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Parorama Político

El Día de la Bandera según pasan los años

Los actos oficiales por el Día de la Bandera históricamente resultaron un reflejo de lo que ocurre en el país.


Los actos oficiales por el Día de la Bandera históricamente resultaron un reflejo de lo que ocurre en el país. El del viernes pasado no fue la excepción, porque en esta oportunidad coincidió con el revés judicial que sufrió el país en la Justicia de Estados Unidos en el pleito con los fondos buitre. Desde Rosario, al pie del Monumento, en las mismas barrancas que Belgrano enarboló la bandera celeste y blanca, la presidenta dio la señal que el mundo esperaba de su gobierno sobre los pasos a seguir con respecto a la pequeña porción de deuda que no pudo ser reestructurada.

Sensatez más que sentimientos

Además, como cada año, este 20 de Junio sirvió para tomarle el pulso a la política local y a las relaciones de ésta con el poder central.

En ese sentido, el acto tuvo sus condimentos. En primer lugar se revalidó el pacto de no agresión entre las administraciones kirchnerista y socialistas. Y en segundo lugar se hizo ostentación explícita del buen momento que atraviesan las relaciones. Cada uno sigue siendo cada cual, pero las cosas parecen estar en un lugar sensato: cooperación y diálogo de gestión se sobreponen a las diferencias.

El pasado reciente

No siempre fue así. Si revisamos para atrás, es conveniente viajar en el recuerdo al acto por el Día de la Bandera de 2011, cuando en el contexto de un año electoral se encontraron en el palco Cristina Fernández, que iba por la reelección, y Hermes Binner, que debutaba como candidato presidencial, resultando un “inédito 20 de Junio”.

Ese fue el título de tapa que usó este diario en la edición del día siguiente, cuyo facsímil ilustra este Panorama Político. La foto principal era el primer plano de una joven militante kirchnerista, una de miles que se habían movilizado ese día para vivar a la presidenta y abuchear al gobernador.

En esa tapa se daba cuenta que “Cristina fue única oradora; al intendente (Lifschitz) lo bajó Protocolo; y el gobernador desistió” (de dar su discurso). Para algunos la decisión de Binner, con el argumento de que el clima era de hostilidad manifiesta, fue una sobreactuación.

Sea como fuere, esa tapa destacó un hecho que, en especial adherentes kirchneristas, sostenían que era “menor”, “una anécdota”, “folclore político”. Se quiso ver en ella intencionalidad política, afinidades con los candidatos del oficialismo santafesino, “gorilismo” y tantas otras especulaciones y acusaciones muy propias del momento pero que aún persisten en algunos casos.

Sin embargo, a cualquiera que se le pida rememorar aquel 20 de Junio de 2011 lo recordará por los hechos destacados en aquella tapa. El clima, la cantidad de gente que concurrió, los espectáculos musicales fueron anécdotas. Lo otro no.

El año de la seguridad

Esa perspectiva histórica de los acontecimientos políticos permite valorar mejor los gestos y las señales del acto de este año, que fue lo opuesto a lo ocurrido en 2011. En esta ocasión, por ejemplo, quedó cuidadosamente reflejado el afinado trabajo de cooperación que entre Nación y las autoridades de Rosario y Santa Fe mantienen en materia de seguridad pública desde abril pasado.

En sus discursos el gobernador y la intendenta agradecieron explícitamente a la presidenta el despliegue de gendarmes, prefectos y policías en la ciudad.

También fue evidente que la Secretaría General de la Presidencia puso especial empeño en que la presidenta capitalizara la decisión de enviar las fuerzas federales a Rosario, lo que explica que se le entregasen reconocimientos a altos oficiales de las fuerzas de seguridad por la labor que llevan adelante. Esos diplomas pueden no ser más que un pedazo de papel, pero el lugar y el momentos elegidos, sumado a la presencia en la mesa principal de la ministra de Seguridad Cecilia Rodríguez, resultaron un hecho político relevante.

El gobernador también extendió un reconocimiento a la Policía provincial. No podía no hacerlo, como gobernador tiene que seguir trabajando con esa fuerza y está comprometido a respaldar a los hombres que eligió para conducirla y para implementar las reformas que lleva adelante el ministro de Seguridad Raúl Lamberto.

Santa Fe libre de buitres

Es cierto que los socialistas –como alegan en su defensa para diferenciarse del menemismo primero y del kirchnerismo luego– siempre “cuidan” a los presidentes que aceptan la invitación de rigor para el Día de la Bandera, pero no es menos verdad que ninguno antes se había ido del Monumento con los reconocimientos y gestos que cosechó ayer Cristina.

Y no sólo por el auxilio recibido de las fuerzas de seguridad, sino porque en sus respectivos discursos Bonfatti y Fein llamaron a “la unidad nacional” en momentos en que el Ejecutivo debe enfrentar la crucial negociación que se viene tras el pleito con los fondos buitre.

El gobernador y la intendenta conversaron el día anterior y acordaron sentar posición sobre el tema, ya que era evidente que medio planeta estaría pendiente de lo que la presidenta dijera. Fein recordó que “la especulación financiera no tiene banderas” y llamó a encolumnarse con los colores celeste y blanco como metáfora para cerrar filas.

2014 los encontró amigados

En síntesis, este 20 de Junio fue la antítesis de aquel de 2011. Hoy funcionarios provinciales y municipales hablan diariamente con la Casa Rosada; hay avances en materia de vivienda con fondos nacionales; el tren a Buenos Aires está en construcción; el ministro Randazzo volverá a la ciudad el 5 de julio para inaugurar otro Centro de Documentación Rápida en Rosario Norte, lo que implicó la decisión de liberar espacio por parte de la Secretaría de Cultura; la ministra de Seguridad Cecilia Rodríguez se quedó después del acto en Rosario e invitó a la intendenta a cenar; la coordinación de la seguridad pública exige diálogo y cooperación día a día; y así podrían darse cantidad de ejemplos, más o menos relevantes, que reflejan un estado de cosas que eran inimaginables en 2011.

Vidriera para todos

Tampoco el kirchnerismo de hoy es el mismo de entonces. En aquel momento se encaminaba a una victoria histórica y un único camino conducía hacia el futuro.
El de hoy es un kirchnerismo en debate y en disputa, que se prepara para enfrentar la primera elección presidencial en 12 años sin Néstor o Cristina como candidatos.

La presidenta deja jugar a todos los que manifiestan intención de heredar. En esta oportunidad le reservó un lugar protagónico al local Agustín Rossi, que además de sentarse en la mesa principal amarró dos buques al muelle del parque a la Bandera y montó una suerte de show room del Ejército. Randazzo, ya se dijo más arriba, hace juego con el tren y los DNI y pasaportes exprés en un país donde hasta hace poco documentarse era un parto; el entrerriano Sergio Urribarri y el salteño Juan Manuel Urtubey tuvieron espacio en el escenario y pantallazos para la cadena nacional. El acto de este 20 de Junio resultó ilustrativo también en ese aspecto.

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