Un joven de 21 años fue hallado asesinado de un tiro en la frente en las escaleras de un monoblock de barrio Moderno, en la zona sudoeste. La víctima, conocida por el seudónimo de Piraña, tenía domicilio en Empalme Graneros, barriada ubicada varios kilómetros al norte de donde fue ajusticiado. Hasta anoche, los investigadores no habían obtenido datos entre los vecinos de la zona para intentar dilucidar el crimen.
El bloque de departamentos que se erige en la zona de avenida Rouillón y bulevar Seguí tiene como límite hacia el sur la calle Juan XXIII (continuación de Biedma). A pesar de que en Juan XXIII 5702 hay una verdulería y un almacén ayer al mediodía el lugar parecía desierto. La sensación de vacío quedaba relegada con levantar la mirada y ver que en las ventanas o los descansos abiertos de las escaleras de los monoblocks había vecinos atentos a los movimientos de extraños, algo no muy común para la zona.
“El pibe cayó ahí al fondo, en la escalera, pero nadie sabe nada”, se apuró a decir una mujer desde una ventana señalando el lugar donde fue hallado el cuerpo de Piraña; mientras que su vecina aseguraba, apoyada en el balcón del descanso de la escalera –casi a la par– que “no sabía” que habían atacado a alguien.
Según fuentes del caso, el hecho se conoció minutos después de las 21 del jueves, cuando uniformados de la comisaría 19ª fueron advertidos de que en Juan XXIII 5702 había un muchacho baleado. Cuando los policías arribaron al lugar se encontraron en la escalera del primer piso del monoblock 24 con el cuerpo sin vida de Santiago Miguel Cutrone, de 21 años, con un tiro en la frente.
Los agentes iban a pedir una ambulancia apenas vieron el cuerpo, pero casi de inmediato constataron que había fallecido, por lo que dieron aviso a la sección Homicidios, Policía Científica y a la morgue, además del Juzgado de Instrucción en turno.
Luego, se dispusieron a recoger testimonios en la zona. En su declaración, los habitantes de los departamentos del bloque 24 contaron que a la nochecita se escucharon corridas, disparos y gritos pero sostuvieron que nadie fue testigo de lo que pasó.
“Es un zona complicada para que algún vecino hable. A pesar de que la víctima vivía en Garzón al 400, en Empalme Graneros, todos acá en el barrio lo conocían por su apodo: Piraña. Así que andaba seguido por acá”, especuló una fuente de la pesquisa.
Un médico forense determinó, al hacer un examen preliminar al cuerpo en el lugar del crimen, que la causa de la muerte de Cutrone fue la lesión que le provocó un proyectil que ingresó por la región frontal. Que su deceso había acontecido de una a tres horas antes y que presentaba un tatuaje de ahumamiento de un centímetro de diámetro en la frente, lo que hace estimar que le apoyaron el cañón del arma antes de disparar, lo que indica que “fue casi una ejecución”, indicaron los voceros del caso.
A su vez, los pesquisas esperaban, al cierre de esta edición, que los familiares del muchacho, quien no contaba con antecedentes penales, declarasen para comenzar a descifrar el móvil de la ejecución.
El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción en turno con el personal de la comisaría 19ª, por razones de jurisdicción, y la sección Homicidios de la Unidad Regional II.
Comentarios