ver a decenas de adultos mayores reunirse en la puerta de la sede de Pami, arriesgando su salud ante las bajas temperaturas, e irse con las manos vacías. María Inés, de zona Oeste, también participó de la iniciativa y dijo a este medio: “El señor Di Cesare se está equivocando con nosotros, pedimos una solución urgente, porque no sólo nos quitaron las Udes sino también nos deben meses y meses del dinero dispuesto para los talleres que se realizan en los centros de jubilados, y nos quitan la salud. A los que nos atendíamos en el Hospital Español (cuyo convenio con Pami finalizó el 31 de mayo) nos han derivado al (sanatorio) Julio Corzo y a otros al del Sindicato de la Carne, al cual muchos lo llaman «la puerta del cielo», así que imaginate cómo estamos”.

Y por si esto fuera poco, el gasto del transporte que le genera a los afiliados se suma a los famosos carriles exclusivos, gracias a los cuales el taxi sólo puede bajar a los abuelos en la esquina de la Bajada Sargento Cabral. “Hay una señora en la zona oeste que está muy mal y los trámites se los estuvo haciendo su hijo, pero el chico murió y ahora ella, solita, se tiene que ocupar y no puede caminar, ¿cómo hace?”. La pregunta se multiplica en miles de casos que afecta a los afiliados de Rosario y aún sigue sin respuesta.

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