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Falló la campana para contener el escape de crudo

El primer intento de colocar una campana de acero y cemento sobre el pozo submarino de petróleo del golfo de México para frenar el vertido no funcionó, debido a los cristales de hielo formados por las altas temperaturas que taponan la cúpula de la estructura, según expresó la página web del diario El País de España. “No podemos decir que hayamos fracasado, pero sí que los intentos que hemos hecho hasta ahora no han funcionado”, dijo en conferencia de prensa el director de operaciones de la empresa explotadora British Petroleum (BP), Doug Suttles.

El primer intento de colocar una campana de acero y cemento sobre el pozo submarino de petróleo del golfo de México para frenar el vertido no funcionó, debido a los cristales de hielo formados por las altas temperaturas que taponan la cúpula de la estructura, según expresó la página web del diario El País de España. “No podemos decir que hayamos fracasado, pero sí que los intentos que hemos hecho hasta ahora no han funcionado”, dijo en conferencia de prensa el director de operaciones de la empresa explotadora British Petroleum (BP), Doug Suttles.

En la madrugada del jueves, BP inició la colocación –a partir del trabajo de dos submarinos robots– de una campana de acero y cemento de 12 metros de altura y 100 toneladas sobre una de las dos fugas de petróleo que quedan abiertas. “Esto es algo muy complejo que nunca hemos probado antes”, dijo un portavoz de BP, David Nichols. “No podemos garantizar que vaya a tener éxito”.

La campana tiene en la parte superior una cúpula, de la que sale una tubería a través de la cual se pensaba bombear el petróleo hacia un barco en la superficie, con capacidad para acumular hasta 128.000 de barriles de crudo (20,4 millones de litros). “La apartamos a un lado mientras decidimos como solucionar este inconveniente que ha surgido”, comunicó BP, que recordó que la instalación de esta estructura era una iniciativa que nunca se había llevado a cabo a tal profundidad, por lo que era lógico que surgieran problemas.

Al mismo tiempo, BP está avanzando en la perforación de un pozo alternativo, cerca del otro, que serviría para inyectar un líquido más pesado que el petróleo que actuaría como una especie de tapón e impediría que el crudo siga fluyendo a la superficie. Se calcula que en la actualidad hay flotando en el golfo de México unos 31 millones de litros de petróleo. Incluso, la enorme mancha de crudo comenzó a tocar algunas zonas de la costa de Louisiana.

Mientras, se teme que la flora y la fauna ya haya sido afectada en una región que tiene tortugas, arrecifes de coral y el 40 por ciento de los pantanos estadounidenses, esenciales para el desove de peces camarones y cangrejos e importante parada para las aves migratorias.

Cerca de 800.000 litros de crudo son arrojados diariamente al mar y amenazan el frágil ecosistema de los pantanos y la costa sur de Estados Unidos.

Según estimaciones, casi 11 millones de litros de crudo se vertieron al mar desde que la plataforma se hundió el 22 de abril, dos días después de la explosión inicial.

Por su parte, la secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, dijo que, con cúpula o sin cúpula, el gobierno continuaría preparándose para lo peor.

“La planificación y los preparativos continúan como si no estuvieran sumergiendo la cúpula”, dijo.

“No quedaremos satisfechos hasta que se detenga el derrame, se selle la filtración, el desastre se limpie y los afectados sean indemnizados”, añadió.

Hasta ahora, los equipos de emergencia recuperaron unos 30.000 barriles de agua mezclada con petróleo, indicó BP.

Las operaciones para retirar el petróleo de la superficie del agua se iniciaron apenas el mar estuvo calmo, y se desplegaron unos 200 kilómetros de barreras para evitar que llegue a las costas.

Además, la mejora de las condiciones climáticas permitió efectuar quemas controladas del crudo derramado.

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