Rompiendo la oferta deportiva tradicional de los barrios, que además del fútbol se centra en el básquet y el vóley –y acaso natación en los clubes que tienen pileta, que no son los más– en bulevar Seguí al 5000, en la zona oeste de la ciudad, unos 80 chicos de entre 7 y 17 años juegan al hockey. Las prácticas se hacen en el Polideportivo Deliot, un complejo montado sobre lo que antiguamente fue un casco de estancia con caballerizas –ver aparte–. Desde hace unos tres años decenas de familias vienen apoyando con esfuerzo cada práctica y alentando a sus hijos en cada partido como si fuera la final de una copa mundial de fútbol. Por su parte, el municipio abasteció al polideportivo con palos, pecheras, bolas y algunos otros elementos, pero no alcanza para tantos equipos: por ello padres y profesores unieron fuerzas y salieron a buscar donaciones para sus leonas y leones.
“Mis hijas hace varios meses que practican hockey en el Deliot y notamos entre muchos padres que al practicar un deporte, al estar ocupados dos tardes a la semana y tener la responsabilidad de cuidarse para poder dar lo mejor de sí en la cancha nos cambió la vida a muchos”, confió a El Ciudadano María José, una de las tantas madres que cada martes y jueves acompaña a sus hijas al playón municipal para verlas jugar. Y de la mano de su tercera hija, de 5 años, confiesa: “La chiquita también quiere entrar a jugar, ve tan entusiasmadas a sus hermanas que cada vez me es más difícil tenerla fuera de la cancha”.
Cada uno con su realidad familiar –no son pocos los que les cuesta llegar a fin de mes– tienen todos el común denominador de acompañar a sus hijos: se reúnen mientras ellos están en la cancha practicando para definir cuestiones que hacen a la mejora del equipo.
Corina Limia es una de las profesoras del complejo, y no se queda atrás con el festejo: “El enganche que tienen los chicos es admirable, si bien el hockey no era un deporte popular hace unos años, hoy cada uno se esfuerza por saber manejar el palo y rendir bien en la cancha. Afortunadamente hay equipos muy lindos”.
A su vez, aseguró que el municipio “hace un esfuerzo muy grande por mantener el lugar” y también para abastecer a los equipos “con los recursos típicos” de este deporte: “Como son elementos costosos y los chicos son muchos, el material no alcanza”, admite.
“Durante el verano se realizan charlas y otro tipo de actividades que tienen que ver más con la convivencia, con el compartir vivencias y demás, pero durante el invierno nos dedicamos exclusivamente al deporte, lo cual no quita todas sus consecuencias: el trabajo en equipo, el esfuerzo para obtener un buen resultado y la responsabilidad que debe trabajar cada chico”, explicó.
Por otra parte, la profesora recordó que con la modalidad de los chicos de “llevar a un amigo” a jugar al equipo, la práctica se fue multiplicando. “Una vez terminé teniendo a medio grado en un equipo, lo cual fue muy divertido porque los chicos llegaban y se iban enganchados con su grupo”.
Laura es otra de las mamás que acompaña a su hija a cada práctica y es una de las que encaró el proyecto de unir a los padres para buscar donaciones para el complejo. “En principio sería bueno contar con el compromiso de todos los papás que traen a sus hijos al Deliot, pero mientras tanto hemos consultado a algunas casas de artículos de deportes para que nos ayuden con lo que puedan pero no tuvimos respuestas”, lamentó.
“Es importante que los chicos tengan canilleras, los palos son pesados, ellos juegan con mucha fuerza y esas piernas tiene que estar protegidas”, recordó.
Con todo, por el momento se espera que niños y adolescentes de los demás complejos deportivos de la ciudad se reúnan en una actividad en común. Serán unos 500 jugadores de hockey en total y para el evento quienes practican en el polideportivo Deliot necesitan abastecerse de camisetas. “Con las pecheras de colores pueden entrenar, pero para un evento tan importante como este sería bueno que tengan una camiseta, pero no la podemos pagar”, admitió Laura.
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