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Escándalo británico no cesa

Renunció el número dos de Scotland Yard, luego de la salida de su jefe por vínculos con las escuchas ilegales del News of the World. Apareció muerto el periodista que sacó a la luz las prácticas del diario.

La renuncia del número dos de Scotland Yard, tras la dimisión anteayer del jefe de esa fuerza, potenció ayer el escándalo de las escuchas y sobornos que sacude Reino Unido, mientras el primer ministro, David Cameron, convocó para mañana a un debate en el Parlamento para informar sobre la investigación. Como si esto fuera poco, apareció muerto el periodista Sean Hoare (ver aparte). Se trata de uno de los primeros en denunciar las prácticas ilegales del News of the World, el periódico del grupo mediático del magnate australiano Rupert Murdoch.

Luego de que el arresto de Rebekah Brooks –liberada luego bajo fianza–, mano derecha de Rupert Murdoch, además de la renuncia del jefe máximo dela Policía Metropolitanalondinense, sir Paul Stephenson, sacudieran la investigación, la dimisión del sub jefe policial, John Yates, amenazó ayer con llevar el escándalo hasta niveles impensados.

Yates, que tuvo una pobre comparecencia parlamentaria la semana pasada en la que admitió que tardó ocho horas en decidir que “no valía la pena seguir investigando”, se resistía a renunciar, pero no tuvo otro camino luego que su jefe Stephenson lo hiciera, presionado por sus vínculos con implicados en el caso.

La noticia de la dimisión de Yates se conoció poco antes de que comparezca ante el Parlamento la ministra del Interior, Theresa May, quien deberá explicar a los Comunes la crisis de Scotland Yard y sus vínculos con el periódico News of The World, que tras 168 años cerró producto del escándalo.

May, en línea con la postura oficial, aseguró que Stephenson tomó una decisión “honorable” al dimitir de su puesto, y agregó que “aún hay serios aspecto a esclarecerse” sobre el escándalo de las escuchas y expresar su “preocupación” por los vínculos entre Scotland Yard y Wallis, un antiguo alto cargo del News of the World que el jueves pasado fue arrestado.

El caso había sumado nuevos ribetes con el arresto de Rebekah Brooks, mano derecha del magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch, poco después de presentarse en una comisaría londinense donde fue notificada que sería detenida como sospechosa de interceptar comunicaciones y de corrupción.

Sin embargo, pocas horas después, la renuncia de Stephenson –tras publicarse que un periodista de News of the World pagó una costosa estancia en un balneario exclusivo– dejó claro que los límites del escándalo político y financiero aún pueden deparar grandes sorpresas.

Brooks, que fue liberada tras 12 horas de arresto e interrogatorios, comparecerá hoy junto a Murdoch, y el hijo de éste, James, enla Cámarade los Comunes, informó la agencia DPA.

En medio de crecientes críticas opositoras, el primer ministro Cameron propuso que mañana se realice una sesión extraordinaria del Parlamento para que él en persona “pueda hacer una declaración, informar ala Cámarasobre la parte final de esta investigación judicial y responder a cualquier pregunta que surja”, señaló el premier conservador.

La sesión modifica los planes de los parlamentarios, que tenían previsto disfrutar de seis semanas de vacaciones a partir de hoy, mientras el propio Cameron debió achicar su gira por África de cinco a dos días, agobiado por los reclamos de la oposición.

El líder laborista Ed Miliband, acusó al premier de estar “paralizado” por sus antiguas decisiones y advirtió que Cameron tiene que responder  “preguntas difíciles”. Entre ellas, si en sus reuniones con Rebekah Brooks se habló de la compra de la cadena televisiva BSkyB, una adquisición que fue congelada por Murdoch debido al escándalo.

Murdoch es un magnate que gobierna el conglomerado de medios de comunicación más grande del mundo. De origen australiano y nacionalizado estadounidense, es el principal accionista de News Corporation, que integra los periódicos The Sun, The Times y The Wall Street Journal, además de cadenas vía satélite Sky y Fox, grandes aliadas de los conservadores estadounidenses.

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