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Fallo dejó firme polémica nulidad de matrimonio

Por Diego Montilla.- Un tribunal confirmó lo actuado en primera instancia; la presunta impotencia del hombre fue la causa.


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El Tribunal de Familia Nº5 en pleno confirmó el fallo dictado en su oportunidad por el juez de primera instancia Carlos Dutto, quien declaró la nulidad de un matrimonio por impotencia del hombre. Esta decisión había sido apelada. Hay que recordar que en su oportunidad una pericia médica estableció que la mujer era virgen y conforme a un dictamen pericial su himen estaba intacto. Además, el examen estableció que la demandante estaba en plena aptitud sexual de lo que se infiere que su cónyuge padecía una disfunción eréctil. Lo llamativo de esta causa –que trascendió públicamente en agosto de 2011– fue que el varón de la pareja se ofreció a mantener relaciones sexuales frente a los jueces para demostrar su virilidad.

El juez del Tribunal Colegiado de Familia Nº 5, Marcelo Molina, explicó que “en términos muy rápidos y generales lo que se consideró es que el fallo que dictó en su momento el juez Dutto se encontraba ajustado a derecho y por ende lo confirmamos”. “Es una suerte de revisión que se hace dentro del mismo Tribunal de los fallos del juez en trámite”, destacó.

“Se llega a la conclusión a partir de algunos indicios, a injerencias que uno puede hacer para realizar este tipo de constataciones. Este tipo de juicios, si saliese el nuevo Código Civil, ya en tratamiento en el Congreso de la Nación, no va a tener ningún tipo de cabida porque el nuevo proyecto elimina todo este tipo de causales. El divorcio va a ser prácticamente pedido por uno solo de los cónyuges sin que la otra parte pueda decir nada al respecto. Me da la sensación de que este tipo de soluciones van a ser mucho más pragmáticas y adecuadas a lo que es el siglo XXI”, añadió.

Adelantándose a lo que el nuevo Código Civil establecerá, de ser aprobado, el magistrado dijo que en ese caso “si una parte de la pareja considera que el matrimonio no puede seguir existiendo, lo que hace la Justicia es constatar esa situación respetando otro tipo de derechos que tienen que ver con el vínculo matrimonial como puede ser el derecho alimentario y ese tipo de situaciones”.

“Acá hay que hacer una diferenciación, una cosa es el derecho que está vigente y otra lo que uno considera que debería ser. Como derecho vigente nosotros como jueces lo que hacemos es aplicarlo, más allá de la opinión personal en cuanto a este tipo de situaciones. Por ejemplo, el tema de la impotencia es una situación que me da la sensación que en nuestra sociedad no encuentra mucha cabida. Es muy difícil de explicar este tipo de cosas para el común de la gente”, siguió. A la hora de diferenciar, el juez señaló que “el divorcio implica la finalización de un matrimonio”. “La nulidad nos está diciendo que el matrimonio estuvo viciado en su origen y las consecuencias son distintas. Hay derechos que da la nulidad y no da el divorcio”, explicó.

“Estamos hablando de una institución donde vale mucho la mala fe y la buena fe que ha dado lugar a la nulidad del matrimonio. Si hubo buena fe de los cónyuges la nulidad va a ser prácticamente con los mismos efectos como si fuera un divorcio pero si hubo mala fe de uno de ellos el otro puedo optar por una serie de normativas a los efectos de verse más favorecido”, continuó.

La historia cuenta que al establecer el noviazgo en 1998, la mujer le expresó a su pareja “su deseo de permanecer virgen hasta el casamiento (en 2005) conforme a su creencia religiosa”, mientras su cónyuge sostuvo que mantuvieron ‘relaciones sexuales sin penetración’” durante cinco años antes de la boda”. Al decidir la anulación del matrimonio, el tribunal señaló que el demandado “no mantuvo relaciones sexuales para consumar el matrimonio con su esposa y, si bien invoca que no posee impotencia sexual para mantener relaciones con ella, tampoco aduce y prueba la imposibilidad de su cónyuge para el acto sexual”.

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