Edición Impresa

El destino de Ghirardi y el de la gente

Por: Carlos Duclos

Desasosiego, ansiedad, nerviosismo, temor y desde indignación se mezclan en el sentimiento del ciudadano argentino. ¿La causa? Delito. La ola de robos, heridos y muertes turba hasta el enojo al ser nacional. La provincia de Buenos Aires, el cordón bonaerense es arquetipo del marco delictivo. Sin embargo, algunas provincias argentinas, como Córdoba, Mendoza y Santa Fe, están muy prontas a convertirse en ese infierno que padecen los porteños.

Las noticias de las últimas horas dieron a conocer un hecho grave sucedido en la ciudad de Santa Fe: un menor de 15 años, armado con un arma de guerra, una pistola calibre 9 milímetros, mató de un certero balazo a un policía mientras intentaba robarle la moto. El agente, oficial principal César Flores regresaba a su domicilio, luego de finalizar su turno en su ciclomotor. El menor, que ya tenía antecedentes por robos, pero como corresponde al sistema penal argentino, impulsor de la impunidad, estaba libre.

Así comenzó, hace poco más de tres años, la situación que a poco tiempo se convertiría en un infierno en Buenos Aires, con el asesinato de un policía. Cuando los delincuentes observaron que también un policía, es decir la figura que representa el combate a la delincuencia, puede ser eliminado sin consecuencias, todo empeoró hasta convertirse en el aquelarre que es hoy.

Apenas asumido el nuevo gobierno provincial, quien esto escribe señaló que el destino de Hermes Binner, y de quienes acompañan su gestión, estaría determinado por la política que desempeñara en materia de seguridad. También se expresó en esos momentos que el ex ministro de Seguridad, Daniel Cuenca, no parecía reunir las condiciones necesarias como para afrontar la tarea que la nueva cartera demandaba. Un catedrático talentoso, al poco tiempo demostró su falta de experiencia. Sin embargo, los “hechos pisados” en los cajones de ciertas reparticiones policiales; la escasa disposición de algunos funcionarios de la justicia para mostrar los partes y permitir que se reflejara la realidad, sumado a la suerte, relativizó la realidad. ¿Pero hasta cuándo?

¿Hasta cuándo podrá Santa Fe no estallar como otras provincias en materia de asaltos y muertos? Hoy asume como secretario de Seguridad el ex secretario de Gobierno de la Municipalidad, Horacio Ghirardi. Lo cierto es que el nuevo funcionario carece de antecedentes en materia de conducción de fuerzas de seguridad. Apenas tuvo a su cargo la Guardia Urbana Municipal, cuerpo que lejos está de colaborar en la lucha contra la delincuencia y se ha destacado por ser una simple estructura labradora de actas de infracción. Tampoco el flamante ministro designado, Gaviola, tiene experiencia en tema tan delicado. Los expertos coinciden en que conducir a una fuerza policial no es tarea simple. Tampoco lo es combatir la delincuencia sin el despojo de los moldes ideológicos. En ese marco, la tarea para Ghirardi será ardua y como dijo un dirigente político del Frente Progresista: “le espera el oro o el papelón”. El asunto es que el responsable en, última instancia, será el gobernador Binner y los ministros que lo acompañan. Ellos pagarán los costos si la nueva conducción del Ministerio de Seguridad fracasa.

Claro, hay un pequeño detalle: el destino de la nueva cúpula del Ministerio de Seguridad no sólo determinará el de Binner, sino el de una sociedad harta de tanto delito.

Comentarios