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Estrategias bajo el imperio de los números

A 200 días de las elecciones presidenciales, las planillas con números de imagen, intención de voto y prioridades del electorado van de un lado a otro.

A medida que pasa el tiempo, el oficialismo se consolida más con miras a las elecciones Presidenciales de octubre próximo.

A 200 días de las elecciones presidenciales, las planillas con números de imagen, intención de voto y prioridades del electorado van de un lado a otro y marcan una tendencia que el oficialismo busca consolidar y la oposición se propuso revertir a partir de una todavía difícil política de alianzas.

Esas planillas de encuestas muestran a Cristina Kirchner afirmada como favorita y a Mauricio Macri y Ricardo Alfonsín como sus rivales directos, ahora con leve ventaja del primero sobre el hijo del ex presidente radical.

Sobre esos cuadros, tortas y barras paralelas, la jefa del Estado diagrama un recorrido hacia octubre sin grandes sorpresas, mientras que Macri cavila sobre su futuro con el convencimiento de que en soledad no llegará a erigirse en alternativa ganadora, y Alfonsín trata de hacerse eje de una propuesta de centroizquierda lo más amplia posible.

El 24 de junio, día en el que vence el plazo para la presentación de alianzas o confederaciones a nivel nacional, se sabrá cuántas cartas habrá sobre la mesa en octubre, es decir si serán esas tres, si la necesidad forzará a que haya dos o si por el contrario la oferta opositora se fragmentará más.

El plan de Macri

Para Macri el tiempo de las definiciones comenzará antes. El 21 de mayo deberá tener decidido quien de Gabriela Michetti u Horacio Rodríguez Larreta será su candidato a sucederlo, lo cual también dejará definitivamente claro si apuesta por la Presidencia o buscará reelegir en la Ciudad.

Mirando esas mismas encuestas, el jefe de Gobierno se lanzó la semana pasada a la caza de aliados. Está superando a Alfonsín en el interior, pero no le alcanza para romper el techo que lo acerque a una eventual segunda vuelta.

Por eso, hizo un llamado público a acordar posiciones comunes dentro de lo que se conoce en el Congreso como Grupo A (UCR, PJ disidente, PRO, PS y Coalición Cívica) con el objetivo “de máxima” de sumar aliados para octubre.

Consciente de que Alfonsín y sus posibles aliados no están dispuestos a acordar con el PRO, Macri envió señales a otros sectores más permeables de la UCR compuesto por Ernesto Sanz, Oscar Aguad y también Julio Cobos.

Con ellos busca ampliar el horizonte de alianzas que incluye a Eduardo Duhalde y Francisco de Narváez, su candidato a gobernador de Buenos Aires.

Algunos operadores se entusiasman hablando de una alternativa competitiva, de centro, con eje en ese Grupo A.

En ese marco, Macri envió a su espada en diputados, Federico Pinedo, a tantear el escenario con la firma de un documento antikirchnerista destinado a “defender la democracia”.

Pinedo pudo testear de primera mano que el plan no será sencillo, pero hay terreno para recorrer. Por ejemplo se encontró con una posición firme de Elisa Carrió en contra de esa política de alianzas, pero al mismo tiempo su socia Patricia Bullrich es una de las más entusiastas con ese bosquejo anti K.

Sin apuro K

Gracias a esa dispersión opositora Cristina Kirchner se relame. Esperaba un primer semestre complicado a partir de las previsibles derrotas electorales en Catamarca y Chubut –hasta tenía preparado un documento con varios ejes argumentales para equilibrar el frente discursivo– y sin embargo recogió una victoria y una derrota mínima –no confirmada aún– que golpearon de lleno en la UCR y en el Peronismo Federal.

Así las cosas, la estrategia “Cristina ya ganó” se consolida en el kirchnerismo. El ejemplo más claro de ese fenómeno es el de José Manuel de la Sota, quien ya acordó ser el único candidato del oficialismo en Córdoba, que votará el 7 de agosto.

El Gallego esta semana se reunirá con Eduardo Accastello, el intendente kirchnerista de Villa María, para cerrar un acuerdo que seguramente implicará la reelección del jefe comunal en su ciudad y su apoyo al ex gobernador.

Lo llamativo es que hace dos años hacer campaña como kirchnerista en Córdoba era un suicidio político y ahora es su apuesta para vencer a Luis Juez y al radicalismo.

Esa será una parada brava para el oficialismo nacional al igual que Santa Fe, la Ciudad de Buenos Aires y Mendoza, que es la única de todas ellas que elegirá gobernador el 23 de octubre, junto con la elección presidencial.

En Mendoza, la Casa Rosada apostó a convencer al senador Adolfo Bermejo, pero como éste no quiere postularse las opciones del PJ serían el diputado nacional Omar Félix y el intendente de Las Heras, Rubén Miranda. Enfrente, el rival que más asusta al gobierno es el ex gobernador radical Roberto Iglesias.

El gobierno tendrá dos listas en Buenos Aires: la oficial de Daniel Scioli y la adherida de Martín Sabbatella. Una tercera opción de Sergio Massa fue descartada. El intendente de Tigre debe resolver si irá a la interna del PJ a enfrentar a Scioli.

Mientras tanto, Cristina no da señales de quién será su compañero de fórmula. “Depende de cómo llegue al momento de elegir. Si necesita sumar, será una figura, si no elegirá a un hombre leal y de perfil bajo para que acompañe en el Senado”, señaló una importante fuente oficial. Héctor Recalde, hombre de  Hugo Moyano, es el único de los nombrados que está descartado.

Por lo pronto, todos en Balcarce 50 se preparan para ir al Teatro Argentino de La Plata en junio, sede oficial de los lanzamientos electorales del kirchnerismo, para la puesta en marcha de la candidatura a la reelección.

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