Ganarle a River siempre es saludable. Y no importa el momento en que esto ocurra, no es cosa de todos los torneos, mucho menos en el estadio Monumental. Y por eso puede servir para que Roberto Sensini gane algunos puntos en la consideración de sus hinchas.
Un comentario de un lector, recibido en la mesa de trabajo el ciudadanoweb, decía con notable precisión que Sensini es “casi”. Con él como técnico Newell’s “casi” salió campeón, “casi” pasa el repechaje de la Copa Libertadores para meterse en los grupos, “casi” le gana a Central en las últimas ediciones del clásico. Y la verdad que ese “casi” marcado con fuego del lector amigo, es una verdad irrefutable.
El hincha de Newell’s sufre el momento porque no soporta el carácter pasivo de Roberto, pero a su vez sabe que Sensini es un tipo honesto. y esa cualidad, que debiera ser natural en una sociedad seria, en Argentina y precisamente en fútbol, cotiza en bolsa. Los directivos lo saben, más allá de la ayuda económica nunca negada de Sensini en la previa a las elecciones que terminaron con el reinado de Edaurdo López, es un gran hombre al que todo respetan.
Pero sus condiciones como técnico son discutibles. La gente le achaca la falta de carácter, no parece tener el perfil del técnico ganador que tanto gusta a los hinchas. Pero lo que es más grave radica en su poder de elección a la hora de armar el equipo, permitió el ingreso a Newell’s de futbolistas como Dolci, Rosselli, Núñez, y alguno más que evidentemente no tienen nivel de primera división. Simplemente se buscó completar un plantel que parecía flaco de profesionales, el resultado está a la vista. Un equipo sin jerarquía. Por eso, el punto de partida, si es que queda alguna chance de recuperar una relación que luce rota, es hoy. Ganarle a River, aunque su presente sea una torpe mueca de su historia, siempre es bueno.
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