Ciudad

Justo a tiempo

El hospital Eva Perón atendió a un ómnibus de chicos intoxicados

Se trata de niños y adolescentes de una comunidad wichi, en viaje desde Santa Cruz al Chaco. Sospechan del agua bebida.


Gran parte de un contingente compuesto por más de 30 chicos chaqueños pertenecientes a una comunidad wichi y organizado por la Fundación Valdocco –una organización que se inspira en la obra de Don Bosco, maestro y educador italiano fundador de la orden salesiana– tuvieron que ser atendidos en tránsito este jueves en el hospital Eva Perón de Granadero Baigorria al presentar un cuadro de intoxicación moderada, originado en haber ingerido algún alimento o líquido –el origen todavía no había podido ser precisado pero habría ocurrido en Venado Tuerto– en mal estado. En un principio tuvieron que ser revisados en el mismo micro en que están viajando desde Santa Cruz rumbo al Impenetrable chaqueño, ya que los médicos no sabían si se trataba de una patología contagiosa o no. Y pese a las altas temperaturas, el colectivo no tenía aire acondicionado, por lo que incluso se llegó a suponer una patología más grave.  Así las cosas, el centro de salud tuvo que poner en marcha un plan especial de contingencia.

El director del hospital, Eduardo Codino, explicó que probablemente el cuadro se debía a un origen alimentario. “El tema es que llegaron a las siete de la tarde a la guardia del hospital, el colectivo entero. Los chicos, con cuadro de gastroenterocolitis leve, nada grave, pero son adolescentes de entre 15 y 20 años, por lo que se tuvo que activar todo un sistema de emergencia epidemiológica, infectológica y clínica porque no hay capacidad”, señaló.

“El hospital está lleno de pacientes internados y por eso se activó un plan de contingencia. Por suerte, a las 12 de la noche estaban todos los chicos haciendo reposo. Activamos también el hospital de día, que no es un espacio de internación prolongada. Quedaron internados por precaución: si bien se determinó que no era un cuadro complicado, los chicos necesitaban reposo más que nada, y también hidratación y empezar con un plan de alimentación especial”, agregó el funcionario.

El médico razonó que al no tener aire acondicionado el micro, pudo haber empeorado las cosas. “Entonces por ahí si comen un sándwich, algo que tenga mayonesa, puede estar contaminado porque pierde la cadena de frío y ahí se produce este tipo de patologías, que por lo general es salmonella o alguna otra bacteria. Por suerte no son tan contagiosas como algo viral”, subrayó.

Los chicos pertenecen a un hogar de la fundación religiosa y viajaban con tres personas en calidad de responsables. “El tema fue que algunos de estos chicos no hablan castellano y se manejan con su idioma propio. Entonces tuvimos que armar grupos, de forma que les entendiéramos, para que ellos pudieran estar mejor contenidos. Los más grandes tuvieron también los mismos síntomas, pero al ser mayores la pasaron un poquito mejor. Están fuera de peligro, no hubo ningún deshidratado grave, pese a que con los vómitos y las diarreas el cuerpo puede perder mucho líquido. Y más con este clima que está haciendo”, explicó el médico.

“La verdad es que fue difícil porque tuvimos que atenderlos dentro del colectivo porque no sabíamos si era viral y para no contagiar a toda la guardia, pero por suerte salió todo bien. Quiero agradecer al padre Gabriel quien nos prestó una casa acá, en Granadero Baigorria, ya que algunos chicos quedaron alojados ahí”, siguió Codino.

Según contó Rodolfo Viera, uno de los responsables de la institución que viajaba junto a los chicos, hicieron una parada en una estación de servicio cerca de Venado Tuerto y allí bebieron agua y comieron. Alguna de las dos cosas –una de las sospechas era sobre presas de pollo cocido que traían en el propio colectivo– se presume, fue la causa del cuadro que afectó al contingente.

“Cerca de Venado Tuerto, algunos empezaron a sentirse mal. Íbamos hacia Rosario y muchos dijeron que tenían ganas de vomitar. Lo que estimamos es que los chicos sufrieron la intoxicación por el agua que tomaron en su parada”, concluyó el miembro de la organización.

De la Patagonia al norte

La Fundación Valdocco inició su trabajo en Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz, y luego fue ampliándose a otros lugares del país. El nombre es un homenaje al barrio de Turín donde Don Bosco comenzó y desarrolló su obra comunitaria.

En 2008, la fundación abrió sus puertas en  el Impenetrable chaqueño, cercano a Comandancia Frías. Allí realizan numerosas actividades que involucran a las comunidades de criollos y de la etnia wichi, con la intención de mejorar la calidad social, educativa y ambiental de la región, ante un contexto adverso y con severas problemáticas, a nivel de trabajo, posesión de la tierra, condiciones de vida, salud y educación.

Comentarios