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Fue condenado por el crimen de su hijastro y ahora lo absolvieron

La Cámara revocó la sentencia para el padrastro de Ian, el niño de tres años que murió tras una fatal golpiza.


La Cámara de Apelación, integrada por los jueces Carolina Hernández, Alfredo Ivaldi Artacho y Carina Lurati, absolvió de culpa y cargo y dejó en libertad al hombre que en octubre del año pasado fue condenado junto a su concubina a prisión perpetua por matar a golpes a Ian, un niño de tres años, hijo de la mujer. El tribunal presidido por Hernández consideró que no existieron pruebas suficientes para responsabilizar a Marcos Leandro Carvonell de ejercer violencia contra el menor y en un fallo unánime resolvió revocar la condena y absolverlo de culpa y cargo. En cuanto a la responsabilidad de María Ayelén Salva, madre del niño, el tribunal desestimó el argumento de la defensa que atribuyó el fatal desenlace a una situación de violencia de género y confirmó la condena como autora de los golpes que llevaron a la muerte al pequeño Ian la madrugada del 22 de abril de 2015.

En octubre de 2016, los jueces Juan Carlos Vienna, Gustavo Pérez de Urrechu y José Luis Suárez condenaron a María Ayelén Salva, madre de Ian, y a su concubino, Marcos Leandro Carvonell, a la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio agravado por ensañamiento y alevosía en calidad de coautores. La acusación de la mujer sumó el agravante del vínculo.

La pareja fue condenada por la muerte de Ian, de 3 años, quien fue víctima de severas golpizas que el 22 de abril de 2015 terminaron con su vida. Esa madrugada Ian fue golpeado brutalmente. La pareja de la madre corrió con el niño en brazos hasta Ayacucho al 2700, donde detuvo una ambulancia que trasladó al menor al hospital Roque Sáez Peña donde llegó sin vida. La pareja fue detenida en el hospital y condenada en juicio oral en octubre del año siguiente.

Casi dos años después de lo ocurrido,el tribunal que revisó el fallo en segunda instancia, presidido por la jueza Carolina Hernández, y compuesto también por los jueces Alfredo Ivaldi Artacho y Carina Lurati, resolvió revocar la condena de Carvonell, aplicando el principio de la duda, y dejar en libertad a la pareja de la madre de Ian por carecer de pruebas suficientes que justifiquen un accionar violento hacia el menor.

El tribunal hizo lugar al pedido de la defensa que argumentó la falta de participación de Carvonell en la golpiza fatal y tuvo en cuenta que el material probatorio no advierte que el acusado fuera violento con el niño o le pegara. Hernández sostuvo que los fundamentos de las pruebas son de carácter probabilísticos y no permiten determinar con certeza que Carvonell haya golpeado al niño con intención de causarle la muerte. La jueza agregó que la convivencia del acusado con la madre del niño, hecho que la defensa niega, no lo sitúa como uno de los agresores. Señaló además que no pudo probarse que la relación de pareja haya potenciado el maltrato hacia el menor.

Unanimidad

Esos fundamentos fueron acordados por los jueces Artacho y Lurati quienes resolvieron por unanimidad revocar la sentencia condenatoria, absolviendo a Carvonell de culpa y cargo por no existir elementos de prueba que permitan sostener con certeza su responsabilidad penal en el hecho imputado. El tribunal aplicó el principio de la duda y ordenó la inmediata libertad.

En cuanto a la responsabilidad de Salva en la muerte de su hijo, se confirmó también por unanimidad la condena de primera instancia, y se modificó la condición de coautora a autora del hecho.

La jueza Carolina Hernández consideró que no existen pruebas que demuestren que el fatal desenlace se debió a un contexto de violencia de género tal como la defensa de Salva argumentó para la absolución de la imputada. Para esto la jueza se basó en el testimonio de vecinos y en los exámenes médicos de los profesionales de la Policía, de los Tribunales y del hospital.

En los fundamentos, Hernández sostuvo que la aducida violencia de género carece de sustento y forma parte de una estrategia de descargo de la acusada para eximirse de la responsabilidad que se le incrimina.

La magistrada agregó que las lesiones del niño eran visibles en distintos lugares de su cuerpo y provenían de diferentes períodos por lo que evidencian que el menor venía sufriendo un maltrato intenso y anterior a la fecha del fallecimiento. “Siendo que el pequeño se encontraba al cuidado de su madre, resulta impensado que ésta no pudiera verlas”, sostuvo Hernández, y señaló a Salva como productora de los golpes.

Los jueces Artacho y Lurati acordaron con los fundamentos de Hernández y confirmaron la condena a la madre de Ian como autora del hecho.

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