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Investigan un caso de fiebre hemorrágica en un niño

Los estudios demorarán 70 días, pero el tratamiento aplicado al nene de 9 años se usa para esa enfermedad.

Las autoridades sanitarias de la provincia analizan un posible caso de Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA)en un niño de 9 años, oriundo de Villa Gobernador Gálvez, a quien la semana pasada le detectaron síntomas de esta enfermedad. El chico se encuentra ahora bajo tratamiento ambulatorio y, según anticipó a este diario el director de Epidemiología de la provincia, Julio Befani, dentro de 70 días se conocerán los resultados de los análisis que confirmarán o descartarán si efectivamente el niño padece la enfermedad que se transmite a través de los roedores. El chico, identificado como Alan, de 9 años, vivía en una zona insalubre de Villa Gobernador Gálvez hasta que se detectaron signos de la enfermedad, por lo que podría haber estado en contacto con el roedor transmisor del también llamado mal de los rastrojos. Ahora se encuentra al cuidado de su abuela, que reside en el barrio Acíndar de Rosario.

“El problema es que vivimos –con sus tres hermanas de 3, 6 y 12 años y su padre– en una casa de material en Nogue y la ribera, que está a 500 metros de una laguna semiseca y rodeados de rellenos de basura”, contó la madre del niño, Jesica Núñez, de 27 años, a El Ciudadano.

De acuerdo con el relato de la mujer, el sábado 21 de agosto el niño ingresó con un cuadro febril al Hospital Anselmo Gamen de la vecina localidad. De allí fue derivado al hospital Provincial de Rosario donde, según el propio director de ese centro asistencial, Pietro Belletich, se lo trató con suero y se le realizó una transfusión de plasma de una persona inmune, es decir, de alguien que ha contraído la enfermedad y ha generado los anticuerpos respectivos. “Se dio parte a Epidemiología, desde donde se contactaron con las distintas autoridades pertinentes para que trabajen sobre el terreno en las tareas de desinfección”, aseguró el médico.

Desde la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez, en tanto, negaron que se trate de un caso de FHA. Así lo aseguró la secretaria de Salud de esa localidad en diálogo con este diario. “El caso fue descartado como FHA y estamos trabajando en el diagnóstico de leptospirosis. Fue dado de alta pero continúan los análisis porque esto es obligatorio desde el punto de vista sanitario”, explicó. Según Ana Eggimann, la respuesta frente al caso fue integral e incluyó al área de saneamiento. “Es un problema crítico en esta zona, pero que se reproduce en otros sectores de la ciudad. Desde el centro de Salud del barrio hemos organizado diversas actividades con los vecinos para la recolección de basura y así descartar focos de infección”, remarcó.

“Diagnóstico presuntivo”

Por su parte, el director de Epidemiología de Santa Fe, Julio Befani, adelantó que dentro de 70 días se conocerá con precisión si Alan contrajo FHA, pero aseguró que “se lo trató con diagnóstico presuntivo” de esa enfermedad.

“Tuvo tratamiento de transfusión de plasma inmune y ahora esperamos la evolución. Se realizarán controles periódicos de acuerdo a cómo se encuentre el paciente”, indicó Befani, quien además describió que en lo que va del año ya se registraron 20 casos de FHA en el sur provincial y 70 de leptospirosis en todo el territorio santafesino.

La madre de Alan se quejó de que no obtuvo respuesta de las autoridades de Salud de Villa Gobernador Gálvez con respecto a la limpieza y al cuidado del entorno de la familia. Ésta fue la principal razón por la que se decidió que desde el miércoles pasado, cuando el niño fue dado de alta del hospital Provincial de Rosario, permanezca en la casa de su abuela, en el barrio Acíndar. 

“Mi pedido a la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez es que limpien y desinfecten mi lugar para que pueda cuidar a mi hijo. Por lo menos que me ayuden a terminar el piso. Hablé con la gente del Centro de Innovación de la Municipalidad (CIN) y me dijeron que el jueves pasado me iban a traer escombros para que con la arena que me consiguieron mis familiares podamos cubrir el suelo. El único que se acercó para ayudarme con la desinfección, echando un poco de veneno en el patio y la cocina fue el presidente del Concejo, Pedro González, pero eso no va a durar más que unas semanas”, lamentó Jesica.

Sobre llovido, mojado

La familia del niño sospechado de haber contraído FHA está signada por la tragedia. Es que el abuelo de Alan es Mario Figueroa, una de las cinco personas que permanece desaparecida desde el domingo 11 de julio, cuando regresaba de una excursión a las islas en una embarcación que se habría hundido en las aguas del Paraná, a la altura de la boca Brava Grande frente a un barrio de Villa Gobernador Gálvez.

Según la investigación a cargo de Prefectura de Arroyo Seco, existen testimonios de pescadores que aseguran haber divisado aquella tarde cómo el bote con siete tripulantes desapareció durante un fuerte temporal. Hasta ayer, al cierre de esta edición, sólo dos cuerpos habían sido recuperados desde ese día.

El 20 julio pasado, personal de Prefectura encontró el cadáver de Alejandro Alfonso –de 22 años y oriundo de Rosario–, el primero de los siete navegantes, en el kilómetro 340 de la margen izquierda del río Paraná. En tanto, el 16 de agosto, el cuerpo sin vida de Brian Aguirre –rosarino, de 10 años–, fue hallado en las orillas de la isla Garibaldi, frente al balneario municipal de Pueblo Esther, en el kilómetro 402,5 de la margen santafesina del río.

“Mi marido (hijo de Mario Figueroa) hace changas y desde que su padre se perdió en el río hace más de un mes no puede pescar tampoco. Además de su padre, perdió la canoa y los tejidos. La enfermedad de Alan nos agarró en un mal momento”, lamentó Jesica.

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