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Ciencia y Tecnología

El virus chikungunya hace pie en suelo americano

A comienzos de julio, El Ciudadano publicó una entrevista con Delia Enría, directora del Instituto Maiztegui, quien advertía sobre los riesgos. Entre otras cosas, mencionaba que en Argentina ya se habían conocido casos importados.


El virus de chikungunya (CHIKV), causante de “la enfermedad que te retuerce”, fue detectado por primera vez en Tanzania en 1952, pero llegó a nuestro continente este año. La enfermedad que el virus produce, hasta hace poco desconocida en América, carece de tratamientos y ha comenzado a suscitar no pocos interrogantes.

La Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero, advirtió, poco antes del comienzo del mundial de fútbol, sobre la necesidad de evitar las picaduras de mosquitos, ya que en el continente americano desde hace un año se comenzó a detectar la presencia de CHIKV, virus que se trasmite a través de las picaduras de mosquitos de las especies Aedes albopictus y Aedes aegypti, o zancudo patas blancas. Aún no existe vacuna contra el virus, ni tratamiento para la enfermedad que desata, por lo que, la única manera de protegerse es combatiendo a los mosquitos que lo portan.

“Chikunguya, en las voces africanas, significa “aquél que se dobla”. Una vez infectado el ser humano, le provoca dolor articular intenso”, la doctora Delia Enría, directora del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Dr. Julio I. Maiztegui” (Inevh), se refiere a la aparición de un “nuevo” virus en el continente.

Hace más de 30 años que Enría trabaja en la prevención y tratamiento de enfermedades provocadas por agentes infecciosos. Es una de las profesionales que lograron contener al virus Junín, un flagelo que produce la fiebre hemorrágica o mal de los rastrojos. Es una referente en la lucha contra el dengue y una consultora en la materia en el país y en el extranjero.

—¿Puede darnos información sobre el virus de Chikungunya?

—Se lo aisló por la década del 50, en Tanzania, África tuvo brotes aislados en Asia y en las islas del Pacífico; pero a partir del año 2005, emerge una nueva variante viral, cambiando sólo un ‘pedacito’ de su secuencia de aminoácidos, haciéndolos mucho más apto para replicarse en los vectores, y comienza a producir brotes. El brote más estudiado es en las Islas Reunión, al este de Madagascar, donde el 60 por ciento de la población enferma abruptamente con un cuadro de fiebre y dolor articular; incluso con manifestaciones atípicas como encefalopatías y, además, con la trasmisión persona a persona por vía materna. Los cuadros duraban días y hasta seis meses; otros entraban en cronicidad. Desde las islas Reunión siguió circulando el virus a otras islas, llegando, incluso al continente europeo. Eso mismo está ocurriendo ahora en la República Dominicana. Además se detectaron casos importados en todo el mundo, incluyendo nuestro país.

—¿Cómo son posibles “los casos importados”?

—Un caso importado es aquél que se adquiere en otro lugar y el virus viaja en una persona que toma un avión, por ejemplo. Esa persona llega enferma a un sitio que tiene altas densidades de infectación de mosquitos Aedes egyptii, que es el mosquito que trasmite el dengue, y allí tenemos, nada más y nada menos, una anticipación de lo que va a ocurrir. Eso mismo pasó con el dengue, virus que no es originario de América y todos sabemos qué es lo que ocurrió con él a partir de los 80 en toda nuestra región. Se trata de vectores aptos; los mosquitos son parecidos, el aedes egyptti y el aedes albopictus que es el vector del virus Chikunguya. En algunas regiones ha sido el albopictus, un mosquito que es muy apto, en él, el virus se replica muy rápidamente. Es un virus que habita en la selva pero que también se lo encuentra en las urbanizaciones. De todos modos, en América el vector es el aedes egyptii.

—¿Qué condiciones requiere el Virus de Chikunguya para su propagación?

—Un vector apto y una población susceptible.

—¿A qué se refiere usted con “población susceptible”?

