La intendenta Mónica Fein y el secretario de Salud Pública, Leonardo Caruana, recorrieron ayer el Hospital Carrasco donde se están renovando las instalaciones de la conexión para que se pueda restablecer el suministro de gas natural. El flujo está cortado desde la primavera del año pasado, cuando una inspección de Litoral Gas determinó que la instalación era vetusta y cerró la llave. Desde entonces, el personal del efector se las arregló como pudo, aunque se instalaron calefactores con garrafa y estufas eléctricas.
La onerosa obra comenzó en mayo pasado y ahora está entrando en su etapa final. El corte, que se decidió tras detectarse una pérdida en un antiguo caño subterráneo localizado en el sector del ingreso vehicular y se ejecutó el pasado 8 de octubre.
La Dirección de Arquitectura de Salud Pública fue la encargada del proyecto para el cambio de la red exterior, que fue posteriormente aprobado por la empresa de servicios. En adición, el Concejo Municipal autorizó la realización de una contratación directa para la ejecución de las tareas.
“El hospital Carrasco es uno de los efectores históricos de la ciudad, con 119 años, por lo que fue necesario el recambio total de las instalaciones”, aclaró la intendenta Fein durante la recorrida. Y resaltó, en ese marco, el valor del nuevo proyecto que se está ejecutando: ahora la conexión se hizo con una división por sectores, cada una con llaves de corte; de modo tal que si ocurre un problema no será necesario dejar sin gas a todo el Carrasco.
El diagrama admitido por Litoral Gas es estratégico para una edificación con la extensión que tiene el Carrasco y con la función que cumple.
El hospital lleva ya 10 meses sin el fluido, tras la aplicación a rajatablas de los protocolos como consecuencia de la catástrofe de Salta 2141 de la que se cumplirán tres años el próximo 6 de agosto. Todavía son cerca de un centenar los edificios en la ciudad que tienen interrumpido el servicio, algunos desde hace más de dos años, y siguen sumándose nuevos.
Caso Urquiza 1949: “si hay olor la gente debe llamar”
Dos días atrás quedaron sin suministro los 144 departamentos de la torre de 22 pisos de Urquiza 1949, tras una denuncia por posible pérdida, que la inspección determinó que correspondía a la instalación de una construcción lindera. Este diario publicó en su edición de ayer la situación, que repercutió, además, en un conflicto vecinal: propietarios e inquilinos descargaron furia contra quien dio cuenta de la situación, una mujer que vive en el lugar. Y en ese marco Litoral Gas salió a poner paños fríos: “Le pedimos a la gente que si siente olor a gas no duden en llamarnos”, dijeron desde la concesionaria. Además, el gerente de Relaciones Institucionales de la distribuidora, José María González, calificó como “de suma gravedad” la posibilidad de que usuarios desistan de hacer denuncias por posibles cortes generales del servicio y, peor aún, por temor a represalias de sus vecinos. “Somos contradictorios, a una persona que siente olor a gas y hace la denuncia lo quieren agarrar a palazos”, advirtió el directivo ante una consulta del portal local Rosario3.com.
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