Ciudad

En menos de un mes desplazan los carritos de la costanera

Por Laura Hintze.- El próximo 15 de marzo vence el permiso que tienen para trabajar sobre la Rambla Catalunya y no les será renovado.


carritos

La tensión entre la Municipalidad y los comerciantes por la instalación de bicisendas se repite cada vez que asoma un proyecto. Aunque con diferentes tintes, el conflicto estuvo en calle Salta, en avenida Pellegrini y ahora se replica en la Rambla Catalunya. En este último, sin embargo, no peligra una baja en las ventas de comercios establecidos, sino la suerte de 60 familias a las que en un mes se les vence el permiso precario que tienen desde hace años para la venta ambulante en la vereda de la Rambla. Y es que el proyecto que busca llevar adelante la Municipalidad implica correr los puestos a la vereda de enfrente, ya que la bicisenda fue proyectada justo por donde están ubicados los carritos.

“Eso no nos rinde. Ya nos trasladaron una vez y los vecinos se quejaron. Además, la gente no pasa por ahí. La bicisenda es una excusa porque el concesionario (de la Rambla Catalunya) puso plata para sacarnos, no sé por qué”, denunció Francisco, dueño de uno de los carritos de la zona. Desde la Secretaría de Planeamiento dijeron que se va a respetar el permiso de uso, el cual vence el 15 de marzo, pero que no se va a renovar. “No buscamos que desaparezcan, sino acordar nuevas posiciones”, explicó Pablo Barese, a cargo de la repartición.

El pliego para la concesión de la Rambla Catalunya y la realización de nuevas obras en la costa rosarina ya está adjudicado. Una vez finalizadas las actividades del verano, debería comenzar la reconversión: nuevas veredas,  bancos, mesas, iluminaria, forestación y la polémica bicisenda. “Hay que avanzar con las obras del pliego, que ya se están atrasando por el permiso de uso que respetamos. El proyecto ya está a cargo del concesionario y nosotros sólo tenemos que liberarle la zona para que trabajen”, explicó Barese. Así, la decisión municipal es no renovar los permisos que vencen el 15 de marzo próximo, y dejar que los carros se instalen en la misma cuadra pero en la vereda de frente, donde, señaló el secretario de Planeamiento, contarán con mejor infraestructura.

Desde 1986, Francisco tiene el carrito “Silvia” en la costa. Según le contó a El Ciudadano hace cinco o seis meses le avisaron que donde está su puesto, y los once restantes, iba a pasar una bicisenda, y que por lo tanto tienen que mudarse a la otra vereda. “Si no nos vamos, no nos renuevan. Nos tienen atados de pies y manos. Estamos viendo qué hacer, qué vías tomar, porque necesitamos el trabajo. Ir a la vereda de enfrente no rinde. Probamos una vez y los vecinos se quejaron, además la gente que va es menos, no cruza”, se quejó Francisco.

Son sesenta las familias afectadas a la problemática: doce carritos, y en cada uno trabajan entre cinco y seis personas. Y afirman que ninguno, a pesar de los reclamos para mantener el trabajo en esa vereda, recibió respuesta del municipio al pedido de “convivencia”.

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