Ciudad

Integrantes de un comedor llevan 17 días de acampe

Están instalados frente a Villa Hortensia y piden una suba en los subsidios que reciben desde el Estado.

Integrantes del Comedor Madres en Lucha cumplen hoy 17 días de acampe frente al Centro Municipal de Distrito (CMD) Norte Villa Hortensia en reclamo de una suba en los subsidios que reciben tanto desde la provincia como desde el municipio. “Necesitamos de manera urgente más ayuda porque no podemos darles más de comer a las familias que se acercan a nuestra cocina ya que la inflación nos acorta día a día el margen de compra. Es lo único que pedimos, pero lamentablemente hemos sido maltratados por parte de las autoridades quienes desde el mes pasado dejaron de mandarnos el cheque para hacer las compras porque dicen que nosotros no hemos rendido cuentas. Y eso es mentira y tenemos todos los comprobantes con firmas y sellos para demostrarlo”, cuenta cansada María Molina, su coordinadora, desde adentro de una improvisada carpa que contrasta con la magnificencia del antiguamente conocido como Palacio Puccio, ubicado enfrente. Por su parte, desde la Secretaría de Promoción Social del municipio informaron que los relevamientos realizados indican que se le “están dando los recursos suficientes” y que se realizó una presentación en la Justicia por los constantes cortes de calle y problemas en la atención al público que viene causando esta protesta.

Según destaca la mujer, el comedor –ubicado en Echesortu 958– prepara “980 raciones de comida para niños, adultos y ancianos humildes los días lunes, miércoles y viernes”. “En total estamos hablando de 12.000 raciones de comida que preparamos. Nuestra institución fue fiscalizada más de siete veces este año por diferentes oficinas estatales, quienes constataron la seriedad y el compromiso con el que trabajamos”, continuó.

“Desde hace más de dos años que venimos sufriendo los embates de la inflación. Cada vez es más difícil preparar las raciones necesarias con la calidad que se necesita para que nuestro plato de comida, que en la mayoría de las familias es el único que comen, pueda aportar la mínima cantidad de vitaminas y proteínas que nuestros pibes deben consumir para una dieta saludable”, añadió.

Y, como ejemplo, María comentó que “hace cuatro meses el puchero tenía un costo de 8,50 pesos y ahora se está vendiendo a 14 pesos”. “Le estamos debiendo 6 mil pesos al carnicero que nos fue fiando porque la plata ya no nos alcanzaba más para poder dar de comer y respetar las cantidades que veníamos dando”, remarcó.

“La mayoría de los chicos que asisten a nuestra institución son o fueron desnutridos o de bajo peso. El malestar y la impotencia por no poder cumplir con las raciones mínimas nos ha llevado, en más de una oportunidad, a medidas extremas como acampes y cortes de calle para demostrar a las autoridades de turno la gravedad de la situación”, indicó.

María denunció que en varias oportunidades “algunos funcionarios” les gritaron, los insultaron y los trataron de mentirosos. “Ellos dicen que nosotros no les rendimos cuentas el último mes y eso no es verdad. Tenemos los papeles que lo demuestran. Es por eso que el mes pasado no nos enviaron el cheque y eso nos impide darle de comer a la gente. Lo que estamos pidiendo es más ayuda económica porque así no podemos seguir”, subrayó.

“La mercadería que estamos recibiendo no es suficiente ya que en más de una oportunidad, por ejemplo en julio por el frío, le solicitamos al proveedor un adelanto de fideos para llegar a preparar más guiso con mayores calorías y no tuvimos respuestas y nos quedamos sin fideos, algo fundamental para nuestra cocina. Nos estamos manejando con 5.300 pesos por mes, de los cuales 3.200 los otorga la provincia y 2.100 la Municipalidad. Con ese dinero se compran seis o siete garrafas, verduras, carne, pollo, elementos de limpieza, condimentos, tarjetas de colectivo, seguro de salud, luz y reparaciones varias en el comedor”, explicó.

“Por eso, lo que estamos pidiendo es un aumento de 2.000 pesos por mes de aportes provinciales, un aumento de 1.000 pesos por mes en los aportes municipales y una ayuda económica por única vez para la compra de baldes y fuentones, que son elementos fundamentales para la preparación de alimentos y limpieza de la institución. Eso para ellos son migajas y para nosotros es todo”, sostuvo.

En respuesta, el secretario de Promoción Social, Raúl Capilla, remarcó que “el municipio junto a la provincia vienen subsidiando el comedor y un informe indica que inclusive se le está dando una cantidad más que suficiente en relación a los servicios y calidad que el mismo brinda”.

“Nuestro relevamiento indica que se habla de una cantidad mucho mayor de raciones de las que realmente se entregan. Es más, se comprobó que por la cantidad de recursos que reciben se debería mejorar la cantidad y la calidad del servicio. Nosotros hemos establecido pautas de mediación y hemos querido verificar el funcionamiento del comedor pero siempre nos hemos encontrado con negativas y no acceden a esto. El tema es que nosotros somos responsables del dinero de todos los rosarinos y tenemos que administrarlo muy responsablemente para que llegue a quien realmente tiene que llegar”, concluyó.

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