Paola Cándido
El río Paraná se mantiene en niveles muy bajos para la época. Según la última medición oficial, a la altura del puerto de Rosario registró 1,80 metros, muy lejos del nivel de alerta fijado para la estación fluvial en cinco metros. Según datos del Instituto Nacional del Agua (INA), la altura media para octubre en la región es de 2,84 metros teniendo en cuenta un promedio entre los años 1994 y 2018. La tendencia además es que se mantenga en los mismos valores en las próximas semanas.
Entre otras consecuencias, el bajo nivel de las aguas produjo un aumento de la peligrosidad en la navegación por la presencia de bancos de arena.
De todas maneras, hay varios metros de playa para disfrutar en ambas orillas del río con nueva vegetación y formación de nuevas islas.
Por la situación semanas atrás se produjo una invasión de autos en las islas. Desde la organización “El Paraná no se toca” atribuyeron el fenómeno a la “falta de ordenamiento territorial y presencia del Estado”: apuntaron a la Municipalidad de Victoria y a Gendarmería.
“Faltan políticas para el sector”
En tanto, unas de las aristas desde la que se puede abordar la situación está vinculada con los controles y las posibilidades que tiene el Estado de abordar el tema.
El Ciudadano consultó Edgardo Arrieta, secretario General del Sindicato de Dragado y Balizamiento. Dijo en referencia a la bajante del río que “no hay que alarmarse”, pero que “habría que hacer estudios para saber por qué ocurren estas cosas”.
“El Estado nacional cerró hace tres años la Dirección Nacional de Construcción Portuaria y Vías Navegables, que tenía datos oficiales sobre la crecida y la bajante del río y los daños que puede ocasionar. Hoy el país hoy no cuenta ya con esa dependencia”, lamentó.
Arrieta especificó que hay que tener precaución para navegar. Sobre todo las grandes embarcaciones. “Los pies de muelle no tienen el calada necesario para hacer la carga total. En el caso de que un barco tenga que quedar parado tiene que pagar entre 30 y 40 mil dólares”, detalló.
Según el gremialista, lo que está pasando con la bajante del río es “consecuencia que se paga por no tener una política de marina mercante e industria naval. Nunca vi que baje en tan poco tiempo”.
No afecta la distribución de agua
Mientras se da la bajante la empresa Aguas Santafesinas informó que por el momento opera con normalidad.
Se espera para estos días un repunte en el caudal. “La fabricación y distribución de agua potable no está en riesgo por el momento”, dijo Guillermo Lanfranco, gerente de Comunicaciones de la empresa Aguas Santafesinas SA.
“La bajante que se registra en el río Paraná no afecta ni la calidad, ni los caudales que potabilizamos y distribuimos a través de las redes a todo el sistema de Rosario y de las localidades vecinas”, explicó el funcionario.
Lanfranco sostuvo que “las alturas del río todavía están por encima del mínimo que se necesita para extraer el agua a través de las bombas”.
Luego recordó que “en el 2009 hubo una bajante histórica, con menos de un metro de profundidad”. “No registramos dificultades en los proceso de potabilización. Hoy estamos con un un metro y medio. Lo que sí se exige es una mayor potencia de bombeo porque la altura actual de río hace un poco más difícil sacar el agua. Las bombas trabajan con otro régimen, pero no se registran problemas”, añadió.
El directivo de Aguas Santafesinas también remarcó que no está afectada la calidad del agua “porque el río sigue viniendo con las mismas condiciones de turbiedad sobre las cuales se trabaja. Tampoco hay problemas por esa cuestión”.
Lanfranco se animó a trazar un panorama sobre lo que vendrían en los próximos días: “Lo que dice el Instituto del Agua es que a mediados de octubre se revertiría la bajante y habría lluvias en la alta cuenca del Paraná y eso iría estabilizando el río. Si se mantienen esos pronósticos no tendríamos dificultad”.
Los datos de Santa Fe
Por su parte, el Centro de Informaciones Meteorológicas de la Universidad del Litoral (UNL) tiene como registro más bajo desde 2000 a la fecha una marca de 2009, cuando en el puerto de Santa Fe el río Paraná midió 1,53 metros.
Luego, como segunda marca histórica se ubica una de 2001, cuando en la estación fluvial de la capital provincial se midió 1,60 metros.
De esta forma, la actual de 1,78 en el puerto de Santa Fe es la tercera más baja de los 19 años transcurridos de este siglo, dejando atrás registros de 2000, cuando el Paraná llegó a 1,86 metros.
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