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El mundo globalizado regala la desaceleración

Todo menos el empleo. Una batería de recientes datos económicos confirmó la desaceleración que la economía argentina viene experimentando desde los últimos meses de 2011.

Todo menos el empleo. Una batería de recientes datos económicos confirmó la desaceleración que la economía argentina viene experimentando desde los últimos meses de 2011, en sintonía con la situación global. La industria, el comercio exterior, la construcción, el patentamiento de autos y la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) registraron el freno a la expansión de la actividad. Sin embargo, el nivel de empleo continúa siendo la mayor fortaleza de la administración de Cristina Fernández.

El Ieral, Instituto de Investigaciones de la cordobesa Fundación Mediterránea, recogió datos de tres sectores clave: el de la construcción, el automotriz y el fiscal. Para el primero, precisó que el despacho de cemento inició 2012 con un crecimiento interanual de 4 por ciento, por debajo del 11,2 por ciento de 2011. Los números de la escrituración de inmuebles en la ciudad de Buenos Aires confirmaron la tendencia declinante del sector: luego de un aumento de 3,4 por ciento en el cuarto trimestre de 2011, enero último registró una disminución de 4,2 por ciento interanual. “Es posible que las trabas a operar en el mercado de cambios, introducidas a principios de noviembre, sean parte de los factores explicativos de este comportamiento”, conjeturó el Ieral.

El patentamiento de autos se acopló a la misma tendencia descendente. Si bien en enero aumentó un 8,4 por ciento, este nivel de crecimiento es muy inferior al 29,3 por ciento que marcó en 2011 también en comparación con el año anterior. Y en relación con la recaudación en términos reales del IVA, el alza registrada en enero fue de 3,9 por ciento, interanual, que se compara con el 5,4 por ciento del último trimestre de 2011 y con el 7,6 por ciento de 2011.

Fábricas quietas en enero

Las señales de desaceleración de la economía también fueron registrados por el Índice de Producción Industrial que elabora la consultora Orlando Ferreres & Asociados (IPI-OJF). Según este indicador, la actividad fabril creció sólo un 0,6 por ciento interanual en enero, lejos del 10,7 por ciento de 2010 y 4,8 por ciento de 2011.

Balanzas complicadas

El enfriamiento se notó además en el comercio exterior. El Indec informó una desaceleración en el crecimiento de la balanza comercial en enero, que registró un superávit de 550 millones de dólares, 7 por ciento más que en el mismo lapso del año anterior pero por debajo del salto de 24 por ciento que había registrado en similar periodo de 2011/2010.

Desde el frente fiscal, las señales de ralentización fueron evidentes en enero: el superávit primario fue de 622 millones de pesos, 70 por ciento por debajo del registrado un año atrás. El resultado financiero –tras el pago de intereses de la deuda externa– fue negativo en 2.815 millones de pesos, que se comparan con un superávit de 88 millones en el mismo mes de 2011. “Este deterioro se dio en un contexto en el que el gasto continuó creciendo fuerte (34 por ciento interanual), no previéndose que la salud de las cuentas públicas mejore en el corto plazo”, consideró el último informe del Banco Ciudad de Buenos Aires.

Para la entidad, la previsible desaceleración cíclica de los ingresos se conjugará con la inercia de algunas erogaciones, unas paritarias que se presentan complicadas y una quita de subsidios más lenta que lo esperado, según se explayó en su resumen económico la entidad porteña.

Trabajo, bien y a contrapelo

El mercado de trabajo, en sentido contrario, mantenía una evolución positiva hasta fines de 2011, los últimos datos disponibles. El Indec informó que el desempleo cayó al 6,8 por ciento en el cuarto trimestre del año pasado, una mejora derivada del crecimiento del trabajo en los sectores público (5,5 por ciento) y privado (4,8 por ciento). Sin embargo, para el porteño Banco Ciudad existen algunas dudas de cara a 2012. La entidad diagnosticó que incluso manteniéndose la elevada elasticidad empleo-producto del cuarto trimestre del año pasado (0,4), la desaceleración económica daría lugar a una creación de empleos que “apenas compensaría el crecimiento vegetativo de la población, de manera que la tasa de desocupación ya estaría cerca de encontrar un piso”.

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