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Reflexiones

Movimientos en Sudamérica

La región evitó esta semana un cambio brusco: la salida de Juan Manuel Santos de la presidencia de Colombia.


Sudamérica evitó esta semana un cambio que hubiera sido más que brusco: la salida de Juan Manuel Santos de la Presidencia colombiana y el regreso a los máximos niveles de un duro en materia de seguridad como Álvaro Uribe; sin embargo, en materia comercial y económica, la región registra permanentes movimientos.

El “mapa político” sudamericano podría haber variado con una derrota electoral de Santos que finalmente no llegó.

Así, la reelección del mandatario colombiano implica mantener el proceso de paz iniciado con las FARC, así como niveles menores de tensión entre la tierra de Gabriel García Márquez y sus vecinos: Venezuela, Ecuador y Brasil.

Fue justamente al gigante sudamericano adonde viajó Santos esta semana con la excusa del Mundial de Fútbol, pero también para mantener un encuentro con Dilma Rousseff.

Ante la cumbre, la revista Veja publicó una nota en la que indicó que “Dilma y Santos estudian aproximar a la Alianza del Pacífico con el Mercosur”.

El bloque que conforman Colombia, México, Chile y Perú genera desconfianza a algunos de los gobiernos sudamericanos: desde el principio se percibe allí una decisiva influencia de los Estados Unidos y una política comercial más “librecambista” que protectora de las actividades productivas nacionales.

Santos pareció tener clara esa situación cuando declaró a su llegada a Brasilia que la Alianza “no es contra nadie” y apostó a que “una sinergia con el Mercosur sería bienvenida”.

El reelecto mandatario colombiano afirmó que ambos bloques “son complementarios” y evaluó que un acuerdo entre los países que miran al Pacífico y aquellos que miran al Atlántico “haría a todos más fuertes”.

Este viernes comenzó una nueva cumbre de la Alianza del Pacífico, con la presencia de Santos, Michelle Bachelet, Ollanta Humala y Enrique Peña Nieto, quien pasa a encabezar el bloque regional.

Durante la apertura, los cuatro mandatarios se comprometieron a priorizar los trabajos con los 32 países observadores para que puedan incorporarse a la Alianza.

Peña Nieto aseguró que el joven bloque fundado en 2012 “no está cerrado” a la incorporación de nuevos socios y se mostró confiado en que todo va “viento en popa” entre los cuatro miembros principales.

¿Podrán los países de la Alianza del Pacífico lograr acuerdos duraderos con el Mercosur? ¿Pesarán aquí el resultado de las elecciones de Brasil y Uruguay, de este año, y la de Argentina, del próximo para definir los tipos de lazos que puedan vincular a ambos bloques? ¿Estados Unidos optará por mantenerse al margen o por intentar influir a través de alguno de estos agrupamientos en torno al futuro económico sudamericano?

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