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En Grecia resisten el ajuste

Hubo dura represión policial a una multitud que rodeaba ayer el Parlamento mientras los diputados debatián las medidas impuestas por la UE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

La Policía de Grecia reprimió ayer con gases lacrimógenos a los manifestantes opositores al plan de ajuste concentrados frente al Parlamento en Atenas, mientras en el interior de ese cuerpo legislativo se debatía la aprobación de las medidas de austeridad exigidas por acreedores internacionales a cambio de un segundo rescate para evitar el default.

Desafiando el descontento público y a los casi 100 mil manifestantes, los legisladores griegos discutían un severo plan de ajuste exigido por la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y recibir a cambio un segundo rescate de 130.000 millones de euros.

Afuera, las fuerzas antidisturbios se desplegaron en la emblemática plaza Syntagma de la capital griega y dispararon también granadas aturdidoras contra las cientos miles de personas concentradas en el lugar, sin que trascendiera si se habían registrado heridos.

Las imágenes de la televisión griega mostraron numerosos focos de incendio en la calle y el aire completamente enturbiado por el humo. Sólo un pequeño grupo de la multitud se enfrentó con la Policía. Otros portaban pancartas que decían “¡Alzamiento popular!”, “¡Son ellos o nosotros!” y “No jueguen todo lo que hemos conseguido”.

Mientras los diputados se reunían para votar rodeados por la multitud en la calles, el gobierno advirtió que rechazar las medidas de ajuste implicaría sacrificios “inimaginablemente más duros” a los griegos.

El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, dijo al Parlamento que Grecia no tiene una salida fácil y que la alternativa al rescate internacional –la bancarrota y la salida de la zona euro–sería mucho peor para los griegos.

A los diputados se les preguntaba por tres cuestiones: el plan conocido como la quita (la condonación de 100.000 millones de euros de la deuda en manos privadas), el plan de recapitalización bancaria (necesario para contrarrestar las pérdidas que sufrirán los bancos con deuda griega) y las medidas de ajuste a cambio del crédito.

El ajuste supone un recorte de los salarios y las pensiones, así como el despido de miles de funcionarios. En cuanto a cómo participará el sector privado en la reducción de la deuda, aún se desconocen los detalles.

Con Grecia en su quinto año de recesión, los sindicatos – que la semana pasada realizaron tres días de huelga– argumentan que las nuevas medidas de austeridad ahogarán a la economía. El desempleo en el país mediterráneo alcanzó el máximo de 20,9 por ciento en noviembre pasado, y casi la mitad de los jóvenes del país no tiene trabajo.

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