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El libro de pases está abierto

Por David Narciso.


nota-narciso-dentroSergio Massa fichó seis senadores de la provincia y dicen que pronto se sumarán otros tres. Mauricio Macri acusó recibo y puso en agenda a Santa Fe y a Rosario en particular. Los dos están a la pesca en la misma pecera. El justicialismo santafesino, hoy una constelación de grupos peronistas, empezó otra vez de cero a juntar cabezas, con llamados a una unidad que por ahora marcha contracorriente del escenario de batalla descarnada que se perfila a nivel país. En la vereda de enfrente el inminente lanzamiento del frente FAP-Unen obró pequeños milagros, como que por primera vez en mucho tiempo todos los miembros del Frente Progresista votaran unidos el aumento tarifario del transporte.

Armando Traferri (San Lorenzo), Eduardo Rosconi (Caseros), Hugo Puchetta (Vera), Joaquín Gramajo (9 de Julio), Rubén Pirola (Las Colonias) y Danilo Capitani (San Jerónimo) se sumaron al espacio en construcción de Sergio Massa. En realidad ellos hablan con Carlos Reutemann, a quien reconocen como su jefe político y postulan como candidato a vice del ex intendente de Tigre.

Además se dice que las charlas están avanzadas “para sumar a otros tres senadores”, nombres que por ahora no se publicitan. En realidad, a excepción de los kirchneristas militantes, el resto está barriendo el espectro electoral en busca de un lugar bajo el sol. Y para ellos las opciones pasan por Massa o Scioli. Es tan cambiante el panorama, hay tantas variables abiertas, que nada es definitivo. De hecho, algunos de esos senadores que ahora fichan para el de Tigre, hace ocho meses eran la vanguardia sciolista en Santa Fe.

Hasta ahora Massa se referenciaba en Santa Fe sólo con el diputado nacional Oscar “Cachi” Martínez, quien dio el salto en mitad del proceso electoral de 2013 pocos días después de que el de Tigre ganara con holgura las primarias legislativas en provincia de Buenos Aires.

Massa salió a pescar peronistas por todo el país después de ese triunfo que lo posicionó como presidenciable y obligó al gobierno nacional a operar cambios abruptos en la relación con el justicialismo y con los gobiernos de provincias y de las ciudades más importantes del país. Ya no más la indiferencia y los desaires, al menos no de forma explícita. Un cambio de clima que alivia a las administraciones de Antonio Bonfatti y Mónica Fein.

Macri cuida su rebaño

La visita de Mauricio Macri a Rosario el viernes respondió a la misma lógica de llenar el barco con peronistas y radicales sin horizonte en sus propios partidos, quienes tienen automáticamente el pase en blanco a su disposición. A diferencia de Capital Federal o provincia de Buenos Aires, los radicales están más contenidos por su participación en el gobernante Frente Progresista, que obra como barrera de contención para un partido con tendencia a la dispersión.

Hace más de un año Macri mandó montar en el centro de Rosario la Casa de la Ciudad Autónoma. Es una especie de vidriera política permanente en una ciudad que le viene dando alegrías elección tras elección hasta ubicarlo como segunda fuerza en el Concejo Municipal.

Cabe destacar que el reclutamiento que Massa intenta hacer en esta provincia, el PRO lo inició hace 4 años, y no le fue mal en el contexto de un peronismo fuera del gobierno, sin liderazgo excluyente y disperso.

De ahí que la visita de Macri, el viernes, incluida la foto con la señora que le escribió en Facebook, es probable que tenga el propósito de cuidar la quintita y vigilar que no se la camine el massismo, que en definitiva es un peronista que se arropó con el discurso de la centroderecha del PRO.

Es decir, el PRO se expandió en Rosario más por lo que representa ideológica y simbólicamente que porque Macri en persona haya caminado la ciudad y la provincia.

Massa pareciera tener definido que irá a las elecciones por afuera del PJ. Al menos eso es lo que quieren los patrocinadores de su candidatura. Pero para tomar esa decisión falta mucho. Hay que ver qué camino tomará el kirchnerismo y qué estrategia se da para transitar el camino hacia el primer gobierno en once años sin un Kirchner como presidente. Además, falta conocer si en el segundo semestre de este año no aparece el proyecto de reforma a la ley electoral que define que el candidato a vicepresidente necesariamente debe salir de los precandidatos que compitieron en la elección primaria.

Se une el frente

El 22 de abril conocerá la luz el frente FAP-Unen, la herramienta electoral con la que socialistas, radicales, cívicos y otras fuerzas irán a los comicios de 2015. La premura en ponerlo a rodar indica que todos los armados electorales en cada provincia y ciudad, más allá de las distintas realidades, tendrán esa línea de construcción como guía rectora.

Santa Fe es el antecedente más sólido que esta coalición tiene para mostrar. El Frente Progresista no es un lecho de rosas, pero resultó efectivo para llegar al gobierno primero y gestionar ya por 6 años la provincia y 25 la ciudad.

Las espinas más puntiagudas le tocó pisarlas a la intendenta Mónica Fein en los últimos tiempos. Tuvieron que pasar más de dos años de gestión para que por primera vez un tema controvertido propuesto por el Ejecutivo, de esos en los que todos aprovechan para hacerse cinco minutos de fama y marcar diferencias, en este caso el aumento del boleto, encontrara a todas las partes del Frente Progresista votando juntas y, más aún, sacando adelante el medio boleto para estudiantes terciarios y universitarios.

El equilibrio alcanzado el jueves pasado requerirá un esfuerzo extra de los socios para sostenerlo en el tiempo, porque es evidente que en el seno del Frente conviven proyectos personales o sectoriales distintos. Lo que no parece muy sano es que esos proyectos pretendan construirse a costa de erosionar la construcción del conjunto. Si todas las partes acuerdan en ese punto es probable que el Frente pueda fortalecerse en el último tramo de la gestión Fein.

La aprobación del medio boleto estudiantil refrenda el mensaje permanente que el Palacio de los Leones lanza hacia el Concejo Municipal. Quien quiera hacer aportes tiene protagonismo garantizado. En este caso fue el turno del bloque radical, hasta el jueves habituado a diferenciarse por la negativa. Boasso sumó minutos de fama, y Schmuck y Chale pusieron un ladrillo invaluable en el camino de un objetivo que su sector tiene para el año próximo: colocar al decano de la Facultad de Ciencias Políticas, Franco Bartolachi, al frente del Rectorado de la UNR en reemplazo de Darío Maiorana, otro radical que ya puso el ojo en la Cámara de Diputados de la Nación. Al menos eso le dijo a Julio Cobos.

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