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Toronto 2015

El diamante de la natación

El santafesino Santiago Grassi, de apenas 18 años, habló con El Hincha tras su inolvidable actuación en Canadá


Si bien no era el más apuntado en la previa de los Juegos Panamericanos por la lógica consecuencia que significaba tener en el seleccionado de natación a Federico Grabich, referente por excelencia en la actualidad, el santafesino Santiago Grassi se ganó su muy merecido reconocimiento confirmando aquello que los especialistas en el tema vienen señalando desde hace ya un tiempo.

El joven de apenas 18 años es un diamante en bruto y el futuro de la natación argentina, con un muy buen presente.

Un par de días después de terminada su gesta en Toronto habló con El Hincha sobre las sensaciones vividas: “Todavía no caí. Creo que va a pasar cuando esté con Adrián (Tur, su inseparable entrenador) y empecemos a ver el balance de estos torneos y las cosas positivas que pasaron. Igualmente ya habrá tiempo para eso, porque ahora ya estoy pensando en lo que se viene que es el Mundial”.

En abril de este año ya había dado una muestra de lo que podía ser capaz al quebrar un récord argentino en los 100 metros mariposa en poder del legendario José Meolans. En el Troféu Maria Lenk de Brasil estableció un tiempo de 52s68 que le otorgaba la marca “B” para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 (a 0s32 de la “A”) y la marca “B” para el Mundial de Kazán (a 0s16 de la “A”).

Pero claro que su nivel de superación parece no detenerse y ese ya inolvidable 17 de julio resultó la confirmación de ello. Por la mañana en la clasificación ya logró romper su propio récord de los 100 mariposa con 52s34 obteniendo la marca “A” para

Río. Pero por la noche no dejó de sorprender y lo volvió a bajar para quedarse con la medalla de plata gracias a sus 52s09, sólo 0s05 detrás del estadounidense Giles Smith que logró el oro y un nuevo récord panamericano con un tiempo de 52s04.

“Fue la medalla de plata, pero para mí es como si hubiese sido de oro, y si hubiese sido la de bronce también significaba el oro. Porque cuando no la esperás es mucho mejor, y habiendo quedado a nada, 0s05 centésimas del primero creo que vale un oro. Además a todos los que nadamos nos gusta estar mejorando permanentemente las marcas personales que creo es lo mejor para seguir superándose, y haberlo hecho dos veces en el mismo día resultó increíble”, recuerda Santiago sobre aquella inolvidable jornada.

Y agrega: “Cuando terminó la carrera, no lo podía creer. El tiempo, el puesto, era todo soñado. Mejor que soñado. Y al verlo te dabas cuenta que era verdad y estaba viviendo un sueño”.

Grassi logró así la cuarta medalla de Argentina en esta especialidad en la historia de los Juegos Panamericanos después de la que conquistó José Meolans (plata en Santo Domingo 2003 y bronce en Winnipeg 1999) y Luis Nicolao (bronce en Winnipeg 1967). Ese sueño, esa felicidad le hubiese gustado compartir con los suyos en un momento muy particular e inolvidable:

“Cuando estaba en el podio, quería tener conmigo a toda la gente que siempre estuvo a mi lado para poder llegar a esto. Mi entrenador, mi familia, mis amigos, mi equipo de trabajo. Poder tenerlos ahí conmigo para darles un abrazo, hubiese sido lo máximo e ideal”.

Esta explosión del santafesino en Toronto es algo que llamó la atención por su juventud pero no por su talento. Desde chico se viene destacando logrando tener en su haber récords argentinos juveniles de los 50, 100 y 200 metros mariposa en pileta corta durante su participación en la Copa España Internacional que se disputó en Chile en septiembre del año pasado.

Un 2014 que lo encontró también siendo parte de los Juegos Olímpicos de la Juventud. Y hoy apenas un año después como figura del seleccionado nacional de mayores. “Hace un año cuando estaba en Nanjing ni me lo imagina. La verdad es que mi mente miraba hacia Tokio (sede de los Juegos Olímpicos 2020). Ni el Mundial lo pensaba, pero creo que esto es fruto del entrenamiento que venimos haciendo acá en el país”. Allí agrega y agradece: “Por suerte el Enard nos está ayudando mucho más que antes como para hacer giras, concentraciones y competir en diferentes torneos. Eso es una vidriera para que el resto se de cuenta que así es el camino para mejorar y demostrarle a entidades que no están muy apegadas al deporte que si ellos nos dan una mano aún mayor los resultados se pueden dar”.

Resultados que buscarán en las próximas semanas en el 16º Campeonato Mundial de la Fina (Federación Internacional de Natación) que se llevará a cabo desde el 24 de este mes al 9 de agosto y donde estarán viajando el próximo martes 28 para del 2 al 9 estar tomando parte de las pruebas de pileta. Allí Santiago participará junto a Federico Grabich, Martín Naidich, Andrea Berrino, Julia Sebastián y Virginia Bardach.

El santafesino, que hoy tiene el noveno mejor registro del año en los 100 mariposa, estará debutando el domingo 2 de agosto en los 50 mariposa. También lo hará el miércoles 5 en la posta 4×100 y el viernes 7 en los 100 mariposa.

De cara a ello, Grassi no quiere adelantarse y prefiere ir carrera a carrera. “Soñar con un podio en Kazán sería saltear varios escalones. Creo hay que ir por etapas, buscando clasificaciones.

Hay eliminatorias, semifinales y finales; y hay varias centésimas por pulir como para llegar a ese escalón de un podio; pero en el fondo uno siempre lo busca y sueña. Pero siendo consciente y apuntando a objetivos más reales para que sea más claro el progreso”.

El tiempo para el esparcimiento y relajación no es mucho. El próximo desafío está a la vuelta de la esquina. Con el Panamericano transcurrido el final de la charla remite nuevamente al Acuático y Complejo

Deportivo Panamericano/ Parapanamericano CIBC. “Más allá de lo personal el crecimiento que tuvimos como seleccionado fue muy grande. Si bien fue mi primer torneo como mayor, me sentí muy bien en el grupo y como si estuviese hace mucho tiempo con los chicos.

Eso fue clave ya que en la pileta, Argentina se hizo notar y como grupo estuvimos siempre el uno junto al otro. Cuando nadaba uno, nadábamos todos.

Estábamos alentando y apoyando al que estaba en la pileta y eso fue muy importante”, recuerda y resalta sobre la reciente experiencia.

Algo que además le permitió cristalizar el sueño de todo deportista de clasificar a un Juego Olímpico. “Es un sueño hecho realidad pero todavía no lo pienso.

Falta tiempo, hay muchos torneos en el medio, mucho por entrenar, mucha preparación”, dice al respecto. Y es lógico. Ahora es tiempo de disfrutar, pensar en Kazán y seguir creciendo porque si bien ya es una realidad que provocó uno de los acontecimientos más resonantes de los Panamericanos, no deja de tener apenas 18 años y seguir siendo el diamante en bruto de la natación argentina que sueña y aspira a dar muchas más alegrías más para su país.

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