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El fútbol en el horizonte de los sudafricanos

Por: Cecilia Guardati (Enviada especial de la agencia Télam a Sudáfrica)

Kumula intenta arreglar una pelota pinchada mientras sus amigos observan preocupados. Lleva un buen rato tratando de inflarla y, aunque dice que es un experto en este tipo de asuntos, aún no lo ha logrado.

A pocos metros, en la esquina, otro grupo de jóvenes mayores que ellos juegan un picadito en la calle. “Jugamos al fútbol siempre que podemos, cuando no estamos en la escuela estudiando”, dice Conroy de 13 años.

A pesar de que la selección de Sudáfrica no pasó de la etapa inicial en el Mundial de fútbol que se disputa en ese país ese deporte se juega con pasión en las calles de Soweto desde que el suburbio se convirtió en el mayor “gueto negro” durante el apartheid.

Allí se encuentra el histórico estadio de los Orlando Pirates (Piratas de Orlando), el equipo más popular de Sudáfrica, y también es territorio de su máximo rival, el Kaizer Chiefs de Johannesburgo.

Ambos equipos fueron los impulsores de la actual Liga Profesional de Fútbol del país, tras la caída del apartheid, época en la que la restricciones racionales los obligaban a jugar en la “liga negra”.

Por eso, desde pequeños, los niños que habitan este hervidero pasan horas intentando emular a sus ídolos y, en estos días del Mundial, a estrellas como Messi, Kaká y Ronaldo con mayor ilusión que nunca.

La única pelota que Kumula, Conroy, Yuyu y Temba tenían en buen estado cayó ayer arriba de unos árboles y se pinchó. El más pequeño de todos, Temba, de 9 años, ha sido el responsable, según relata Conroy, que parece el más travieso de todos.

Después de varios intentos, Kumula, de 14 años, consigue arreglar el balón, al menos por un rato. En sus pies, la pelota cobra vida. “Es el Ronaldinho de Soweto”, asegura Conroy riendo. El propio Kumula, fanático de la “Bafana Bafana”, apodo de la selección sudafricana, y admirador del Manchester United inglés, explica que de mayor quiere ser futbolista.

“Estuve en un programa de la Fifa pero ya terminó, ahora les estoy enseñando a jugar a ellos”, afirma, en referencia a sus amigos. “Además, juego para los Chiefs”, añade con una gran sonrisa.

Sus mayores admiradores parecen ser sus amigos Conroy, Yuyo y Temba, quienes, no obstante, mueren por ver jugar a Messi o a Kaká, algo que les resulta imposible hacer en vivo dado el valor prohibitivo para estos chicos de las entradas a los estadios en el torneo mundialista.

“Leo Messi es el mejor”, sostiene Yuyu, que juega de “10”, mientras Temba opta por toda la selección brasileña.

Sin embargo, aquí son también muy famosos los jugadores que presentó la selección sudafricana y, entre ellos, uno de los que tiene más seguidores es Steven Pienaar.

En los últimos meses, la “Bafana Bafana”, nombre que significa “Los chicos” en zulú, se ha convertido en una fuente de inspiración y esperanza para muchos sudafricanos y especialmente para los niños, que encuentran en el fútbol una vía de escape a otros problemas como pueden ser la droga y la delincuencia.

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