Luis “Gordo” Saucedo y Antonio Navarro detenidos el miércoles pasado en Paraguay tras mantenerse prófugos desde 2017 en la causa por el tráfico de seis toneladas de marihuana por semana desde ese país a la ciudad correntina de Itatí, se negaron a declarar y fueron trasladados al penal de Marcos Paz.
Según informaron fuentes judiciales a la agencia de noticias Télam, ambos fueron conducidos ante el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien quedó a cargo de la causa conocida como Operativo Sapucay en lugar de Sergio Torres, pero se abstuvieron de prestar declaración por consejo de su abogado, Jorge Barboza.
El defensor dijo que luego ambos, que estaban alojados en el edificio Centinela de Gendarmería, fueron conducidos al penal de Marcos Paz y que en el caso de Saucedo, de 39 años solicitó que se le realice un control médico porque tiene diabetes y está a punto de ser insulino dependiente.
Saucedo, uno de los narcos más buscados del país, junto a Navarro fueron capturados este miércoles cuando se trasladaban en una camioneta Toyota Rv4 por la ciudad de Pilar, a 360 kilómetros de Asunción, tras un operativo de la Secretaría Nacional Antidrogas del Paraguay (Senad), la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y la Gendarmería Nacional.
Pocas horas después, fueron expulsados de ese país y entregados a Gendarmería a través del paso fronterizo entre la localidad paraguaya de José Falcón y la ciudad formoseña de Clorinda, desde donde se los trasladó a la Capital Federal.
Las detenciones se produjeron a sólo una semana del inicio del debate oral en el que son juzgados 36 integrantes de la banda que fue desbaratada tras los procedimientos realizados en 2017, entre ellos el ex intendente de Itatí, Natividad Terán; su vice, Fabio Aquino, junto a 26 integrantes de distintas fuerzas de seguridad.
En la causa que instruyó Torres, está acreditado que Saucedo, que cobraba un sueldo de 7 mil pesos como empleado municipal, tenía una flota de 25 vehículos de alta gama, entre autos, camionetas e incluso una lancha, y tres propiedades inmuebles en Itatí.
La sospecha es que esos vehículos eran utilizados por la organización narco para trasladar la marihuana que era traída desde Paraguay y luego enviada a la Capital Federal y siete provincias, entre ellas Santa Fe, donde parte de la droga era recibida en Rosario por Los Monos. A esa conclusión se llegó luego de que la Justicia analizara la ruta de autos de alta gama que develó las relaciones que mantenían el Gordo Saucedo y su hermano Cirilo Amado –de 47 años y prófugo de la Justicia– con miembros de la banda rosarina de barrio La Granada.
Así fue el caso de un BMW en el que se movía el Gordo que estaba a nombre de Verónica Lemmi, una joven que declaró haberle hecho un “favor” al titular de la agencia de autos Montana y dijo desconocer al sindicado narco. Pero cuando Saucedo fue a reclamar la devolución del auto, se presentó con un boleto de compraventa a nombre de Elías Javier “Patrón” Sánchez, un correntino condenado como proveedor de marihuana de los Cantero a 14 años de prisión por la Justicia Federal de Rosario en la causa conocida como Los Patrones en la que también recibieron penas gran parte de Los Monos. Una de las hipótesis de los investigadores es que Los Monos le pagaban a Saucedo la marihuana que provenía de Paraguay con autos de alta gama y también con cocaína.
Además de Cirilo, quien vivió en el barrio Cabín 9 de Pérez entre 2014 y 2015 y es considerado mano derecha de su hermano, la causa por narcotráfico tiene detenido a otros hermanos del Gordo: Julio “Yuli” Saucedo, de 27 años y miembro de la Prefectura Naval (PNA); a su hermana Angélica Viviana Saucedo, de 46 años, a su esposa Silvina Soledad Ayala, de 30, y a su sobrino (hijo de Cirilo) Ezequiel Saucedo.
Además de Los Gordos, funcionaban otras dos bandas en Itatí, una de ellas liderada por Carlos “Cachito” Bareiro, que la manejaba desde una cárcel en Chaco, y otra por Federico “Morenita” Marín, detenido en octubre de 2018.
La investigación comenzó en 2014 cuando Torres buscaba saber cómo se abastecían las bandas de narcomenudeo de la ciudad de Buenos Aires y de ahí llegó a Itatí, una ciudad de sólo 8000 habitantes, donde operaban las tres organizaciones narco.
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