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El titular de la ONU pidió un mundo sin armas nucleares

Ban Ki-Moon dijo que la única forma de asegurar que no vuelvan a ser utilizadas es eliminarlas a todas.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, declaró ayer en Nagasaki (suroeste de Japón) que la única manera de asegurarse de que las armas nucleares no serán utilizadas es “eliminándolas todas”. Ban es el primer secretario general de la ONU en visitar en funciones la ciudad mártir de Nagasaki, arrasada por una bomba nuclear lanzada por Estados Unidos el 9 de agosto de 1945, tres días después del bombardeo atómico de Hiroshima (sur).

“La única manera de asegurarse de que tales armas jamás volverán a ser utilizadas es eliminándolas todas”, dijo en un discurso pronunciado en el mismo lugar en que estalló la bomba de plutonio.

El diplomático visitó el museo de la ciudad que recuerda el ataque nuclear y se reunió con Sumiteru Taniguchi, presidente del Consejo de Víctimas de la Bomba Atómica de Nagasaki.

“Vine a rendir homenaje a los hibakusha por los sufrimientos espantosos que enfrentaron”, agregó, subrayando que su visita era un testimonio de “solidaridad hacia los ciudadanos de Nagasaki”.

“Hibakusha” es el nombre que se da en Japón a los sobrevivientes de los bombardeos atómicos.

“En lo que respecta a mi compromiso (en relación con un mundo libre de armas nucleares), pueden contar conmigo”, dijo Ban a los supervivientes.

Ban se encuentra de visita en Nagasaki y hoy estará en Hiroshima, el primer blanco atómico estadounidense en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial.

En Nagasaki tendrá lugar el próximo lunes la ceremonia en conmemoración del ataque nuclear lanzado por Estados Unidos el 9 de agosto de 1945 contra la ciudad.

No está previsto que Ban concurra a esa ceremonia, pero sí será el primer secretario general de la ONU en asistir hoy al Memorial de la Paz en Hiroshima, en el que se conmemora el ataque nuclear a la ciudad del 6 de agosto de 1945.

En esta ceremonia estarán presentes dirigentes políticos y diplomáticos de más de setenta países, incluido el embajador de Estados Unidos en Japón, John Roos, quien será el primer representante estadounidense en hacerlo.

El secretario general de la ONU aprovechará su visita a Hiroshima para dar una conferencia de prensa en la iglesia cristiana en donde una imagen de la Virgen María resultó indemne frente a los efectos del bombardeo.

Alrededor de 145.000 personas murieron en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki –la mitad de ellos el día de los ataques– tras el lanzamiento por parte de Estados Unidos de dos bombas atómicas para forzar la rendición de Japón.

El entonces presidente de Estados Unidos, Harry Truman, ordenó el lanzamiento de las bombas con el fin de evitar que la guerra contra el imperio japonés se extendiera en el tiempo, tras la derrota de la Alemania nazi en el frente europeo en mayo de 1945.

La explosión en la ciudad industrial de Hiroshima, situada en el oeste de Japón, no dejó ningún ser vivo en un radio de más de un kilómetro y muchos residentes más murieron como consecuencia de la exposición a las radiaciones. Hasta el 31 de diciembre de 1945 se contaron unas 145.000 víctimas mortales.

El 9 de agosto Estados Unidos lanzó una segunda bomba sobre el puerto de Nagasaki, más al sur, que dejó unos 80.000 muertos.

Ningún secretario general de Naciones Unidas había asistido hasta ahora a las conmemoraciones anuales desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Ésta será también la primera vez que Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña estén representados en ellas, a nivel de embajador o de encargado de negocios.

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