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Hoy, como siempre

El pueblo leproso sueña con repetir la historia de 1941, 1950 y 1984, cuando los canallas se fueron a la B.

Por: Rubén A. Fraga

Además de haber traído el fútbol a Rosario en 1884, los leprosos tuvimos el privilegio de ganar el primer clásico (18 de junio de 1905), lograr la máxima goleada (10 a 1, el 28 de abril de 1907), dar la vuelta olímpica en su cara y en su cancha (2-6-74), poner la reserva y ganarles igual (8 de marzo de 1992), golear 4 a 0 bajo la batuta del Loco Bielsa y que la hinchada visitante abandone antes de tiempo (14-4-91), entre otras alegrías.

Sin embargo, en la gloriosa historia del más campeón de la ciudad hay otros tres clásicos que también nos llenan de orgullo.

Contaba mi abuelo Agustín la experiencia única e irrepetible que le tocó vivir aquel 12 de octubre de 1941 cuando la Lepra ganó el clásico por 5 a 0 en el Parque (mayor goleada del derby rosarino en torneos de AFA) y mandó a su eterno rival por primera vez al descenso. Hasta el fin de sus días, él no se cansó de narrar, con lujo de detalles, los tres goles de Mario Morosano –uno con la “mano de Dios”– y los dos de René Pontoni que redondearon la “quintina” inimitable. Para no dejar dudas, Newell’s había ganado también el clásico de la primera rueda en Arroyito 1 a 0, con gol de Pontoni (el 22-6-41).

Mi viejo, Rubén, también atesoraba sus vivencias infantiles de un clásico en Arroyito otro 12 de octubre, pero de 1950: fue 1 a 1 con gol de Mardizza. Y aunque los leprosos jamás festejamos empates (salvo, claro está, el de la Bendita Zurda en el 74), aquel de 1950 tuvo un sabor especial, ya que les robó a los auriazules el punto que a la postre los mandó por segunda vez a la B.

Y qué decir de lo que disfrutó mi generación el 22 de abril de 1984 en el Parque (2 a 1 con goles de Santillán y Dezotti), un clásico clave para el tercer descenso canalla. Por eso hoy coparemos el barrio Lisandro de la Torre (leproso ilustre) cargando sobre los hombros a leprositos que ya vieron campeón a la Lepra en 2004. Porque somos de primera y herederos de Isaac Newell, jugaremos a puro aliento el que puede ser otro clásico histórico. Como en 1941, 1950 y 1984.

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