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El armado territorial de Binner

Por Luis Novaresio, especial para El Ciudadano.


“Una cosa era con Néstor. Otra bien distinta es con Cristina”. Hermes Binner suele usar muy en privado esta comparación cuando los más íntimos le preguntan sobre la actual situación de tensión que existe entre las provincias y el gobierno nacional. En público prefiere insistir con un repetido discurso de defensa del federalismo, argumentando que desde Buenos Aires se conculcan todos los derechos que corresponden a los Estados provinciales. Esto, sin dudas, es cierto. Cuando Raúl Alfonsín asumió la presidencia, el 51 por ciento de todo lo que se recaudaba en el país quedaba en el gobierno central y el 49 por ciento volvía a las provincias. Hoy, gracias a las permanentes agachadas de los diputados y senadores nacionales, que se congraciaron con todos los que ocuparon el sillón de Rivadavia votando detracciones a sus lugares de origen y apoyando cuanta ley de superpoderes les pusieron a cambio de vaya a saberse qué, sólo la cuarta parta de los impuestos que pagamos todos los argentinos vuelve al interior. Más de 7 de cada 10 pesos son fagocitados por la “caja rosada”, que es capaz de hacer arrodillar y mendigar a un gobernador como el de Buenos Aires, que vivió por estos días en carne propia el haber sacado tímidamente un pie del plato y no poder pagar los aguinaldos.

Hermes Binner cree que Cristina Kirchner no va a dar marcha atrás con sus embestidas políticas. “No puede recular. Esto es como en la ópera. Cuando una soprano canta un aria con un sobreagudo las que la siguen tienen que redoblar la apuesta”, dice a los suyos el ex gobernador de Santa Fe, que mientras ocupó despachos públicos acostumbró a sus colaboradores a escuchar música clásica por la mañana. No habla con la presidenta desde hace mucho tiempo a no ser algún cruce protocolar sin relevancia. De sus encuentros con la mandataria recuerda la memoria privilegiada de la mujer y una especie de doble discurso para responder a los problemas que se le plantean. “Cuando estás con ella le ordena imperativamente a sus ministros ocuparse de lo que le planteás. A la hora de la negociación concreta con sus secretarios, ellos están con las manos vacías. Mucha sonrisa, pero…”, supo graficarle Binner a su sucesor.

“Todavía hay viento de cola”, les dijo esta semana a sus legisladores el presidente del socialismo, quien será la cabeza de lista de diputados del Frente Amplio para el año que viene. “La soja ayuda pero ellos mismos saben que hoy el 54 por ciento de octubre es un recuerdo”, concluyó, exhibiendo una encuesta propia que la ubica a Cristina apenas por encima del 40 por ciento de los votos y a él mismo en un 15 por ciento. “Además se les termina la plata de los jubilados de la Ansés, lo que no es poca cosa”, explicó Binner.

Alianzas en puerta

“Los radicales se tienen que decidir: Macri o nosotros”. El que se define es uno de los adláteres de Binner que usa expresiones tajantes tan poco frecuentes en su jefe. El ex gobernador arma su propuesta para 2015. Las elecciones legislativas del año próximo son un mero paso para aspirar a la presidencia. Ya lleva recorrido todo el país, con excepción de Cuyo, donde espera llegar el próximo 4 de agosto. En sus visitas al interior conversa con muchos dirigentes de todos los sectores. Pero especialmente con diputados y senadores radicales desencantados con su propio partido. “Dos ex gobernadores del norte le dijeron que quieren trabajar con él”, admite el mismo secretario. ¿Y Ricardo Alfonsín? “Se deben un café, pero el hombre anda tratando de pasar la ambulancia por la provincia de Buenos Aires con una interna que todavía no tiene final cierto”, se ríe con cierto disfrute este colaborador. La relación de Binner con lo que queda de la Coalición Cívica es muy fluida. Apartada (para siempre, creen los socialistas) Elisa Carrió, María Eugenia Estenssoro no oculta sus coincidencias públicas con el FAP. Y Adrián Pérez, antes de viajar a Estados Unidos con una beca Fullbright para perfeccionar el idioma y su conocimiento en administración pública, dejó trascender que el Frente será su nueva casa.

“Si hasta habla con los peronistas que no son K”, se alegra una diputada que suele acompañar a Binner en sus recorridas territoriales. Eduardo Amadeo, Graciela Camaño y otros ex PJ Federal fueron sus interlocutores. El aliado más difícil para sumar es Fernando Solanas. “A Pino lo admiro mucho. Es una persona incomparable por lo que sabe y ha hecho. Pero a la hora de decidir estrategias, especialmente cargos, no fue muy generoso”, confesó el ex gobernador de Santa Fe a un amigo.

Mueve la reina

A pesar de los esfuerzos de quien quedó segundo en la pasada elección presidencial, el amperímetro político no se mueve aún con las idas y venidas de la gente del Frente Amplio Progresista. La única que marca el sendero de lo que sucede en la política es Cristina Fernández de Kirchner. Ella y sólo ella. No sería justo hablar del gobierno como actor público porque hoy por hoy ni los ministros bendecidos por la presidenta tienen margen propio de acción. Florencio Randazzo, aumentado en sus atribuciones en desmedro del otrora poderoso Julio Miguel De Vido, parece ser el hombre “mimado” del momento, arropado por la consideración presidencial. Sin embargo, cuentan los que lo circundan, no puede dar ni un solo paso público antes de que suene el OK desde el teléfono de la Rosada u Olivos.

El peronismo disidente navega entre la obviedad y la ausencia. ¿Alguien sabe qué proyectos alternativos impulsan los que hasta pudieron ganarle en las urnas al propio Néstor Kirchner? Los radicales volvieron a su mayor pasión: las internas. Y exhiben como novedad la vuelta al ruedo de Julio Cleto Cobos.

Por eso, y con una estrella propia ajena a su voluntad que le admiran los suyos y los adversarios, Hermes Binner puede volver al centro de la escena de los próximos meses cuando empiece su campaña para diputado nacional con miras a 2015. Un viejo militante del PJ nacional se sonríe al coincidir con este razonamiento, y agrega: “Binner es parecido a Scioli. Tienen un revestimiento de acero inoxidable al que no se les pegan ni las deudas fabulosas que dejaron en sus provincias ni las preguntas que todos les hacemos y ellos, de manera muy parecida y con adjetivos monocordes, no contestan jamás”.

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