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El paro de la UTA afecta duro a los comercios de la Terminal

Por: Graciana Petrone.- Las ventas bajaron notablemente y muchos negocios cerraron. Otros reducen el horario a sus empleados. El Gobierno aplicó multas a las empresas por el paro de la UTA Randazzo: “No se entiende que siga el paro de la UTA” Cien mil pasajeros esperan que se levante el paro de colectivos El gobierno fijó aumento del 23% para los choferes pero sigue el paro Randazzo instó a la UTA a levantar el paro


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Tras cuatro días del paro decretado a nivel nacional por la Unión Tranviaria Automotor (UTA), la situación de los negocios ubicados en la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno es alarmante. “El impacto es realmente significativo en lo que tiene que ver con la faz comercial. Siendo generoso, las ventas diarias cayeron en un 70 por ciento”, aseguró en diálogo con El Ciudadano el presidente de la Cámara de Comerciantes de la Terminal, Roberto Di Santo. El testimonio del dirigente se podía verificar ayer cuando se atravesaban los pasillos vacíos. El testimonio de los comerciantes y los changarines no hacía más que reforzar la situación que se veía. “Hace 25 años que vivo de esto y nunca vi un paro tan largo”, explicaba con los bolsillos vacíos uno de los changarines.

El interior de la estación, ayer por la tarde, mostró un escenario desolador: las ventanillas de las boleterías cerradas, la ausencia de viajeros en los pasillos y la deserción total de micros en las plataformas fue una postal más que elocuente que puso en el tapete la repercusión inmediata en la economía de un conflicto que hasta el cierre de esta edición tenía una resolución incierta (ver página 8).

Las únicas personas sentadas en los bares eran los empleados de las boleterías. La mayoría de ellos son afiliados a la UTA que temían que les descontaran los cuatro días de paro, o que se generaran situaciones conflictivas por el paro de transporte entre los viajeros que quedaron varados y que no sabían cuándo iban a poder viajar.

Di Santo detalló que hay comercios, como por ejemplo del rubro regalaría, que habitualmente abren las 24 horas, que decidieron cerrar a la noche por la falta de ventas y por la inseguridad que genera la Terminal vacía. Algo similar contó Daniel, empleado del quiosco de revistas, quien relató que el sábado a la noche, que es el día de mayor movimiento, sólo logró vender cuatro revistas, lo que no alcanza a cubrir su salario diario.

Otros negocios que mantienen sus puertas abiertas son los del rubro gastronomía, pero ya lo hacen con menos empleados. “Para no despedir ni suspender lo que hice fue rotar los turnos y que trabajen la mitad de las horas”, dijo Di Santo. Y agregó que la mayoría de los negocios del rubro optaron por el mismo sistema. “Si esto sigue, si bien ya nos ha perjudicado, nos va a perjudicar notablemente”, agregó.

Cristian es empleado de una librería, cuya firma tiene una sucursal en la Terminal de calle Santa Fe. Ayer a la mañana, directamente cerraron, y es precisamente los domingos por la mañana cuando más venta se genera, afirmó.

El calvario de los viajeros en tránsito

Celina Reyes y su esposo Héctor Espíndola son oriundos de Neuquén y desde la mañana del jueves pasado están varados en la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno a la espera de que se resuelva el paro nacional de la Unión Tranviaria Automotor (UTA). Según contó la mujer, ya no les queda dinero y duermen en los bancos de chapa en los que normalmente los viajeros se sientan a esperar el ingreso y egreso de los micros.

Ambos son jubilados, con el agravante de que ella es diabética y él sufre de artritis reumática. El matrimonio venía de pasar unas vacaciones en Galarza, provincia de Entre Ríos, desde donde uno de sus hijos, que vive allí, los trajo en auto para que en la Terminal tomaran el micro hacia la ciudad del sur. “Teníamos pasaje para viajar el jueves a las 20, pero cuando llegamos nos dijeron que había paro indeterminado. Nos gastamos toda la plata que teníamos. Nunca pensé que nos iba a pasar esto”, contó la mujer. También destacó que durante los cuatros días que lleva el conflicto los rosarinos fueron muy solidarios con ella y su marido. “La gente de los comercios se acerca varias veces al día para ver si necesito hielo para mantener la insulina y una señora nos ofreció su casa para que fuéramos a bañarnos, pero no quisimos porque no sabés con quién te podés encontrar”, dijo. Otra de las cosas que contó la mujer es que hasta el sábado pasado estaban en el medio de la Terminal, cerca de los bares, pero les “pidieron” que se acomodaran en un recoveco al lado del destacamento de Policía de la estación.

“Creemos que es para que el problema nuestro no se vea. Uno de mis hijos me habló ayer por teléfono y me dijo muy enojado que leyó en algunos diarios de noticias por Internet que no hay ningún pasajero varado en la Terminal de Rosario, lo que es mentira”, aseveró.

Desde la boletería de la empresa Chevallier, según explicó, les dijeron que cuando se levante el paro y se abra la venta de pasajes tiene que estar presentes, si no corren con el riesgo de reprogramar los turnos. El matrimonio neuquino también cuida a una joven de 18 años a quien su papá le mandó el pasaje para que se vuelva a Formosa y al igual que Celina y Héctor, duerme en la Terminal: “Soy mamá de nueve hijos, pienso en mis nietas y no puedo dejarla a la deriva porque ni siquiera tiene para comer”, dijo, mientras señalaba a la chica que dormía sobre bultos y valijas.

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