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Fukushima no se reactivará

Así lo decidió el gobierno japonés, que prevé su desmantelamiento una vez que se extinga el peligro de fugas radiactivas. La resolución debe ser convalidada por Tepco, la firma privada que operaba la planta. Japón: detectan altos niveles de radiación en agua y alimentos

La central nuclear japonesa Fukushima I, que registró un grave accidente debido al sismo y el tsunami que azotaron Japón el 11 de este mes, será desmantelada y no volverá a funcionar según aseguró ayer el portavoz del gobierno.

“Considerando con objetividad la situación de la central, pienso que parece evidente que la central de Fukushima Daiichi (I) no está en condiciones de volver a funcionar”, declaró Yukio Edano, en una conferencia de prensa.

El portavoz precisó, sin embargo, que la decisión no depende solamente de la autoridad del Estado ya que la central está administrada por la empresa privada Tokyo Electric Power (Tepco).

Situada en la costa, a unos 250 kilómetros de Tokio, Fukushima I fue construida en los años 70 y es una de las más viejas de Japón.

Los seis reactores de la central resultaron gravemente dañados por el sismo de magnitud 9, el más potente registrado en Japón, y el posterior tsunami.

Si Tepco ratifica la decisión gubernamental Fukushima I se convertiría en la mayor ruina nuclear del mundo, por delante de Chernobyl, que tenía cuatro reactores cuando se produjo el accidente, en 1986.

Pero previamente la central debe ser puesta bajo control para evitar que el combustible utilizado entre en fusión y produzca una masiva contaminación medioambiental.

Los equipos técnicos trabajan desde hace días para intentar restablecer el sistema de refrigeración, que falló desde que el tsunami cortó la corriente del sitio.

Una nueva línea eléctrica fue tendida hasta el reactor 2, pero aún son necesarias numerosas verificaciones antes de poner en marcha uno a uno los equipos que deben enfriarlo.

“La operación tomará más tiempo. No sabemos cuándo podremos intentar restablecer los sistemas”, declaró Naohiro Omura, portavoz del operador Tepco.

A la espera, los socorristas multiplican las operaciones de refrigeración con cañones de agua, algo que vienen repitiendo desde el sábado al pie del reactor 3, el que más preocupa ya que está muy dañado tras una explosión y repleto de combustible MOX, una mezcla de uranio y plutonio cuyas partículas son muy nocivas.

Siete socorristas de Fukushima se expusieron a niveles de radiaciones superiores a 100 milisieverts, el umbral a partir del cual se puede enfermar de cáncer con el paso del tiempo.

En el exterior de la zona de exclusión de 20 kilómetros en torno a la central, ayer se volvieron a detectar niveles de radiactividad anormales en leche y espinacas y otros vegetales, pero las autoridades multiplicaron los mensajes tranquilizadores.

“Los niveles actuales no presentan un riesgo para la salud”, se indicó.

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