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En busca del apoyo local

Por Luciana Sosa. Médicos Sin Fronteras realiza una campaña nacional informativa y también recluta a profesionales de la salud para seguir ayudando en el mundo.

El organismo mundial sanitario Médicos Sin Fronteras lleva adelante con éxito una campaña informativa sobre las enfermedades olvidadas en el mundo. La iniciativa surgió ante la dramática cifra de 8 mil muertes diarias a causa de estas patologías. Hasta las 18 de hoy estarán con la carpa en la plaza Pringles (Córdoba y Presidente Roca) brindando información sobre la situación a nivel internacional. Luis Paiz Bekker, director de MSF.

Chagas, sida infantil, tuberculosis, malaria, enfermedad del sueño y kala azar (leishmaniasis visceral) son algunas de las enfermedades olvidadas que MSF presentó en esta iniciativa titulada Vacunación contra el olvido.

Según los informes presentados por MSF, apenas un 1,3 por ciento de la innovación farmacéutica de los últimos 30 años se ha destinado a las enfermedades tropicales y la tuberculosis. Por otra parte, cerca de un 90 por ciento del gasto mundial en investigación médica se concentra en los problemas de salud que afectan a menos del 10 por ciento de la población mundial, el 10 por ciento más rico.

—¿Cómo ha sido la respuesta del público en la campaña informativa?

—Muy buena. Al comienzo se sorprenden por la carpa y los carteles, y mucho más cuando conocen algunos datos, sobre todo la cantidad de muertes que se cobran estas enfermedades. Después comienzan las preguntas. ¿Por qué si hay tanta tecnología las investigaciones médicas no se ponen al servicio de los sectores mundiales más pobres? ¿Por qué trabajan para el 10 por ciento de la gente, que es justo el sector más rico? ¿Por qué las farmacias y los gobiernos no donan medicamentos? Son preguntas tan simples como terribles porque, lamentablemente, no tienen respuestas, las estamos buscando desde hace casi 40 años.

—¿Qué datos se tienen sobre esta omisión mundial?

—La industria farmacéutica está dirigida sólo hacia el nicho del mercado. Es porque estas productoras sólo trabajan con lo redituable. Hoy no se invierte ni se investiga, y esto afecta a millones de personas, que necesitan una cura, un tratamiento. Un claro ejemplo, sobre todo en Argentina y resto de Latinoamérica, es el Chagas. Existe el tratamiento que tiene 40 años, es muy largo y tóxico, no se ha renovado sabiendo de los avances de la medicina, y sin embargo no existe cura alguna. Hoy una persona con Chagas puede tener (muy tarde en la mayoría de los casos) su diagnóstico y comenzar el tratamiento, puede seguirlo de por vida, porque no se sabe de su cura. Está la tecnología para investigar pero no se utiliza. Por otro lado surge: la duda cómo es posible que para las enfermedades que afectan a un sector muy pobre del planeta haya medicamentos sumamente caros; es una manera de alargar mucho más la distancia entre el enfermo y su cura: sencillamente se mueren.

—En Argentina se dio a conocer la ley de producción pública de medicamentos.

—Si bien no está en vigencia, aplaudimos la iniciativa argentina (ver aparte). Se necesita que haya campañas de acceso a medicamentos genéricos, por ende el precio será mucho más bajo. La ley argentina es un gran avance, éste es uno de los pocos países que se ha atrevido no sólo a entender la posibilidad sino también a reglamentar el negocio de los medicamentos. A veces parece que estuviéramos vendiendo vehículos, por la indiferencia que notamos entre las autoridades, pero estamos trabajando por la salud, no es un dato menor.

—¿Qué datos han relevado del país en medio de esta campaña nacional?

—No tenemos demasiado. Pero podemos asegurar que el gobierno se está ocupando de los distintos sectores vulnerables del país. En esta instancia sólo vinimos a trabajar en la campaña informativa, ya tenemos unos cien doctores reclutados en MSF que trabajan con nosotros en los campamentos mundiales. Hoy no estamos trabajando en Argentina porque hay sitios en el mundo que necesitan mucho más de nuestra labor, la crisis humanitaria mundial es terrible, y debemos priorizar los países o regiones donde el peligro de muerte es inminente, como Libia y el Cuerno de África. Sin embargo, cuando Argentina nos necesite, estaremos de inmediato con nuestra ayuda.

—Esta campaña también busca seguir sumando profesionales y socios

—Sí, con la adhesión de quienes puedan ayudarnos con donaciones monetarias vamos a seguir trabajando en el mundo, también con aquellos médicos que puedan y quieran sumarse a MSF. Necesitamos ingenieros, médicos, profesionales en recursos humanos, hay una gama de perfiles necesarios muy grande. No quiero dejar de remarcar que en este país hay lugares que necesitan ayuda pero dentro de todo tienen la estructura gubernamental que trabaja en esta situación. Hoy priorizamos trabajar en aquellos lugares donde no existe el Estado, hay guerra; son lugares muy difíciles de llegar: hay magnitudes increíbles en cada caso.

—Más allá de su independencia, ¿cómo se relacionan con las autoridades del lugar al que asisten?

—Este año celebraremos los 40 años de MSF y hemos tenido un aprendizaje muy rico. En realidad, regularmente, cuando existe un desastre natural, llegamos de inmediato para hacer una evaluación con un médico de mucha experiencia en desastre y un logista. Se realiza un análisis intenso pero rápido de la situación, su magnitud y de allí se envían los equipos necesarios, además de recursos como agua y medicamentos. Una vez realizado esto nos contactamos con las áreas de gobierno o instituciones que le harán frente a la emergencia. Hay muchos lugares donde no encontramos siquiera que nos atiendan el teléfono. Por otra parte están los conflictos armados, donde no distinguimos bandos: cuidamos a todos los que necesiten nuestra ayuda. Sé que nuestra presencia molesta a algunos gobiernos, pero no podemos quedarnos callados y sin actuar ante la presencia del ataque de los derechos humanos, eso tiene que ver con nuestra independencia.

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