El padre de un convicto que purga una condena por homicidio en la cárcel de Piñero fue víctima de una extorsión telefónica en la que le exigieron una alta suma de dinero a cambio de la vida de su hijo, de 32 años. El hombre, de 66, estuvo a punto de cumplir con lo exigido por miedo a que se concretara la amenaza pero reflexionó y radicó una denuncia. La abogada de la familia, Susana Zulkarneinuff, lamentó el suceso y aclaró que su defendido fue “resguardado” en un buzón, como se conocen las celdas de aislamiento, hasta que logre tramitar un traslado a una unidad penitenciaria de Rosario, “donde debería haber estado desde un principio”.
Es que, según la letrada, cuando la Cámara Penal confirmó la condena a 11 años de prisión contra Luciano Vechio, por un homicidio perpetrado a mediados de 2012 en zona sur, dispuso también que la misma fuese purgada en una cárcel de “máxima seguridad”, pedido poco frecuente desde el poder judicial. Zulkarneinuff dijo que se opuso a la medida porque ponía en riesgo la supervivencia de su cliente, quien en 30 años no había pisado un penal, pero que igual fue enviado a Piñero.
Conocido como Lucho Canalla, Vechio fue condenado por el crimen de Facundo Osuna, de 17 años, ocurrido el 19 de julio de 2012 en la esquina de Biedma y Balcarce.
El chico era uno de los testigos clave en la causa del Triple Crimen de Villa Moreno, aunque su muerte fue desvinculada de ese hecho ya que se presume que la pelea letal con Vechio comenzó y terminó con una discusión callejera por camisetas de fútbol rivales.
Extorsión
Los llamados extorsivos desde penales a familiares de detenidos son muy frecuentes.
Así lo aseguró un investigador que explicó la modalidad y agregó que la misma no podría darse sin la complicidad de algún efectivo del Servicio Penitenciario. Al respecto dijo que dentro de los pabellones hay celulares que se comparten entre los internos para hablar con familiares: “Los números telefónicos marcados quedan registrados en el aparato y muchas veces son los destinatarios de llamados extorsivos”.
El martes pasado, el padre de Lucho, de 66 años, denunció en la seccional 5ª la pesadilla que estaba viviendo. Una serie de llamados extorsivos le advertía que si no entregaba 100 mil pesos iban a matar a su hijo dentro del penal. Según fuentes del caso, el monto de la cifra fue bajando hasta llegar a 15 mil, luego de que el hombre en su desesperación y falto de dinero les dijera que accedía a llevar a una esquina de zona sur, como le pedían, todo el dinero que lograra juntar, que era mucho menos del exigido. Pero luego reflexionó y fue a la seccional.
La denuncia recayó en la Fiscalía de Flagrancia en turno, que actuó con celeridad y pidió que Lucho fuese trasladado del pabellón y puesto en una celda de aislamiento.
Confirmación
Este mes, la Cámara Penal confirmó la condena dictada a comienzos de 2015 contra Luciano Vechio por el delito de homicidio y portación de arma de guerra. La misma fue por el crimen de Facundo Osuna ocurrido el 19 de julio de 2012 en la intersección de Biedma y Balcarce. Esa noche, Facundo iba junto con un amigo en moto y cruzó algunas palabras con los ocupantes de un Renault Megane blanco. Al avanzar unos pocos metros, los ocupantes del auto sacaron un arma y le dispararon cuatro veces.
Según la causa judicial, el muchacho que acompañaba a Facundo acusó a Lucho de ser el autor de los disparos. La disputa habría sido futbolística: Facu era de Newell’s y Lucho de Central; pero nunca quedó claro.
Dos días después, Luciano se presentó en la comisaría 15ª, de barrio Tiro Suizo, junto a su abogado. Desde entonces está preso.
En marzo de este año el juez Julio Kesuani lo sentenció a 11 años de prisión por el crimen del adolescente. El dictamen fue apelado por Susana Zulkameinuff; sin embargo en los últimos días el tribunal de apelación confirmó la determinación de Kesuani.