—Aquella población que no ha estado enferma. En el subcontinente teníamos toda esta porción de América susceptible y, además, llena de vectores aptos. Por otra parte no podemos saber si ha encontrado otro vector apto. Porque el virus puede diseminarse en otros vectores aún desconocidos. Incluso podría, potencialmente, hacer lo que hizo el virus de la fiebre amarilla luego del comercio de esclavos de África a las Américas; el virus entró, produjo brotes urbanos y también se metió en la Selva; los brotes urbanos se lograron erradicar pero seguimos con fiebre amarilla silvestre. Como se ve se va haciendo compleja cada vez la situación y para la cual hay que estar preparado.

“Nosotros entramos al virus”

La doctora Delia Enría ha participado en la confección de las guías a pedido de la OPS, al Organización Panamericana de la Salud; las que pueden encontrase en el sitio web de la misma, www.ops.org.ar colocando el nombre del virus y se abre una página con la información necesaria sobre lo que es imprescindible saber sobre el virus y el vector y los cuidados necesarios.

Son necesarios, también, laboratorios para diagnosticar la infectación. En nuestro país existe una red de 75 laboratorios construidos para el dengue; los que recibirán los reactivos necesarios que provee el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Doctor Julio I. Maiztegui”.

—¿Las condiciones de propagación siguen ligadas a lo humano, es decir a las condiciones de vida que nosotros desarrollamos?

—Los que entramos los virus somos los humanos. Hoy la gente está focalizada en el Mundial; Brasil no ha reportado Chikungunya y este no es el momento de más alta trasmisión por la estación invernal; excepto en Manaos. Pero por otro lado el caribe es un destino turístico muy requerido con un alto intercambio de pasajeros. Es probable que uno de ellos regrese a su país y no haga la enfermedad. Al ser picado por un mosquito, éste va a iniciar un ciclo de transmisión de la enfermedad autóctona.

—¿Cuáles son las medidas sanitarias?

—Las mismas que hemos trasmitido para el dengue. Como ciudadano responsable debo encargarme de limpiar el patio trasero de mi casa. Sacar todos los reservorios que contengan agua limpia donde se va a replicar el mosquito. La “deschatarrización” es fundamental. Cada ciudadano tenemos una gran misión que cumplir y hacerla en nuestra casa y en los espacios públicos. Además de las tareas que les compete al municipio, a la provincia y a la Nación para controles de vectores y reservorios. Donde hay basura existe un municipio que no ha hecho su trabajo pero donde hay residuos es porque hubo alguien que lo arrojó.

—¿Es posible llegar a alguna vacuna disponemos de medicación?

—Se está trabajando en vacuna de Chikungunya y de dengue; pero se sabe que aun teniendo una vacuna, el trabajo de control de vectores va a tener que seguir.

—Y los cambios de nuestros hábitos culturales…

—…estoy convencida de eso. Hay trabajos que la sociedad se debe como son no arrojar residuos en la vía pública, limpiar patios y veredas, cuidar a las mascotas y sus desechos. Si vivimos en ambientes más cuidados no hay vectores y tendremos menos posibilidades de que se trasmitan enfermedades. El mosquito que lleva el virus en realidad crece dentro de nuestras casas.

“Una sala vacía gracias a la ciencia argentina”

La Dra. Enría recuerda sus días en Pergamino y su acercamiento al mítico Julio Maiztegui: “Soy egresada de la Facultad de Medicina de la UNR. Luego de mis años de residente de Clínica Médica en el Hospital Nacional del Centenario, fui a vivir a Pergamino, donde abrí un consultorio. Me acerqué a hablar con el doctor Maiztegui ya que tenía la idea de hacer algo en infectología, y el Instituto me terminó absorbiendo. Más tarde fui a los EEUU a estudiar en base al proyecto que generó una vacuna contra la fiebre hemorrágica. Al regresar fui la médica que tuvo que atender la mayor cantidad de brotes de F H desde 1979 y cada vez que entro a la sala donde comenzamos a atender los pacientes siento una cierta emoción porque esa sala está hoy vacía Y está vacía gracias al trabajo de la ciencia argentina que logró disminuir la incidencia de la enfermedad generando un tratamiento específico y una vacuna que produjimos en este Instituto”.

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