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Fútbol Argentino

En el debut de Osella, Newell’s no pudo con Unión en el Coloso

No hubo magia. La Lepra igualó 1-1 con los Tatengues. Martínez y Scocco, los goles. La llegada del nuevo entrenador no generó envión anímico y el equipo dependió en exceso de lo que hizo Lucas Boyé.


Cambió el técnico, pero todo sigue igual dentro de la cancha. Está claro que en tres días Diego Osella no podía hacer magia. Nadie esperaba eso. Pero lo extraño es que ni siquiera hubo un cambio anímico lógico de inicio de ciclo. Newell’s fue el mismo equipo desequilibrado de los últimos tiempos. Y quedó a expensas de un arrebato de Lucas Boyé, el jugador distinto que le da vida a un elenco que sigue tambaleante y no reacciona.

Osella puso en cancha una formación defensiva, un 4-4-2 con un doble cinco de marca. Pero eso no le dio estabilidad ni seguridad. Por el contrario, hubo baches, descuidos, y por eso no sorprendió que a los 5 minutos Unión se pusiera en ventaja tras un rebote y un remate de Martínez que sin marca fusiló a D’Angelo.

El inicio cuesta arriba mostró una falencia en el armado. La Lepra estaba preparada para defender, pero le faltaban variantes y nombres para atacar. Entonces apeló al pelotazo a Boyé, o a alguna corrida de Advíncula, demasiado poco para inquietar a cualquiera.

Pero el Tatengue tampoco es un equipo firme. Y le fue abriendo huecos para que el local se anime. Y por arriba Newell’s comenzó a inquietar. Centro de Advíncula y cabezazo de Insúa sobre el travesaño, córner y Boyé que falló debajo del arco. Con poco el empate era posible. Y apareció Boyé.

Sí, el ex River presentó su jerarquía con la pelota y su fortaleza física y sacó a pasear a toda la defensa visitante. Fue un show individual en medio de una noche de escaso espectáculo. Y el gol llegó por decantación. Boyé se llevó a la rastra a dos rivales y habilitó a Scocco para el empate. Y al rato casi pasa al frente la Lepra en otra asociación de ambos, pero el juvenil atacante remató afuera.

La segunda parte duró hasta que Boyé se cansó. Y si bien Osella intentó ser más osado y mandó a Mugni a la cancha, poco cambió.

Pudo ganar, es cierto. Maxi demoró demasiado en una gran jugada de Boyé y el travesaño le dijo no a un cabezazo de Cáceres en el cierre. También pudo perder, pero Riaño le dio una mano al fallar siempre en los metros finales.

No hubo magia. Tampoco recetas esclarecedoras. No será sencillo para Osella darle identidad a este equipo. Los golpes duelen y las heridas no van a cicatrizar tan rápido.

Boyé sigue enchufado

Lucas Boyé fue el único distinto en un plantel con jugadores que deambulan en cancha sin rumbo. Ganó siempre, con una fortaleza física que derrumba defensas, pero también puso fantasía en una noche opaca. Asistió a Scocco en el gol y le faltó el suyo, su único defecto, su mayor debilidad.

D’Angelo (5). Algunas dudas en los centros, atoró bien en un mano a mano con Riaño.

Escobar (4). Le hicieron el uno-dos toda la noche y no pudo acomodarse. Para peor, lo amonestaron rápido y quedó condicionado.

Cáceres (4,5). A veces se muestra lento, pero tuvo un gran cierre ante Riaño que se iba al gol.

Domínguez (5). No se lo nota seguro. Bien arriba, mal con los pies.

Insúa (5,5). Siempre criterioso. Casi anota de cabeza.

Advíncula (5,5). Complica con su velocidad. Sacó un centro excelente que casi es gol de Insúa. Le falta bajar un cambio.

Formiliano (4). Como doble cinco se mostró perdido. Cuando pasó de zaguero se acomodó.

Mateo (5). Desordenado. Se metió mucho atrás y eso conspiró con una salida prolija.

Rodríguez (4). Desconocido. Le costó encontrar su lugar. Las pocas veces que le llegó la pelota decidió mal. No salió porque es Maxi y siempre puede definir.

Scocco (5,5). Mucha voluntad, un rato asociado a Boyé que casi alcanza para ganar. Definió muy bien en el gol.

Mugni (5). Entró con ganas, pero se apagó cuando no encontró socios para jugar.

Fertoli (-). Pocos minutos, demasiado acelerado.

Formica (-). Entró en el descuento, lo que deja claro que aún no trasmite confianza.

Decidido: el 19 de junio, a las urnas

Hay consenso en el Parque y las elecciones serán el 19 de junio. Tras la reunión de ayer entre el oficialismo y las agrupaciones opositoras hubo acuerdo y se estableció un cronograma electoral que permitirán adelantar los comicios al tercer domingo de junio.

¿Cómo se llegó a este acuerdo? ¿Se llega con los tiempos legales? Justamente el consenso fue clave para que el 19 de junio sea posible. Tras charlar ayer los abogados del club y de las distintas agrupaciones, se definió no realizar una Asamblea para modificar el Estatuto, y buscar una solución más práctica y que permita ganar tiempo. El atajo será una nota que presentará la Comisión directiva en Inspección General de Personas Jurídicas donde solicitará excepcionalmente adelantar la fecha de elecciones estipuladas para diciembre. Y con la aprobación del organismo provincial, ya no será necesaria una Asamblea de socios extraordinaria. Así, el 17 de marzo habrá asamblea, pero para determinar la Junta Electoral. Y los 90 días necesarios para juntar avales y presentar listas de candidatos permitirán que los comicios puedan realizarse el 19 de junio, como pretendían la mayoría de las agrupaciones opositoras.

Obviamente para confirmar la fecha, hay que esperar que la dirigencia presente la nota en IGPJ y que el organismo acepte el pedido, algo que es posible ya que hubo algunos sondeos con los funcionarios a cargo y hubo un guiño sobre esta posibilidad para adelantar los comicios.

Si eso no sucediera, el 17 de marzo será la Asamblea para modificar estatuto y se ajustará el cronograma electoral para llegar al 19 de junio como sea.

Ahora será tiempo de presentar definir el cierre del padrón que se utilizará en los comicios, de definir candidatos, de armar alianzas, de buscar avales (2 por ciento del padrón), y sobre todo, de presentar propuestas. Si no hay cambios inesperados, esta vez en el Parque habrá elecciones.

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