Ciudad

De la tierra a la pastelería

Por Paola Cándido. Leandro Gómez tiene 20 años, pertenece a la comunidad Toba y hace un año que vive en Rosario. Recibió su certificado de capacitación en oficio y cuenta parte de su historia y de sus sueños.

Unos 50 jóvenes de la comunidad Qom, tras haberse capacitado en forma gratuita, recibieron certificados de capacitación en oficios. Los cursos estuvieron destinados a fortalecer las competencias de los participantes –que se formaron en albañilería, pastelería, emprendedorismo, desarrollo personal e inclusión laboral– en relación a la búsqueda de empleo. La iniciativa fue impulsada junto a Sesa Select, la Cámara Argentina de la Construcción y el Sindicato Obreros Pasteleros, Confiteros, Sandwicheros, Heladeros, Pizzeros y Alfajoreros de Rosario.

Leandro Gómez tiene 20 años y forma parte de la comunidad aborigen Qom de Quitilipi, Chaco, uno de los 25 departamentos en los que se divide la provincia y tiene cerca de 40 mil habitantes. El valor de la tierra, como espacio y no como negocio, es fundamental para el desarrollo de vida de los pueblos originarios. Por diversas situaciones, miles de tobas tuvieron que dejar su lugar de origen, el monte, para emigrar a grandes centros urbanos alejados de su entorno natural.

En Rosario, alrededor de 350 familias tienen asentamientos en barrios con estas características, como el Barrio Rouillón, de la Travesía y Los Pumitas, en Génova y Campbell de la hermana Jordán, donde hay presencia indígena Toba, Mocoví, Wichí, Guaraní, entre otras.

Leandro terminó el secundario en la escuela técnica Marta Magdalena Toucedo y hace casi un año que está en Rosario. En su ciudad natal, vivía con su madre y sus hermanos, a su padre no lo conoce. Ahora habita el barrio toba de la zona oeste, de Rouillón y bulevar Segui junto a sus tíos y primos.

“Hice un curso de pastelería, aprendí a hacer bizcochos, rosquillas, pan dulce, prepizzas, todas las clases de budines, tortas y decoraciones. El curso duró tres meses, desde septiembre hasta los primeros días de diciembre, asistíamos los lunes, miércoles y viernes de 12.30 a 16.30, con una clase teórica incluida. Además nos enseñaron sobre Higiene y Seguridad”, detalló el joven.

“No esperaba aprender todo esto, me encontré con un profesor muy bueno y quiero conseguir un trabajo relacionado con este oficio, también hice un curso de reparador de PC, y otro de liquidación de sueldos y jornal”, expresó el joven.

Gómez tiene siete primos y no le fue fácil adaptarse a una nueva ciudad y a medida que iban transcurriendo los meses fue amoldándose a otra clase de vida. Los sábados y domingos, de 6 a 12, trabaja en la Terminal de Ómnibus, haciendo tareas de limpieza y mantenimiento.

“Me gusta la costa de Rosario, el río, me hice amigos en el nuevo barrio, no salimos mucho, nos juntamos en casas y recién está empezando a despertar el amor. Me gustaría formar una familia más adelante, cuando esté más organizado laboralmente, me gusta más lo administrativo, en este momento, estoy buscando una universidad para hacer la carrera de administración de empresas”, precisó Gómez.

Leandro cuenta que mantiene contacto con su mamá por teléfono. “Extraño mucho a mi mamá y a las peleas de mis hermanos, le conté que recibí el certificado de pastelería, es un desarrollo personal. El año que viene en el Centro Cultural de Almafuerte y Travesía, se va a lanzar un microemprendimiento con los que ya hicimos este curso, vamos a poner en práctica nuestros conocimientos y le vamos a tener la posibilidad de enseñarles a otros chicos”, concluyó el joven.

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